lunes, 28 de mayo de 2012

CAPÍTULO 37

Estoy aqui otra vez jajaja Disfruten y firmen mucho chicas. BESOS ♥ 


—No lo sé —respondió el otro—, pero no me importaría que me hiciera una exploración de garganta, como la que le estaba haciendo a su jefe en esa fiesta —Las palabras resonaron en los oídos de Lali mientras salían del pequeño local a la brillante luz del día. El estado de anestesia en que parecía haberla sumido la felicidad que había sentido hasta esa mañana se había disipado de un plumazo, haciéndola más vulnerable al terrible dolor que lo ocurrido en la cafetería le había causado. Con Peter había volado hasta las cumbres más altas, pero en ese momento se sentía como si hubiese caído en picado y se hubiese estallado contra el suelo de un profundo precipicio. Casi parecía que en efecto así hubiese sido, porque le dolía el alma. Por una vez se sintió agradecida por el silencio de Dylan. Así al menos no tendría que preocuparse porque le contara a su padre las muchas lágrimas que había derramado de regreso a casa.

 CAPÍTULO 37
—Quiero dejar el trabajo.
Peter tuvo la impresión de que las palabras de Lali rebotaran de una pared a otra de su estudio como balas, y acabaran atravesándole el corazón. Dylan estaba durmiendo su siesta de mediodía, y la casa estaba en tal calma, que cada sonido parecía amplificarse. El carillón de la biblioteca dio las tres, el mando del lavavajillas hizo un chasquido al pasar al enjuagado… y Peter sintió que el mundo se hundía bajo sus pies.
No alcanzaba a imaginar qué podía haber ocurrido desde aquella mañana, cuando se habían despedido con un beso, para que de pronto le dijera eso. Un millón de pensamientos cruzaron por su cabeza mientras se preguntaba angustiado qué podría haber hecho para disgustarla. Escogiendo uno de los muchos motivos que le había dado Sheila para divorciarse de él, le preguntó si el problema era que la gente del lugar resultaba demasiado rústica para su gusto.
—No, en realidad me parecen demasiado cosmopolitas —respondió ella, tendiéndole con una mano temblorosa la revista que se había llevado de la cafetería.
Los ojos verdes de Peter se pasearon por las páginas de papel cuché, antes de tirarla al suelo repugnado.
—¿Es por eso? —exigió saber, señalando el ofensivo objeto—. No puedo creer que dejes que esa basura te influya.
—Quizá sea que no estoy acostumbrada a ver mentiras publicadas sobre mí —respondió Lali acaloradamente—, o quizá que me preocupe más cómo puede afectaros esto a Dylan y a ti que a mí personalmente.
—O quizá simplemente estás buscando una excusa para huir.
Lali dio un respingo, y Peter creyó haber tocado una fibra sensible. Alargó el brazo y le acarició el pómulo. Lali inspiró profundamente y apoyó la mejilla en la palma de su mano. Con la yema del pulgar, Peter enjugó una lágrima que rodó por su rostro.
—¿De qué tienes miedo, cariño?
—De avergonzarte —le confesó Lali—, de echar a perder con mis deseos egoístas los progresos que Dylan ha hecho.
Peter dejó escapar una risa incrédula.
—Tú no podrías avergonzarme nunca. Y para cuando Dylan sea capaz de leer eso, quiero creer que tendrá el suficiente criterio como para dejar que algo así influya sobre su opinión de ti y de mí.
Lali apartó su mano y sacudió la cabeza.
—Puedes decir lo que quieras, Peter, pero la verdad es que no pasará mucho tiempo antes de que Dylan crezca y empiece a cuestionar nuestra relación, una relación que se quedará en un punto muerto si ninguno de los dos estamos dispuestos a comprometernos, porque antes o después la pasión se irá diluyendo.
Peter intentó interrumpirla, pero Lali levantó una mano para que acabara de escucharla.
—He considerado esto desde todos los ángulos posibles, y he llegado a la conclusión de que lo mejor sería que este otoño comience la carrera de pedagogía con el dinero que he ahorrado, y que tú busques a otra persona para que cuide de Dylan. Así guardaremos las apariencias y nos separaremos de un modo amistoso.
Mientras seguía hablando aturulladamente sobre sus planes para conseguir un préstamo estudiantil y matricularse, Peter  la miraba como si le pareciese que necesitaba una camisa de fuerza. Aunque era cierto que quizá a él aquello no lo afectase tanto porque había conocido el acoso de los medios desde una edad muy temprana, seguía sin comprender cómo Lali podía estar permitiendo que algo tan intrascendente como lo publicado en esa revista sensacionalista se interpusiese entre ellos.
