miércoles, 9 de mayo de 2012

Capítulo 58


Holaa,  despues de ver mi Pitt en La Dueña les dejo nuevo cap :) Disfruten chicas. ♥ Pronto se termina :( Estoy pensando en subir otra adaptacion, pero todavia no sé. Bueno.. buenas noches ♥ Firmen, firmen y firmen! Mañana más. besos!


—¿Acabas de pedirle que se case contigo? — preguntó Bernardo.
—No —contestó Peter.
—¿Estás seguro?
—Le he dicho que me iba a casar con ella — matizó—. No se lo he pedido. Hay una diferencia.

Capítulo 58
—Ha sido un desastre —dijo Lali—. Pesca­dos podridos por todas partes. Ha salido en to­dos los medios. Y en la página nueve del Exprés había uno foto de mi trasero.
Lali agarró el periódico mientras paseaba arriba y abajo por el despacho. Tras el espanto­so acto del día anterior, había tenido que impro­visar para lavar la imagen corporativa. Había emitido un comunicado a la prensa en el que destacaba la firme convicción de Soler so­bre el derecho de los pescadores a manifestarse, aunque continuaba decidido a seguir adelante con el proyecto Marat. Había respondido las preguntas de numerosos periodistas y había analizado el tratamiento que los medios de co­municación habían dado a lo que había sucedi­do.
—No será tan horrible —contestó Cande—. Siempre tiendes a exagerar cuando estás disgustada.
—Me levantó en brazos y me sacó de la pla­taforma —murmuró Lali.
—¿Soler?
—No, Peter Lanzani. Fue... humillante. El Exprés sacó una foto y ha salido en todas partes. Dos canales grabaron la escena y la van a po­ner... y no sólo en informativos. En programas de humor —rezongó Lali—. Pero eso no es lo peor.
¿Todavía hay algo peor?
—Creo que quizá me ha pedido que me case con él. No estoy segura. O sea, no fue una declaración convencional. Me plantó en la furgo­neta y me dijo que teníamos que casarnos.
—A ese tío le falta un tornillo. Primero te agarra como un cavernícola y luego te pide que te cases con él. Lali, ¿me puedes explicar qué ves en un hombre así?
—En realidad no es así —contestó Lali—. Normalmente es muy dulce y considerado. Pero también es peligroso. Y divertido... Y es inteli­gente, muy inteligente.
—Suena a que estás enamorada.
—Lo que estoy es confundida... y puede que un poco enamorada.
—¿Sólo un poco?
—Sí —reconoció Lali—. O quizá esté enamo­rada de la idea de estar enamorada. Ha sido una relación tan intensa. No creía que pudiese ser tan apasionada. Pero mi parte racional me dice que eso se apagará con el tiempo y entonces descubriré que no estoy enamorada. O puede que no se apague, pero sea él el que descubra que no esta...
—No le des tantas vueltas —atajó Cande—. ¿Estás o no estás enamorada?
—Ya he escrito mi carta de dimisión —dijo Lali, obviando la pregunta de su amiga—. Aquí ya no me respetarán. Me he convertido en una diana para hacer chistes.
—Lali, no te precipites. No reacciones impul­sivamente. ¿No es lo que siempre les dices a tus clientes? Tómate algo de tiempo, espera a ver cómo se desarrollan las cosas. Quizá no sea tan terrible como piensas.
—Te aseguro que la fotografía de mi trasero es espantosa —contestó Lali tras mirar el perió­dico un segundo—. Si quieres venir a Buenos Aires, creo que puedo convencer a Soler para que siga contando con Dilan Scott. Y, de ese modo, quizá salve mi trabajo en la agencia. Si no, tendré que abrir la prestigiosa empresa de Relaciones Públicas Espósito y llevaré una die­ta de sándwiches de crema de cacahuete.
Golpearon con suavidad a la puerta y María asomo la cabeza.
—El señor Soler quiere hablar contigo — susurró preocupada la ayudante.
—Gracias, María —Lali animó a la chica con una sonrisa. Luego devolvió la atención a Cande—. Tengo que colgar. Reunión con el jefe. Deséame suerte.
