lunes, 9 de abril de 2012

Capítulo 4

+ se viene el encuentro Laliter :)   mi twitter es @siempreconlyp :) Si quieren las informo cuando suba nuevo cap. Besos + 






—Sé exactamente lo que necesito en estos momentos —murmuró Lali—. Una aventura de una noche, agradable y muy apasionada. 

      
Capítulo 4

No se dedicaba a buscar tipos raros, pero los hombres que se habían cruzado en su vida siempre habían tenido algún extraño inconve­niente: tenían miedo al compromiso o estaban casados con alguien a quien olvidaban mencio­nar, eran fríos o fetichistas con el calzado femenino, estaban planteándose un cambio de orien­tación sexual o eran casanovas como Daniel. Hasta había intentado mantener una relación a distancia con un escritor de Los Ángeles, pero él había terminado enamorándose de una actriz in­sulsa.
Había llegado el momento de poner ella las condiciones. Sería ella la que no estuviera dis­ponible, y no tendría intención de compromiso alguno; sólo estaría en Buenos Aires unos meses tra­bajando y no buscaba una relación a largo pla­zo. Evitaría cualquier tipo de atadura y se limita­ría a divertirse.
Volvió a suspirar. Aquella fiesta de recauda­ción de fondos sería el último lugar donde podría encontrar un hombre soltero. La única ra­zón por la que un hombre asistía a un acto de beneficencia era que sus mujeres los habían presionado para que las acompañaran. De he­cho, la mayoría de los hombres presentes prefe­rirían estar en otra parte. Lali siempre había ima­ginado que ella planearía un acto benéfico alternativo, de modo que la gente pagara por no asistir y el dinero recaudado fuera íntegramente a la organización benéfica y no se destinara a pagar la decoración.
Aprovechó el paso de un camarero para agarrar de la bandeja otra copa de champán y miró hacia los balcones, resuelta a encontrar una mesa en la segunda planta, desde la que  obser­var la fiesta en paz. Minutos después, se sentó en una esquina tranquila al otro lado de la or­questa. Se descalzó, se frotó los pies y empezó a sentir el cosquilleo del champán que ya había bebido. Cuando un camarero le ofreció otra copa, Lali aceptó y la puso al otro lado de la mesa, como si estuviese esperando a alguien.
—Una mujer tan bonita no debería estar sola. - Lali levantó la mirada hacia el hombre que se había acercado. Aunque era atractiva, su sonrisa parecía demasiado... ensayada. Llevaba el pelo engominado hacia atrás y un esmoquin que le sentaba fatal. Aun así, decidió darle una oportu­nidad.
—Estoy a gusto —contestó. El hombre corrió la silla situada frente a Lali y se sentó, a pesar de la copa.
—Pues yo no —dijo él—. Estoy solo y todos los demás parecen acompañados. Soy Jaime Ferrer.
—Lali —se presentó ella.
—¿Lali a secas?
—Lali Espósito.
—Bueno, Lali Espósito, ya que parece que los dos estamos solos, quizá podamos estar so­los juntos. Háblame de ti —dijo. Lali abrió la boca para responder, pero Jaime Ferrer no espe­ró a que contestase—. Yo soy analista de inver­siones en Bardweil Fleming. No sé si lo sabes, pero estas fiestas son un negocio estupendo. Siempre consigo captar algún cliente. No vende­mos acciones ni letras, pero ofrecemos nuestros servicios de análisis para todo tipo de inversio­nes. Llevo cuatro años en Buenos Aires. Me traslada­ron de la sede de Nueva York, necesitaba un cambio.
A pesar de sus intenciones, ligar no era tan simple. Primero tenía que encontrar un hombre que la atrajera. Y Lali ya sabía que ese tipo no le subía la temperatura.
—Bueno, ¿tú a qué te dedicas, Lali?
—Señor Ferrer, me temo que no estoy in­teresada en...
—Jaime —insistió él—. ¿Tienes un plan de jubi­lación?, ¿has invertido tu dinero inteligentemente? - Lali agarró su copa, la vació y se puso de pie.
—Voy por más champán. Si me disculpas...
—Se está acercando un camarero —dijo Ferrer con una sonrisa de oreja a oreja.
Lali reprimió una palabrota y volvió a sentar­se. Si aquello no era una tortura, andaba muy cerca. No solía ser descortés, menos en el traba­jo, pero no creía que Ricardo Soler fuese amigo de Jaime Ferrer, analista de inversiones.
Mientras este peroraba sobre activos líquidos y bonos del Estado, Lali dejó vagar la mirada, in­tercalando algún monosílabo de tanto en tanto para contestar a alguna de las preguntas de Ferrer. Dibujó una sonrisa forzada y se pre­guntó cuánto tiempo tendría que soportar el monólogo de Ferrer. Buscó alguna excusa para acabar con aquel tormento sin parecer ruda. Entonces, se fijó en un hombre que estaba detrás de Ferrer, de pie, apoyado contra una columna de mármol, con una sonrisa divertida en los labios.
Lali desvió la mirada de inmediato, pero cuando volvió a girarse, descubrió que el hom­bre seguía observándola. Luego, él miró el re­loj, fingió bostezar y Lali no pudo evitar sonreír. Dio otro sorbo de champán, contemplando al desconocido sobre el borde de la copa.

Continuará ... 

Quien ustedes creen que es el misterioso hombre? jaja :) Puede ser que hoy a la noche suba otro cap. besos. Espero de verdad que les guste la adaptacion hecha por @Chari_mar :) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario