miércoles, 2 de mayo de 2012

Capítulo 46


Hola otra vez chicas... :) Como hubo firmas, acá les dejo otro cap. Disfruten, firmen y recomienden la nove. Gracias a las que siempre firman y me hablan por twitter. Las quiero chicas. Si hay alguna chica que quiere que la avise cuando suba, mi twitter es @siempreconlyp. Besote!



—Sí —respondió él—. Nos han gustado mu­cho. Los hemos visto desde un tejado. Este año han sido fantásticos, ¿no le parece?
—Sí... —la secretaria se giró hacia Lali—. Nos vemos el lunes en el despacho, señorita Espósito. Que tenga un buen fin de semana.

Capítulo 46
Cuando se hubo alejado lo suficiente, Lali soltó un exabrupto y se apoyó contra un farol cercano.
—Se ha dado cuenta. Ha notado que estába­mos juntos y se lo dirá a Soler. Puedo dar­me por despedida. Estoy saliendo con el enemi­go —dijo y echó a andar entre el gentío.
—Lo siento. Lali —dijo Peter cuando le dio el alcance—. Podía haberme apartado, pero creo que nos había visto juntos y habría dado la im­presión de que intentábamos ocultar algo.
—No —Lali se paró y se giró hacia el—. Me he pasado la última semana fingiendo que esto no era un problema. Creía que podía separar mi vida privada de mi trabajo. Pero no podemos se­guir engañándonos. Sabíamos que esto nos ex­plotaría en las narices en algún momento. ¿Por qué no aceptar que ha llegado ese momento?
—Lali...
—¿Por qué no has seguido con la historia de Soler? —atajó ella—. Has echado el freno, ¿sí o no? ¿Ha sido por mí?
—No —contestó él—. He estado ocupado con otros reportajes.
—De acuerdo, pues aquí tienes una exclu­siva: vamos a seguir adelante con el proyecto Marat. Como experta en relaciones con los medios de comunicación, te aconsejo que consigas tu historia antes de que la gente se olvide del puerto y los pescadores y empiece a pensar en lo agradable que sería comer en uno de los restaurantes que estamos planean­do.
—¿Por qué me cuentas esto?
—¿Vas a continuar con tu investigación?
—Sí. Cuando esté preparado.
—Nosotros estaremos preparados cuando lo estés tú.
—¿Desde cuándo hablas en plural?
—Trabajo para Ricardo Soler. Represento sus intereses. Es mi trabajo, ¿recuerdas? Y si la señora Navarro le cuenta lo que ha visto, le parecerá una traición y pondrá a otra, en mi pues­to. Un puesto que necesito para pagar la maldita casa que acabo de comprar —Lali se paró tra­tando de serenarse. Pero no podía contener la frustración—. A ti te da igual mi vida, ¿no? Lo único que te importa es lo que compartimos esa noche en la limusina.
—¿Qué? ¿Crees que he venido por este cami­no adrede, pensando que nos encontraríamos con la secretaria de Soler en la calle? Sé ra­zonable Lali. Yo no quiero que te echen. Y me da igual si intentas frenar mi investigación para defender a Soler. Sólo es trabajo. Es lo que hacemos para ganarnos la vida. Pero no tiene que ver con lo que sentimos.
Era verdad: estaba siendo irracional. Pero sí que tenía que ver con lo que sentía. Lali no podía evitar pensar que, sí la despedían, desapare­cerían las barreras que se interponían entre los dos. Había momentos en que había estado dis­puesta a bajar la guardia, a olvidarse de la pequeña batalla que tenía con Peter Lanzani y ex­plorar los sentimientos que compartían. Pero necesitaba el trabajo. Había luchado mucho para ser una buena profesional.
¡Todo estaba yendo tan rápido! Estaba dis­puesta a renunciar a todo por un hombre al que apenas conocía. Un hombre en el que no sabía con seguridad si podía confiar.
—Ten... tengo que irme. Luego hablamos.
—Te acompaño.
—No, necesito un poco de tiempo para pen­sar —Lali negó con la cabeza.
—De acuerdo.
La alivió que no se insistiese. Lali se abrió hueco entre el río de cabezas que inundaba la avenida, aunque en realidad no miraba hacia donde iba. Quería estar enfadada, culpar a Peter de haber puesto patas arriba su perfecta vida. Él era el responsable de que hu­biese perdido el control. Si no hubiese sido tan dulce y atractivo... Maldijo. ¡Todo por su culpa!
Lali se paro en medio de la calle y se cubrió la cara con las manos. De acuerdo, debía reconocer que ella también tenía parte de responsa­bilidad. De hecho, tal vez la culpa fuera toda de ella. Al fin y al cabo, era ella quien lo había invi­tado a subir a la limusina aquella noche increí­ble, maravillosa... Gruñó. Estaba a punto de tirar su carrera por la borda y solo podía pensar en pasar el resto de su vida en la cama con Peter Lanzani.
—Contrólate —se dijo—. Sigue siendo el enemigo. Y por mis santas narices que no voy a rendirme.

Continuará...

7 comentarios:

  1. Ahhh!!! Nooo tal cual iba a explotar!! Bueno venian demasiado bien jeje! Buenisimo cap! Muy buena que subiste 3!!! :D Genia total!!!

    ResponderEliminar
  2. noooo, ya quiero que esten juntosss!! =)
    @BelenCorbera

    ResponderEliminar
  3. Lina (@Lina_AR12)3 de mayo de 2012, 0:19

    Vamos es hora de jugarse!

    ResponderEliminar
  4. Ayyy no! Tan bien que estaban!
    Espero el siguientee!
    @jeissymori

    ResponderEliminar
  5. no puede ser!!
    estaban tan bien y justo tenia que aparecer esa secretaria.. :(
    y ahora Lali tendra miedo y no se jugara... :(

    quiero otro capi prontito! :P

    ResponderEliminar
  6. aay estuve de viaje y recien me puse al dia con todo lo que subisteee!
    buenisimaaaaaaaa! mas nove :)

    ResponderEliminar
  7. Noooooo odio a la señora navarro la odiooo arruino todo, que encima iban re tiernos re amor re todo!! @LuciaVega14

    ResponderEliminar