—No la necesitas. Ya verás cómo todo sale bien.
Lali se despidió. Luego se levantó y echo un último vistazo al despacho. Ya había reunido los pocos objetos personales que había llevado y los había metido en una bolsa, por si acaso. Pero, mientras salía del despacho, se sentía cu­riosamente tranquila.
Era como si todo formase parte de un plan cósmico. Según Peter, habían estado destinados a estar juntos desde que sus vidas se habían cru­zado. Pero no era más que una fantasía. Era demasiado sincera como para engañarse.
Señorita Espósito, ¿va todo bien? —le pre­guntó María.
—No creo. Pero no te preocupes. No es cul­pa tuya.
Lali fue al ascensor y esperó a que llegara. Pero nada más entrar, comprendió que debía haber subido por las escaleras. No pudo evitar recordar el rato que había pasado atrapada allí dentro con Peter. ¿Cómo podía haber accedido a hacer el amor en un ascensor?
Pero, cuando las puertas se abrieron, pareció como si se hubiera quedado paralizada. Se acor­dó de lo que Peter le había dicho. Todavía no podía creérselo. ¿De verdad la quería o sólo se había declarado llevado por la pasión del mo­mento?
Salió por fin y la señora Navarro la recibió con frialdad, sin molestarse en ofrecerle un café ni sonreír. La cara de Soler tampoco era amigable. Nunca la habían despedido antes, pero toda vez que había aceptado su destino, se sentía tranquila.
—Señorita Espósito, siéntese, por favor.
—Prefiero quedarme de pie —contestó ella—. Dígame.
—Está bien —Soler asintió con la cabeza.- No vamos a seguir necesitando sus servi­cios. Después de la fotografía del periódico, no creo que la puedan seguir tomando en serio. Y tengo la sensación de que su relación con Peter Lanzani no está jugando a mi favor. He llamado a su jefe y le he dicho que puede quedarse con la mitad del cheque por los adelantos. Me ha pedido que le diga que espera verla mañana por la mañana en su despacho.
—Señor Soler, sé que no he sido muy eficiente, pero Dilan Scott puede ayudarlo de todos modos. Tenemos una plantilla muy cualificada. Si nos da la oportunidad, puedo re­comendarle a otra asesora especializada en rela­ciones públicas.
—No hace falta. Ya me he puesto en contac­to con una empresa de Nueva York.
Ante eso. Lali comprendió que sería inútil se­guir discutiendo. Soler ya había tomado una decisión.
—De acuerdo. Recogeré mis cosas. Pero me gustaría poder decirle a María que sigue trabajando aquí.
—Puede hacerlo —dijo él.
—Gracias —Lali se giro, salió y bajó las esca­leras hacia su despacho. Hizo una pausa en el rellano y tomó aire—. No ha ido tan mal. Su­pongo que a todos nos despiden alguna vez en la vida.
Ya sólo le quedaba averiguar si podría conservar el trabajo en la agencia. De no ser así, se le abría un mundo nuevo de posibilidades.

Continuará...

6 comentarios:

  1. Geniaaaal, ahors Lali está liberada.. casoriooo casoriooo(8) jajaja!
    Espero el otro :)

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  2. ahora que Lali esta liberada... se jugara por lo que siente? :O

    otro capi prontito! :P

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  3. Ahh!! Pobre que quilombo!!! Pero mejor!! :D Soy fri!!! Estuve out ayer inclusive!! como has estado?? Besos linda!

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  4. Lina (@Lina_AR12)10 de mayo de 2012, 22:01

    Lista para caer rendida a sus pies,JAJA,sólo hace falta dejar su orgullo de lado!

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  5. me encanta... más nove!!

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