- Sorry por no subir otro cap ayer! Bueno, acá les dejo el cap de hoy. Si hay firmas a la noche subo otro. Disfruten. Besos.
—¿Quién ha dicho que esto
sea una cita?
Capítulo 21
—¿Es que no hablo
suficientemente claro? — Lali esbozó una sonrisa sarcástica—. ¿Eres Peter Lanzani,
periodista de investigación, o Peter Lanzani, mulo con incapacidad auditiva?
—No creo que el hecho de que estemos
trabajando en bandos opuestos tenga nada que ver con que comamos juntos. Sé
separar el trabajo de mi vida privada. ¿Tú no?
—Por supuesto —mintió Lali, volviendo hacia el sofá—. Pero no me apetece
en estos momentos.
—Ni siquiera lo has intentado —Peter la siguió dentro—. Soy un hombre
agradable, buen conversador. También soy ingenioso y guapo. Y modesto. Cena
conmigo. Si te aburres, puedes volver al hotel. Al fin y al cabo, tienes que
cenar, ¿no?
—Estoy cansada. Iba a llamar al servicio de habitaciones.
Peter se encogió de hombros, se sentó en el sofá, estiró los brazos sobre
el respaldo y cruzó una pierna sobre la rodilla contraria.
—Tampoco es mala idea. ¿Me dejas ver el menú?
—Si no te levantas del sofá y te marchas de mi habitación ahora mismo,
llamaré a seguridad para que te echen —le advirtió Lali con los brazos en
jarra—. Pero antes avisaré a los medios de comunicación para que vengan y
graben cómo te expulsan. Y quizá hasta añada algo sobre tu debilidad por los
látigos, la ropa interior de cuero y los tacones altos. ¿Verdad que es odioso
que los periodistas se conviertan en el centro de la noticia?
—Llevas tres días en la ciudad —Peter sonrió—. Todavía no tienes
contactos. No conoces a nadie, así que no vendrá ningún medio. Bueno, ¿qué?,
¿dónde está el menú? A mí con una hamburguesa me vale. ¿A ti qué te apetece?
¡Le reventaba que siempre estuviera un paso por delante de ella! Si debía
tomarlo como una indicación de cómo iba a controlar la situación, más valía que
se montara en el primer avión de vuelta a Chicago. Suspiró, se pasó la mano por
el pelo.
—No te vas a marchar, ¿verdad?
—No —contestó él. Lali se acercó a la mesa, agarró el menú y se lo lanzó.
Peter lo agarró al vuelo—. Bueno, ¿qué tal te ha ido el día? —preguntó
mientras ojeaba la carta.
—No pensarás de verdad que voy a contestar a eso, ¿no?
—Sólo intentaba darte conversación.
—Pues te seré sincera. Ha sido un día ajetreado. He estado mirando el
seguimiento de los medios de comunicación a Ricardo Soler. Juegas fuerte. Tu
reportaje sobre el proyecto Marat era implacable. Y no te has molestado en
contrastar todos los datos —Lali reposó las manos sobre el regazo, lo miró y
trató de convencerse de que no era tan guapo como recordaba—. ¿Sabes? Todavía
me quedan dos preguntas.
—Eso era el sábado por la noche —contestó él.
—No recuerdo que pusiéramos un límite de tiempo, ¿no? Así que pregunta
número cuatro: ¿qué tienes que puedas utilizar contra Ricardo Soler?
—No pienso contestar.
—Tienes que hacerlo. Y ser sincero, ¿recuerdas? Ese era el trato —Lali
no pudo evitar sonreír. Por fin tenía la sartén por el mango. Al menos,
momentáneamente.
Permaneció callado unos segundos antes de responder.
—Pidamos la cena primero. Luego te cuento. ¿Qué vas a querer tú?
—Una ensalada César y una copa de vino tinto
—contestó Lali tras examinar el menú—. Por cierto, Ricardo Soler me cubre los
gastos de alojamiento y manutención. No sé si te causa algún dilema ético,
pero te aviso por si acaso. Estás comiendo a su costa.
—Pagaré yo —Peter agarró el auricular y llamó al servicio de
habitaciones—. Sí, queremos dos filetes a la plancha con patatas asadas, crema
de plátano de postre y una botella de su mejor champán. Ah, y un cóctel de
gambas y unas ostras —añadió antes de facilitar el número de su tarjeta de
crédito.
—Quería una ensalada —dijo Lali.
—Lástima. Pago yo, así que tendrás que comer lo que he pedido.
—No hay quien te aguante.
—Y todavía no me conoces —contestó Peter—. Bien, querías saber qué cosas
tengo contra Soler. Sé que la adjudicación del proyecto Marat no ha sido
transparente. Sobornos, primas en negro, enchufes. Ese proyecto es muy
apetitoso. Tres contratistas han intentado conseguirlo durante años y no han
podido. De pronto llega Soler y se lo lleva. Huele mal.
—¿Qué pruebas tienes?
—Ninguna... todavía. Pero las hay. Solo tengo que encontrarlas. Ahora,
cambiemos de tema.
—Siguiente pregunta —dijo Lali—. ¿Qué...?
—No —interrumpió Peter—. Ya te he dicho qué puedo utilizar contra Soler y
qué pruebas tengo. Dos preguntas, dos respuestas.
Frustrada, Lali se levantó y fue hacia el dormitorio.
—Voy a cambiarme. Cuando vuelva, será un placer si
te he perdido de vista.
Continuará...
Genial genial genial... más más más!!! :)
ResponderEliminarMasssss porfiii!!! Uno por dia no es suficiente!!!!!
ResponderEliminarMe encantaa! Más noove porfaa
ResponderEliminarExcelente!.. Me encanta esta nove, y me encanta que la tenga loca a Lali!!. se hace la dura pero no puede mas...
ResponderEliminarjajajajaj siempre está un paso delante de ella!! Jajajaja me encanta este cap por Peter y morí cuando se describia y dijo modesto(? Jajajajaja @LuciaVega14
ResponderEliminar