sábado, 21 de abril de 2012

Capítulo 24


Hay nuevas lectoras.. felicidad :) Muchas gracias por leer chicas. Siempre leo los comentarios acerca de la nove y me encanta todo lo que dicen. Muchas gracias a las que firman siempre, a las que recien empiezan a firmar y tambien a las que siempre me hablan por twitter (@siempreconlyp) Espero que les guste el capitulo. La novela tiene 61 capítulo y el epilogo. Asi que mucha cosa va a pasar todavia :) GRACIAS GRACIAS GRACIAS! Buenas noches, hasta mañana chicas! ♥


—¿Cuánto dinero aportó su empresa a la últi­ma campaña del senador Fernando Morgan?, ¿espera­ba favores a cambio?
Soler se metió en el coche y cerró de un portazo.

Capítulo 24
—El señor Soler tiene una reunión, pero responderé encantada a cualquier pregunta que tenga —intervino Lali. Aunque sonreía, sus ojos delataban que estaba enojada—. Las aportaciones del señor Soler a la campaña de Fernando Morgan son de dominio público. En cuanto al requerimiento, confiamos en responder satisfac­toriamente a cualquier pregunta del tribunal. El proyecto portuario ofrecerá trabajo a centenares de personas y el señor Soler considera que ayudará a los ciudadanos de Buenos Aires en estos tiempos de dificultades económicas. Si tiene más preguntas, no dude en llamarme para con­certar una entrevista, gracias.
—¿Su nombre, por favor? —preguntó Peter.
—Lali. Lali E-s-p-ó-s-i-t-o, con “s” —precisó con sarcasmo.
Luego se dio la vuelta y echó a andar hacia las oficinas. Peter la siguió con la mirada, atento al contoneo seductor de sus caderas y al movi­miento del trasero.
—Me estoy helando —dijo Vanesa, girán­dose hacia la furgoneta—. Ha sido una pérdida de tiempo. Un comentario de la dama de hielo y punto.
¿La dama de hielo? La descripción no podía estar más alejada de la realidad, pensó Peter. Pero no estaba dispuesto a decirle a su compa­ñera que Lali era capaz de generar más calor que ninguna otra mujer a la que hubiera tocado. Le bastaba oler su cabello o el sonido de su voz para hacer que la deseara.
—Fin de la grabación —murmuró al tiempo que le entregaba el micrófono a Vanesa—. Te veo a la vuelta en los estudios —añadió justo antes de correr hacia la entrada.
—¿Adonde vas? —gritó ella.
—Quiero hacer un par de preguntas más — Peter se despidió con un movimiento de la mano y no dejó de correr hasta alcanzar a Lali en el ascensor—. Hola, Lali. Lali, ¿verdad? Lali E s p ó s i t o —repitió con ironía.
—No... no tengo nada más que decirte — contestó ella, cruzando los brazos sobre el pe­cho.
—Te dije que no me echaría atrás —le recor­dó Peter—. La gente está empezando a hablar de Soler. Es cuestión de tiempo, Lali. No puedes salvar a este tipo.
—Voy a hacer mi trabajo —respondió con más firmeza que antes.
—Y yo el mío —Peter le agarró un brazo—. ¿Has comido ya? Conozco una marisquería estupenda a dos pasos de aquí. Venga, te encantará.
Lali miró los dedos de Peter. Luego, de pron­to, se soltó.
—¡No! No voy a comer contigo. No pienso ir a ningún lado contigo. Tú y yo no vamos a vernos salvo cuando me dirija a los medios en re­presentación de los intereses de Soler.
Pulsó el botón del ascensor con reiteración, como si estuviese desesperada por separarse de Peter, pero las puertas seguían sin abrirse. Segundos después, apareció un técnico de mantenimiento con una caja de herramientas.
—Está estropeado —anuncio—. Algún idiota le ha dado al botón de parada y ahora no arran­ca. Pueden esperar al otro o subir por las escale­ras.
—Me han contratado para hacer un trabajo y voy a hacerlo —insistió Lali mientras empujaba la puerta que daba acceso a las escaleras.
—¿No tienes ningún reparo ético en defen­derlo? —Peter la siguió al trote.
—¿De qué estamos hablando?, ¿de un pedazo de tierra con vistas al agua? —replicó Lali tras llegar al primer descansillo—. No estamos ha­blando de guerras, enfermedades o hambruna. Hablamos de un centro comercial, unos restau­rantes y unos chalés. Creo que eres tú quien debería ver las cosas en perspectiva. ¿Por qué no investigas a un narcotraficante o a un asesino?
Peter la miró intensamente. Estaba harto de hablar de trabajo. Había cosas mucho más inte­resantes de las que hablar con Lali.
—Ahora mismo estás pensando en besarme, no digas que no —la desafió.
—¿Qué? —preguntó sorprendida ella.
—Ya me has oído —Peter miró el hueco de las escaleras y frunció el ceño—. ¿Se puede sa­ber qué hacemos aquí? El despacho de Soler está en la planta veinte.
—Estoy en forma —Lali subió al trote otro tramo de escaleras y Peter maldijo en voz baja. Aunque estaba entrenado, veinte pisos eran mu­chos pisos. Después de perseguirla tanto tiem­po, quizá no le quedaran energías para besarla. Por fin, se quitó la chaqueta de mala gana, la dejó en el suelo y continuó subiendo.
—No pasa nada porque lo reconozcas —le dijo.
—¿El qué?
—Que te gusto. A mí no me da miedo admi­tir que me gustas.

Continuará...


5 comentarios:

  1. se hace la fría Lali y se muere por él!... muero por saber qué va a pasar en esas escaleras, aunque lo imagino! jajaja

    Grosa!, 3 caps subiste ayer!! buenísimo!!! gracias!!!

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  2. quiero otro capitulo!! se quedo bastante interesante... :)

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  3. me encanta ,, estoy ansiosa por el siguiente :)

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  4. se nos viene un momento hot?! ajjajaaj

    esperando el prox!

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  5. asdkhfwkefhwhekfhke lo amooooooo!!!! este chico me puede y menos mal que es un personaje jajajaja me encantaaaa @LuciaVega14

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