domingo, 15 de abril de 2012

Capítulo 14


Espero que les guste! :) mi twitter es @siempreconlyp 



Peter suspiró mientras su hermano caminaba hacia la puerta. Quizá lo había presionado demasiado. Pero llevaba tenso todo el día y no ha­bía podido evitar forzar una discusión.
—Tengo que olvidarme de Lali Espósito — murmuró—. Tengo que quitármela de la cabeza.



Capítulo 14
—No sé qué hago aquí. Soler no me ha explicado lo que quiere —dijo Lali. Estaba sen­tada en el salón de su suite, haciendo garabatos en un papel mientras hablaba con su mejor ami­ga y compañera en la agencia, Cande Vetrano—. Hemos quedado el martes, supongo que me lo dirá entonces.
—¿Para qué tenías que estar en Buenos Aires esta semana?
—No sé —Lali dibujó un corazón y repasó el perfil una y otra vez—. Supongo que querría que asistiese a la fiesta de recaudación de fon­dos que daba para que viese lo bueno que es.
Cande y Lali habían empezado a trabajar en Dilan Scott el mismo mes y se habían ayuda­do mutuamente el primer año, llamándose cada vez que tenían alguna duda. Aunque ya tenían más experiencia, seguían hablando de sus clien­tes.
—¿Por qué habrá buscado a una experta en relaciones de Chicago? —preguntó Cande—. En Buenos Aires tiene que haber un montón.
—No sé, tendré que preguntárselo.
—Sabrá que eres buena en casos de escánda­los. ¿Crees que se trata de un escándalo?
—Sí lo es, espero que no sea muy complica­do, o me tocará tirarme una buena temporada por aquí.
—¿Cómo son los hombres de Buenos Aires? —pre­guntó Cande—. ¿Son más guapos que en Chica­go?, ¿conociste a alguien interesante en la fiesta?
Lali contuvo la respiración. No cabía duda de que Peter Lanzani le había parecido interesante. ¿Cuántas veces había pensado en él desde la no­che anterior? Había creído que podría concen­trarse en el trabajo, pero hacer el amor en el asiento trasero de una limusina había sido la cosa más alocada y peligrosa que había hecho en su vida. Y, en vez de satisfacerla, la hacía desearlo más. Quería volver a probar su boca, aca­riciar su pelo, ese cuerpo increíble. Tragó saliva.
—No... no he venido a ligar —contestó por fin—. Me han contratado para trabajar.
—¿Estás bien? —le preguntó Cande al cabo de unos segundos—. Te noto un poco rara. Tensa.
—No, estoy bien.
—¿Estás pensando en Daniel? Este trabajo es lo mejor que puede haberte pasado. Así pon­drás distancia entre él y tú y podrás seguir ade­lante con tu vida.
Pero Lali no había pensado en Daniel un solo segundo desde que había conocido a Peter.
—Ya lo he superado —aseguró—. A partir de ahora, no me dejaré atrapar en más fantasías ro­mánticas. De hecho, no voy a dejarme engatusar por ningún hombre.
—Me parece una buena actitud —dijo Cande—. De momento.
—Oye, he pedido un aperitivo y están lla­mando a la puerta —se excusó Lali tras oír que golpeaban con los nudillos—. Te llamo el mar­tes después de hablar con Soler. Acuérdate de regarme las plantas y recogerme el correo — añadió y colgó el teléfono tras despedirse.
Lali encendió el televisor mientras se acerca­ba a la puerta. El sonido del telediario de las once llenó el salón. Aunque había tomado una ensalada suculenta en el restaurante del hotel para cenar, se le había antojado algo dulce. Se había prometido empezar una dieta, pero ese día ya había hecho bastante ejercicio, paseando por las calles de la ciudad, yendo de compras y visitando los barrios con más historia de Buenos Aires, para co­nocer un poco más de la ciudad que sería su ho­gar durante los próximos meses.
Pero, a pesar de distraerse con las compras, no había podido impedir que sus pensamientos volvieran una y otra vez a la noche anterior. In­cluso en esos momentos le ardían las mejillas al recordar lo que había hecho. Se llevó las manos a la cara antes de abrir la puerta. ¿De qué se avergonzaba? Había decidido qué quería y había ido en busca de ello. El hecho de haber dado rienda suelta a sus instintos más lascivos y ter­minar con un orgasmo sobrecogedor no lo con­vertía en un delito.
—O de eso trato de convencerme —murmu­ró justo antes de abrir la puerta.
—Buenas noches, señorita Espósito —la sa­ludó un camarero con una bandeja.
—Hola —Lali se echó a un lado para dejarle paso—. Puede dejarlo en la mesa, gracias.
Lo siguió, firmó el recibo de la ración de tarta y el helado y añadió una propina generosa. Ricardo Soler cubría los gastos de alojamien­to, de modo que, ¿por qué privarse? Pero, mien­tras firmaba el recibo, le llegó el sonido de una voz familiar. Se quedó helada. Luego, muy des­pacio, se giró hacia el televisor.

Continuará ... 

4 comentarios:

  1. Haaaay quiero que se encuentren otra vez! y no estoy segura pero tal vez en la tv esta PETER LANZANIIII jajajajaja me gusta mucho la historia....aaaaaaahhhhh y quiero que vivan mas aventuras ya tu sabes!! jajaja

    @Complicidad_lyp

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  2. Aaaaaaaayyyy buenísimoo!
    qué dirá? espero el próximo :)

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  3. buenisimo! me lei 3 capis seguidos y me encanta! :D

    a quien habra escuchado? :O

    espero con ganas el siguiente capi! :P

    si me avisas por twitter te lo agradeceria mucho...
    el mio es @Veriiluuh :) besos!

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  4. AHHHHHHHHHHHHHHHHH lo va a ver!!!!!!!!!! me muero ya quiero ver como reacciona!!?!?! @LuciaVega14

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