lunes, 30 de abril de 2012

Capítulo 41


Hola.. ESTOY FELIZ. Lali me contesto ayer. #HAPPINESS No saben lo feliz que estoy chicas, de verdad! Bueno, ahora  les dejo nuevo cap :) No saben lo que se viene.. jaja  A la noche subo más novela. Besos besos. ♥  Las quiero. Firmen y recomienden la nove.
Les dejo foto de mi tweet y de la respuesta de Lali. :)) 


—Puede —dijo Peter—. Yo solía pensar lo mismo. Pero cuando veo a mis hermanos con las mujeres a las que aman, me pregunto si me estoy perdiendo algo.
Un silencio incómodo se instaló entre los dos. Lali no sabía que decir. No esperaba que un hombre como Peter hablase tanto de amor.

Capítulo 41
—La cena estaba riquísima —comentó por fin, cambiando de conversación—. Ya puedo volver diciendo que he probado un auténtico asado argentino. A cambio, tendré que enviarte una pizza de Chicago.
—¿Cuándo crees que te volverás? —Peter la abrazó con fuerza y le hizo una caricia en el pelo con la nariz.
—Supongo que puedes saberlo tú mejor que yo —Lali se encogió de hombros.
—Quizá haya alguna manera de retenerte aquí —repuso él.
Lali levantó la cabeza para mirar a Peter y este aprovechó la ocasión para besarla, demorándose sobre su boca un rato largo. Lali sabía que debía parar, pero hacía tiempo que habían cruzado el límite. ¿Por qué negar que lo deseaba? ¡Se sentía tan bien pegada a él!
Peter le acariciaba la cara mientras aumenta­ba la presión del beso, cada vez más exigente. Lali ya conocía el sabor de su lengua. Podían encerrarla en una habitación a oscuras con cien hombres y habría reconocido a Peter de inme­diato. Con él, cada beso era... perfecto.
Había estado con otros hombres, había teni­do otras relaciones, pero todas parecían desapa­recer en compañía de Peter. Se había converti­do en un hombre especial, alguien en quien deseaba confiar. Pero seguían existiendo mu­chas barreras entre los dos. Aunque habían conseguido disfrutar de una tarde maravillosa, al día siguiente el trabajo los obligaría a luchar en ban­dos opuestos.
Peter la tumbó encima de él y Lali cubrió las cabezas de ambos con la manta, creando una burbuja de intimidad.
—Me alegro de haberte traído —murmuró él mientras recorría el cuerpo de Lali con las manos.
—Y yo de haber venido.
—No está mal para una primera cita —dijo Peter y Lali rió.
—Las he tenido peores.

Las luces de la ciudad iluminaban la noche mientras Peter conducía. Lali se había acurruca­do contra su cuerpo, cubierta todavía en la man­ta, mientras echaba una cabezadita. La rodeó con un brazo y la apretó mientras esperaba a que cambiara el disco del semáforo. Luego le dio un beso en el pelo. Olía a sal y a fogata, un aroma más embriagador que cualquier perfume francés. Peter suspiró, extrañado por los sentimientos protectores que tenía hacia ella. Aunque había aceptado la rivalidad que los enfrentaba en el trabajo, esta no afectaba a lo que sentía por Lali. Había sido sincero al decirle que hiciera lo que tuviese que hacer.
Pero eso no significaba, en absoluto, que es­tuviese enamorándose de ella. Ni hablar. Lo que ocurría era, sencillamente, que Lali era la mujer más fascinante que jamás había conocido. Pero, al igual que con las demás mujeres que habían pasado por su vida, llegaría un momento en que se aburriría de ella... por más que en esos mo­mentos le resultase inimaginable.
Cuando el semáforo se puso verde, giró ha­cia la avenida, a unas cuantas manzanas del hotel de Lali. ¿Cómo había pasa­do? Ya había tenido citas con otras mujeres, has­ta había mantenido alguna que otra relación decente. Pero nunca había sentido algo parecido. Por más tiempo que pasara con Lali, nunca le resultaba suficiente. Aunque estuvieran una semana entera encerrados en la habitación de un hotel, sospechaba que seguiría deseándola más que el oxigeno que respiraba.
Cuando llegó frente al hotel, paró el motor, estiró un brazo y le acarició la cara con delicadeza.
—Despierta —susurró.
Lali abrió los ojos, se puso firme y lo miró como si no estuviera segura de dónde estaba. Luego sonrió adormilada.
—¿Estamos en casa?
—Estamos en tu hotel —Peter abrió la puerta y le entrego las llaves al aparcacoches. Luego, rodeó el vehículo para ayudar a salir a Lali. La rodeó por la cintura y entraron juntos en el vestíbulo. El personal de recepción apenas les pres­tó atención mientras andaban hacia el ascensor. Había pensado dejarla allí, pero al final decidió acompañarla arriba, con la esperanza de obte­ner un beso de buenas noches.
Entraron en el ascensor. Lali se apoyó contra una de las paredes y lo miró. Peter cambió el peso del cuerpo a la otra pierna. Estaba tenso, se preguntaba si ella también estaría pensando en lo fácil que sería entrar juntos en su suite y hacer el amor toda la noche.
Las puertas del ascensor se abrieron en la ter­cera planta y ambos salieron. Cuando llegaron a la habitación. Lali le entregó la tarjeta con la que se abría la puerta.
—Debería irme —elijo él.
—Deberías quedarte —contestó Lali. Recu­pero la tarjeta, abrió, agarró a Peter por la camiseta y lo metió en la habitación—. Sólo un rato.

Continuará...

6 comentarios:

  1. Me encantoooo :)
    Felicitaciones por que lali te contestara !

    ResponderEliminar
  2. Toda la noche!Muy bueno!
    Y me alegro q te respondiera Lali...muy buena pregunta!

    ResponderEliminar
  3. Me muero:| ...por la respuesta de Lali y el final. intriga-.-

    ResponderEliminar
  4. MÁS NOVELA!! Felicitaciones por la respuesta de Lali

    ResponderEliminar
  5. Awwwww los amoooo
    Felicitaciones por la respuesa de lalii!!! =)
    @BelenCorbera

    ResponderEliminar
  6. LA AMOOOOOOOO LA MEJOR RESPUESTA DEL MUNDO MUY BIEN LALI!!!!!! ♥ JAJAJAJAJ Y LAS DECISIONES MUY INTELIGENTES LAS QUE TOMA JAJAJAJA AFHKQHFE Y PETER CON SU SENTIMIENTO SOBREPROTECTOR ME ENCANTOOOO @LuciaVega14

    ResponderEliminar