—Te llamaré.
Capítulo 36
Peter aparcó frente al hotel Eliot y buscó a Lali en la acera. La vio de
pie, junto a la puerta, charlando con el botones, y la contempló en silencio.
Se había vestido con un bonito vestido de algodón, con una falda de vuelo
amplio que se levantaba ligeramente con la brisa del verano. Llevaba el pelo,
lleno de rizos, recogido en una cola de caballo con una cinta colorida.
Cuando el sol dio sobre el vestido, se transparentó la tela y pudo intuir
la forma de sus piernas.
—Pero qué bonita es —murmuro Peter.
Llevaba toda la semana pensando en ella, pero había retrasado la llamada
adrede hasta el día anterior. Había esperado que tomándose cierto tiempo,
lograría entender su atracción hacia Lali y, de ese modo, podría controlarla.
Pero la única conclusión a la que había llegado era que se trataba de un deseo
irracional.
Debía odiarla o, cuando menos, desconfiar de ella. Pero apenas se hablaba
ya del artículo del Exprés. Lo habían reincorporado al canal y, según
los estudios realizados, hasta había mejorado su imagen al ser considerado un
hombre corriente, con el que cualquiera podía identificarse.
Así que, en esos momentos, estaban en una especie de tregua profesional y
en un cruce de caminos personal. Quizá, tras la primera cita, consiguiera por
fin alguna pista. Peter tocó el claxon y Lali se giró hacia él. Salió del coche
a recibirla. Teniendo en cuenta su último encuentro en los estudios de
televisión, no sabía qué ocurriría entre ambos. Pero Lali lo saludó con una
sonrisa.
—Hola.
—Hola, ¿estás lista?
—Sí. Aunque no estoy segura para qué. Peter rodeó el coche y le abrió la
puerta. Antes de que entrase, la rodeó por la cintura y se la acerco para
darle un beso fugaz. Lali no se resistió. Levantó la cabeza y le devolvió el
beso. Así debían ser las cosas, pensó él. Sencillas, con naturalidad. Cuando
separó los labios, sentía que habían limado las asperezas, al menos por ese
día. Le agarró el bolso, lo lanzó al asiento trasero y fue hacia la puerta del
conductor.
—¿Adónde vamos? —preguntó Lali cuando ya estaban en marcha.
—Sorpresa —dijo él—. Pero vamos a divertimos, te lo prometo.
—Me alegra que me hayas
llamado —comentó Lali—. No estaba segura de que fueras a hacerlo. Quería
volver a decirte que siento mucho lo qué pasó.
Peter se encogió de hombros, estiró un brazo y enredo los dedos en el
pelo de la nuca de Lali.
—No hablemos de trabajo.
—De acuerdo —convino ella—. Bueno, ¿de qué quieres hablar?
—Tampoco hay que forzarlo —dijo Peter—. Seguro que se nos ocurre algo.
El trayecto se les hizo corto y, tal como había predicho, no les costó
encontrar de qué hablar, aunque Peter estaba mucho más ocupado admirando lo
bonita que era que dándole conversación. Lali comentó que quería encontrar
algo que hacer en el tiempo libre mientras estuviera en Buenos Aires y Peter le
sugirió algunas cosas. Pero no le propuso, como primera opción, que se pasara
cada minuto que tuviese acostándose con él. Y eso a pesar de que le parecía le
mejor forma en que podía aprovechar el tiempo. Pero no creía que a Lali le
gustara un comentario tan directo en la primera cita. Cuando cruzaron el
puente del Congreso, ya casi la había convencido para que recibiera clases de
remo.
—Clases de remo —murmuró Lali—. Se me daría bien. En el gimnasio soy una
máquina con el aparato de remo.
Peter apuntó por la ventana hacia el Museo Infantil.
—Estamos yendo a San Clemente del Tuyú —comentó—. Mi barrio.
—¿Vives aquí?
—Ya no. Tengo un apartamento cerca del canal. Pero crecí aquí.
—¿Vamos a la casa donde vivías?, ¿sigue en pie?
—¿Te he hablado de San Clemente del Tuyú? —preguntó él.
—Lo... leí en el informe.
—Quizá debería leerlo yo también —bromeó Peter—. No querría repetir nada
que ya sepas.
—Creía que no íbamos a hablar de trabajo — dijo ella—. Aunque quizá no
sea un tema tan importante dentro de poco.
—¿Por qué lo dices?
—Estoy pensando en traspasarle el trabajo a algún compañero de la agencia
—Lali se encogió de hombros—. No estoy segura de que pueda ser todo lo
eficiente que debería.
—¿Te irías de Buenos Aires?
—Sí. No debería haber ido a los estudios de televisión el otro día. Ni
debería haberme enfadado porque el informe saliera en el periódico —contestó Lali—.
Pero me enfadé.
Peter desvió la mirada, incapaz de creer lo que estaba oyendo. Luego, se
tragó un exabrupto y detuvo el coche tras doblar una curva.
—No tienes por qué marcharte —dijo—. Si esto es lo peor que puedes
hacerme, podré soportarlo.
—Pero...
Acalló la respuesta con los labios, estrechándola en un abrazo
desesperado. La idea de que se fuera no debería haberlo afectado. Debería
haberle dado igual. Pero le importaba mucho... aunque no supiese con seguridad
por qué. Lo único que sabía era que necesitaba retenerla cerca de momento.
Continuará...
Ahhhh!!!!! Me mueroooo!!! Que divinossss!!!!! :D Como esta la playa?? Bueno disfrutaaa de las vacaciones y si tenes tiempitos libres acordate de la nove :D Increible esta la nove!!!
ResponderEliminarme encanto! estuvo muy lindo el capi :)
ResponderEliminarpor fin estuvieron un rato sin pelear! pero no me gusto la idea que dio Lali de dejar el trabajo e irse.. :(
disfruta de tus vacaciones! :D y cuando tengas un tiempito acuerdate de nosotras :P
muy bueno el cap :)
ResponderEliminarMe encantó,alguien iba a subir una síntesis a tw,sabés quien así me pongo al dia con la historia.Igual ya me gustó...
ResponderEliminarMuy Lindo El Cap...
ResponderEliminarAwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww me mori de amor ♥ con Peter nooooooooooooooo qe Lali no se vaya por favor!!!!! o si se esta por ir que el la convensa para que se termine quedando, me encantooo como empezo la cita =$ ♥ @LuciaVega14
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