domingo, 29 de abril de 2012

Capítulo 40


Otro cap chicas.. ♥   Soy muy buena mina eh jajajaja, besitoos!


Peter miró las islitas que salpicaban el mar. Así, cuando Lali regresara a Chicago, podría despedirse de ella sin dudas ni arrepentimien­tos. Pasaría a formar parte del pasado, como el resto de las mujeres que habían pasado por su vida, y volvería a empezar. Al fin y al cabo, Lali no podía ser la elegida. ¿O sí?

Capítulo 40
La hoguera crepitaba bajo el cielo de la no­che. Lali se acurrucó contra Peter envueltos bajo una manta de lana. Estaba tumbada boca arriba, en la playa, y no recordaba la última vez que se había sentido tan contenta. Estaba... feliz. Era una palabra muy simple, pero era la única que encontraba para describir su estado de ánimo.
Allí, en esa pequeña isla, parecían estar a mi­les de kilómetros de cualquier problema. Casi podía imaginarse una vida así. De ese modo, podría conocer mejor a Peter, hacer lo que ha­cía cualquier pareja normal, encargar comida a un restaurante chino, ver películas de vídeo, dis­cutir por la posición de la tapa del aseo.
—Podría quedarme aquí toda la vida —mur­muró.
—Podríamos mandar a Bruno y Amy de vuelta —sugirió Peter—. Construiría una cabaña y pescaría para comer.
—Yo recocería algas y haría cortinas para la cabaña y ropa para vestirnos.
—Vaya, creía que estaríamos desnudos — bromeo el—. ¿No forma parte de tu fantasía?
—¿Y qué haréis cuando llegue el invierno? — preguntó Bruno desde el otro lado de la hoguera—. Cuando todo se cubra de nieve y la temperatura baje por debajo de cero.
—No seas aguafiestas —Amy le dio una palmadita juguetona.
—Sólo estoy siendo práctico. ¿Recuerdas el viaje a Turquía? Teníamos tiendas de campaña y sacos de dormir y aun así me pediste que te comprara más calcetines en el mercado. Ellos van a ir vestidos con algas y vivirán en una ca­baña. Seamos realistas.
—Es verdad —dijo Peter—. Pasaremos el ve­rano aquí, salvo la temporada de los mosquitos. Y cuando haga frío, nos iremos a Ecuador.
—Pues vaya rollo de fantasía con temporada de mosquitos incluida —bromeó Lali.
Un silencio prolongado les envolvió, quebrado tan sólo por el chisporroteo de la ho­guera. Lali suspiró, se apretó un poco más a Peter.
—¿Por qué no me cuentas lo de la maldición de los Lanzani? Es de noche, estamos alrededor de una hoguera. El ambiente perfecto para una historia de miedo.
—No, la maldición de los Lanzani no —se re­sistió él.
—¿Por qué no? —terció Amy—. Lali tiene que saber en lo que se está metiendo.
—Yo voto por contárselo —dijo Bruno—. Por si quiere huir mientras esté a tiempo.
—Pero antes deberíais contar una historia so­bre los increíbles Lanzani, para ir poniendo las cosas en contexto —contestó Amy.
—Antes encuentro un acantilado y me tiro — gruñó Peter—. ¿No creéis que lo de la maldición es digno de una cuarta o quinta cita?
—Historia de los increíbles Lanzani —arrancó Bruno tras aclararse la voz—. Te haré un resu­men para que te centres. Empezamos con un antepasado, normalmente listo, guapo o fuerte, pero que no ha desarrollado todavía todo lo que lleva dentro. Realiza un acto valeroso y, de pronto, se convierte en un héroe. Por lo general, suele haber una mujer por medio, malvada, ma­nipuladora o codiciosa. Ejemplo: Patricio Lanzani planta una semilla mágica y trepa por la planta para matar al gigante, pero una mujer le está cortando el tallo debajo de él.
—¿Entonces no tienen final feliz? —Lali frun­ció el ceño.
—Sí, sí. Siempre —aseguró Peter—. Al final gana el increíble Lanzani, el dragón muere y la mujer acaba convertida en sapo. Mi padre creía que estas historias nos enseñarían a desconfiar de las mujeres. Pero sólo consiguieron confun­dirnos.
—¿Y esa es la maldición? —preguntó ella.
—La maldición es un fenómeno más reciente —explicó Bruno—. De hecho, empezó con nuestro hermano mayor, Santiago. Y luego hemos ido cayendo Gastón, yo, Bautista.
—Se pusieron a jugar a los increíbles Lanzani y rescataron a una mujer en apuros —explicó Amy—. Pero, horror de horrores, acabaron ena­morándose. Una historia tristísima. Tantos antepasados defendiendo la imagen de tipos duros para acabar con esta generación de sensibleros.
Bruno gruñó, la agarró por la cintura y la tumbó contra el suelo. Amy se revolvió, se puso de pie y echó a correr hacia la orilla, seguida de su marido. Sus risas se mezclaban con el chapoteo del agua bajo la noche.
—Creo que siguen en la luna de miel —dijo Peter.
—Hacen buena pareja —comento Lali—. Siempre he pensado que el matrimonio debería ser así... Aunque no estoy pensando en el matri­monio. Creo que hay personas que no están hechas para estar casadas.
—Puede —dijo Peter—. Yo solía pensar lo mismo. Pero cuando veo a mis hermanos con las mujeres a las que aman, me pregunto si me estoy perdiendo algo.
Un silencio incómodo se instaló entre los dos. Lali no sabía que decir. No esperaba que un hombre como Peter hablase tanto de amor.

Continuará...

6 comentarios:

  1. Muyy buena mina!!! Buenisimo cap!!!! :D millones de gracias!!!!

    ResponderEliminar
  2. hoy empece a leer la nove y quede super enganchada sube mas por fa me encanto =)

    ResponderEliminar
  3. increible el capitulo! :D

    espero otro prontito :P

    ResponderEliminar
  4. Ay!hubiera seguido leyendo más!Bueno espero el prox!

    ResponderEliminar
  5. lwjfljwljfldwfljwlflw me moriiii ♥ me moriiiiiiiii ♥ muertaaaaaaaaaaaaaaaa los amoooo @LuciaVega14

    ResponderEliminar