viernes, 20 de abril de 2012

Capítulo 22


HOLAA :) muchas gracias a las que siempre firman y me hablan por twitter. Espero que les guste. Si puedo y hay firmas a la noche otro! besos. Si hay alguna chica que quiera que la avise cuando suba, mi twitter es @siempreconlyp ;)



Frustrada, Lali se levantó y fue hacia el dor­mitorio.
—Voy a cambiarme. Cuando vuelva, será un placer si te he perdido de vista.



Capítulo 22
Lali entro en la habitación, cerró la puerta y se apoyó contra ella un segundo para tomar aire. No podía negar que estaba entusiasmada por volver a ver a Peter. Aunque su presencia la distrajera, tenía un encanto especial que la de­sarmaba. El pelo negro que le caía de vez en cuando sobre la cara. Esos ojos entre verdes y dorados. Y el cuerpo. Definitivamente, tenía un cuerpo increíble.
Si no fuese una idea absurda, habría conside­rado la posibilidad de prolongar su relación algo más de tiempo. Suspiró. Luego fue al armario, sacó una camiseta y unos vaqueros. Se quitó la chaqueta y la falda, y se fue desabrochando la blusa camino del baño.
Una vez dentro, abrió el grifo y se lavó la cara. Después se quitó las medias antes de vol­ver al dormitorio.
—Había olvidado lo bonita que eres. - Se quedó sin respiración al ver a Peter en el umbral. Se quedaron mirándose unos segundos, marcados por los golpes que le daba el corazón. Le daba miedo moverse, respirar. Hasta que, por fin, emitió un gemido delicado y fue como una rendición. Acto seguido, se acercaron. Peter la agarró con ambos brazos, ella se dejó caer con­tra su cuerpo, sus bocas se encontraron en un beso desesperado. Peter pasó las manos con desesperación de arriba abajo, por la espalda, sobre el sostén negro, bajo la camisa, alrededor de las caderas.
Aunque sabía que debía oponerle resistencia, Lali no consiguió intentarlo siquiera. Le encanta­ba el sabor de su boca, sentir sus manos tocán­dola. La sangre corría por sus venas como un to­rrente desbocado, despertando cada nervio, hasta que la caricia más sencilla provocaba una oleada de placer en su interior.
La agarró por el trasero y la levantó. Lali le rodeó la cintura con las piernas. Sin dejar de be­sarse, Peter avanzó hacia la cama, pero se paró a medio camino para apretarla contra una pared. Chocaron cadera contra cadera. Lali se ar­queó hacia él, recordando la deliciosa sensación de tenerlo dentro, el momento enloquecedor de la liberación final.
Le abrió la camisa, ansiosa por palparle el torso desnudo y él le bajó la blusa de los hombros, que pasó a explorar con la boca.
—¡Dios!, ¿qué me estás haciendo? —murmu­ró Peter. Entonces, tan rápidamente como había empezado, frenó. Posó los labios sobre los hombros de Lali mientras recuperaba el aliento—.  ¿Vamos a volver a hacerlo?
—Sí —dijo ella un instante antes de agarrarle la cara y besarlo de nuevo.
—Sí —repitió Peter devorándola sin más re­servas. De pronto, se retiro—. No.
—¿No?
Lentamente, la devolvió al suelo. Luego le ajustó como pudo la ropa hasta poder abrochar­le los botones de arriba.
—Aunque nada me gustaría más que pasar la noche en la cama contigo, creo que tenemos que aprender a controlarnos —Peter soltó una risa de incredulidad—. No puedo creer que yo esté diciendo esto. Estoy a punto de arrancarte esa blusa de un tirón... Será mejor que me vaya. Nos... vemos. Cenamos otro día. En un restau­rante. Abarrotado y con mucha luz —añadió. Luego le dio un beso, se alisó la ropa y salió del cuarto.
Lali oyó cerrarse la puerta de la suite, se recostó contra la pared y esperó a que el corazón volviese a latirle a un ritmo normal. Se llevó las manos a los labios y suspiró. Todavía podía saborearlo, olerlo, sentir su cuerpo contra el de ella. No había sido un sueño, había estado ahí y habían estado a punto de volver a perder el control.
No supo cuánto tiempo permaneció allí, es­perando a recuperar el resuello. Tenía los ojos cerrados cuando oyó que llamaban a la puerta. Por un momento, pensó en no contestar, convencida de que, si volvía a dejarlo pasar, acaba­rían en la cama. Pero luego comprendió que lo deseaba... más allá de toda lógica.
Corrió hacia la puerta, abrió. Pero sólo era el camarero del servicio de habitaciones.
—Buenas noches, señorita Espósito. Traigo su cena.
Lali se echó a un lado mientras el hombre metía el carrito en el salón. Cuando consiguió superar la decepción, el camarero ya había ser­vido la comida y estaba saliendo. Luego, una vez a solas, probó la crema de plátano.
Por ahí habían empezado los problemas. Siempre quería el postre antes que los entrantes y la comida. Con Peter, se había centrado en obtener una gratificación inmediata, convencida de que sólo quería sexo con él. Pero en esos momentos se preguntaba qué habría ocurrido si hubiese hecho las cosas siguiendo el orden co­rrecto.
Se llevó la cuchara a la boca y dejó que la crema de plátano se le derritiera en la lengua.
         —Esto es mucho mejor que el sexo —mur­muró—. Sólo necesito tomar más postres. Y conseguiré que desaparezcan estos sentimientos disparatados.


Continuará... 

6 comentarios:

  1. JA!!!!!!... Va a terminar con 30 kilos de más, y aún así no va a poder superar a Peter! jajajajaaj

    Excelente el cap!... muy buena la nove.! subí más si podes!!

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  2. eeh Peter cortamambos!!! jajaja

    MAS NOVEEEE

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  3. muyyyy bueno! yo lo mato si me tiene ahí punto caramelo y me deja sin postre!

    MASSSSSSSS CAPS!!!!!11

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  4. Que malo Peter... jajajajaja pobre Lali !! Espero el proximo..

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  5. estos dos son un fuego. quermos mas nove!! posteate otro dale, es genial la nove!

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  6. En estos momentos estoy odiando a Peter(? Ajjajaa no no puedo por mas que quiera no me sale pero porque le dijo qe no!! Encima que Lali ya empezaba a aceptarlo u.u me encanta estaa novee @LuciaVega14

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