CAPÍTULO 42

Se acerca, se acerca! Cuando la nove se termine pienso en subir 2 o 3 argumentos para que ustedes elijan la nueva nove. Qué opinan? Disfruten y firmen. + firmas = + caps BESOS ♥

—El brazo no tiene buen aspecto. Puede que haya que amputar.

Aquellas palabras de la enfermera del pabellón de urgencias fueron lo único que Peter escuchó antes de que le pusieran una inyección anestesiante y volviera a hundirse en las brumas de la inconsciencia.

CAPÍTULO 42

Horas después, al despertar, se sorprendió de encontrar a Lali dormida en la silla junto a la cama en la que estaba postrado. Tenía el cuello doblado en un ángulo incómodo, y el cabello le caía en una cascada dorada sobre el hombro. En torno a sus ojos cerrados había sendos círculos oscuros por el cansancio. Peter habría querido extender el brazo y acariciar su hermoso rostro, pero no tenía fuerzas. Lo mataba pensar que, por su orgullo, cualquier posibilidad de un futuro juntos se hubiera roto como su brazo, que había oído crujir antes de desmayarse por el lacerante dolor.

Arropado hasta el cuello e incapaz de mover un músculo, no podía estar seguro de si ese brazo seguía unido a su cuerpo. Las palabras del médico resonaron en su mente. Si Lali lo había rechazado cuando le había propuesto matrimonio antes del accidente, ¿cómo podría pedirle que aceptase a un hombre incompleto?

De todos modos no tenía sentido alguno que albergase esperanzas de que hubiese cambiado de idea. Y además, tampoco sería justo pedirle que pasase el resto de su vida cuidando de él y de su hijo, y que renunciase a sus ambiciones.

Las nubes que aún quedaban en el cielo dejaron que se filtrara a través de ellas el sol en ese momento, y el haz de luz despertó a Lali, que se removió en el asiento, haciendo que el corazón de Peter latiera nervioso.

Sus párpados se abrieron lentamente, y su mirada se suavizó nada más verlo despierto.

—Dios, eres tan hermosa… —murmuró él.

Peter no alcanzaba a imaginar por qué aquellas palabras habrían de hacerla romper a llorar, pero así fue. Cubriéndolo de besos, le dijo una y otra vez lo feliz que se sentía de que estuviese vivo.

Peter, en cambio, no estaba seguro de que fuese una buena cosa que no hubiese muerto en el accidente. Cuando Lali los dejase, el que hubiese sobrevivido no supondría una gran diferencia para nadie, a excepción de su hijo, que necesitaba que fuera para él padre y madre a la vez, y de su propia familia, que le insistirían para que volviese a Georgia para tratarlo como un inválido el resto de su vida.

Lali remetió un mechón de cabello tras su oreja, y dio un paso atrás para mirarlo. Después del calvario por el que había pasado para llevarlo hasta allí, se sentía preparada para desnudarle su alma.

—Peter, yo… he estado pensando, y he cambiado de opinión. No quiero marcharme.

El brinco que dio el corazón de Peter en su pecho se reflejó en el monitor que controlaba sus constantes vitales.

—Pero quieres un aumento de sueldo —bromeó él en un tono apagado.

Lali esbozó una media sonrisa, y se arrodilló junto a la cama.

—No, bobo, lo que intento decir es que te quiero.

Aquellas palabras hicieron que una ola de dicha lo invadiera, pero, aunque más que nada en el mundo habría querido creerla, no quería que se quedara con él por lástima.

Continuará...