Se preguntó si esa hipersensibilidad que demostraba tendría sus raíces en un pasado doloroso, o si simplemente la mortificaba pensar que sus padres y sus amigos fueran a ver la comprometedora fotografía que habían publicado de ambos alimentando un supuesto escándalo.
Verdaderamente resultaba frustrante intentar comprender el funcionamiento de la mente femenina. Su ex siempre había estado obsesionada con ser famosa. Había comprado todas las revistas en las que habían publicado reportajes sobre su boda, en más de una ocasión se había quejado de su aversión por los actos sociales, y no le había hablado en casi tres días por haberse negado a conceder una exclusiva con motivo del nacimiento de su hijo. De hecho, si hubiese visto la foto que a Lali le había causado tanta aflicción, seguramente se habría puesto verde de envidia. Era una de esas personas que creían que no importaban los medios que se empleasen o el precio que se pagase por conseguir la fama.
Y, sin embargo, aunque Peter prefería lógicamente la actitud de Lali respecto al periodismo amarillista, dadas las circunstancias querría poder hacerle ver que no merecía la pena tomárselo demasiado a pecho.
Peter experimentó una desagradable sensación de déjà vu al recordar el día en que Sheila le había dicho que quería el divorcio. Lo cierto era que, para sus adentros, se había sentido aliviado de que la charada que había sido su matrimonio desde el principio hubiese terminado. Con Lali,  en cambio, el anuncio de que se iba lo había dejado aturdido, como un pájaro al que le hubieran cortado las alas en pleno vuelo. Preferiría perder un brazo o una pierna antes que verse abandonado por aquel ángel, aquella alma amable que había llenado su vida de amor y esperanza.
Tenía que hacer algo drástico para impedir que se fuera. Tenía que arreglar las cosas entre ellos y hacerle comprender que aquellas mentiras impresas sobre el papel carecían de fuerza frente a un amor tan singular como el que se profesaban. Lali no era la cazafortunas por la que aquella revista había intentado hacerla pasar, ni él era el playboy que tan desesperadamente querían que fuese para poder escribir más basura sobre él.
La solución saltó a la mente de Peter de un modo tan inmediato, que supo al instante que era exactamente lo que había querido desde el principio. Sería la manera para que la reputación de Lali quedase limpia de toda mancha; para asegurarse de que su hijo no perdería por su culpa a la persona que más había logrado acercarse a él desde su divorcio; de proclamar su amor al mundo entero; de hacer las cosas bien.

Continuará...

17 comentarios:

  1. Boda Boda Boda (L)

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  2. mas mas mas masssssss xd ai dios amo tu novela xd

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  3. Aaa no nos podes dejar asi!! Porfis subi otro cap pronto :)

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  4. AHI buenisimos =) Subi otro Prfavor (@AmorLaliter)

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  5. Suuubi Otro Prfavor, es lo mejor tu nove, espero que cuando termine hagas otro, pero ahora subi otro cap. Por favor te pedimos prfavor.

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  6. Mas nove mas nove mas nove

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  7. aaaaay si subí otroooo! me muerooo

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  8. Me encanto, espero el proximo YAA!

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  9. Le pide que se case con él =D
    QUIERO MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!

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  10. SUBE MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS TE PIDO!! POR FAVOR QUIERO VER QUE HACE PETER! =D

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  11. Lina (@Lina_AR12)28 de mayo de 2012, 22:36

    Q le pida casamiento!

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  12. Awwwww me encanto Peter!!!! seguro le pide casamiento <3 me re gustooooo @LuciaVega14

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