miércoles, 25 de abril de 2012

Capítulo 33


  Hola hola.. Recien llegué a mi casa, sorry por no subir antes. Si hay firmas subo otro antes de irme a dormir. besitos.  


Peter asintió con la cabeza. Pero no le basta­ba con cualquier mujer. La única mujer que de veras le interesaba era Lali. Y aunque ya había hecho el amor con ella una vez, necesitaba repetir.

Capítulo 33
Lali estrelló el periódico contra la mesa de la sala de conferencias y asesinó con la mirada a los cuatro miembros del departamento de rela­ciones públicas.
—¿Quién ha filtrado esto? —exigió saber. Los cuatro sospechosos la miraron como si acabase de preguntarles quién de ellos había nacido en Plutón. Lali agarró el Buenos Aires Exprés y lo blandió en el aire—. Tiene que haberlo filtrado alguien. Página doce. Dos columnas enteras con todo lo que aparecía en el informe sobre Peter Lanzani. Alguien se ha hecho con una copia y uno de vo­sotros se la ha tenido que proporcionar.
—Yo no he filtrado nada —Darío acusó con la mirada a Margarita.
—Yo tampoco. Te llevaste la copia que tenía­mos —le dijo esta a Lali.
—¿No tenías más copias?
—Recibimos el informe anteayer —intervino Rubén—. Apenas tuvimos tiempo de leerlo.
—El señor Soler tenía una copia —seña­ló Ana—. A veces le gusta actuar por su cuenta.
Lali tomó aire y trató de serenarse. No le gus­taba perder los nervios en el trabajo, pero se tra­taba de un grave error.
—De acuerdo. Yo me ocupo de esto. Volved al trabajo. Y no habléis con la prensa sin consultár­melo antes, ¿está claro? —Lali agarró el periódico, salió de la sala de conferencias y enfilo directa­mente hacia el despacho de Ricardo Soler. Cuando llegó a la mesa de la señora Navarro, no se molestó en pararse—. ¿Está dentro?
—Señorita Espósito, no puede...
—Si está dentro, dígale que necesito verlo — interrumpió Lali—. Inmediatamente.
La señora Navarro descolgó el teléfono, su­surró al auricular y asintió con la cabeza.
—Puede pasar —le dijo a Lali.
Sabía que debería haber esperado a calmarse un poco, a descubrir por qué estaba tan enfada­da en realidad. ¿Le disgustaba que hubiesen desobedecido sus instrucciones?, ¿o le daba miedo que el artículo pudiese hacerle daño a Peter Lanzani? Le había dejado claro a Ricardo Soler que era ella la que llevaría las relaciones con los medios de comunicación. Y ensuciar la trayecto­ria de Peter era decisión de ella y de nadie más.
—¡Lali!, ¿has visto el Exprés?preguntó Ricardo cuando la vio entrar.
—Sí.
—Me habría gustado poder ponerlo más cer­ca de la portada, pero la página doce está bastante bien. Le hará daño.
Lali respiró hondo antes de hablar. No le ser­viría de nada dirigirse a Soler a gritos.
—La última vez que hablamos, llegamos a un acuerdo. Te pedí que no interfirieras, que me dejaras ocuparme de tus asuntos para que te ayudase con tu... problemilla.
—Sólo le comenté a un amigo lo que sabía —Soler levantó las manos haciéndose el inocente—. Se lo habrá contado a la prensa.
—No me vengas con cuentos —replicó Lali—. Sé lo que has hecho. Hiciste una copia del informe y se la diste a un amigo que, a su vez, la ha filtrado al Exprés.
Soler pareció sorprendido por la sagaci­dad de Lali... y por la falta de respeto con que le hablaba. Pero a Lali le daba igual. Como si la despedía. Aunque aquel encargo podía aportar una buena inyección de dinero a Dilan Scott, si Soler la echaba, podría volver a Chicago sin tener que reconocer que no había sido capaz de defenderlo. Siempre podía alegar que era un cliente muy difícil.
—Y no me amenaces con despedirme por­que dimitiré antes de que tengas oportunidad de hacerlo —lo avisó Lali.
—¿Por qué estás tan enfadada? Esto nos da una ventaja.
—Si hubiese querido utilizar esa informa­ción, y no digo que lo hubiera hecho, habría sido después, para contestar cualquier noticia que diese. Ahora, no tengo nada que utilizar si destapa algo contra nosotros. En un par de días se habrán olvidado del artículo y no tendremos nada para defendernos.
—No será tan grave como dices —dijo Ricardo a la defensiva, consciente del error que había cometido—. Siempre puedo pedirle al de­tective que busque más trapos sucios.
—¿Y si lo vuelven en tu contra?
—No pueden.
—Por supuesto que pueden. En los medios de comunicación hay mucho corporativismo. Y quizá tengamos que explicar por qué has urdido esta venganza personal contra un periodista. Te describirán como una persona rastrera y renco­rosa.
—Pues arréglalo —contestó Soler entre dientes—. Para eso te he contratado, ¿no?
Lali asintió con la cabeza, se dio media vuelta y se marchó. Fue directamente a su propio des­pacho, agarró su bolso y se acercó a la mesa de María.
Cancela todas mis citas para esta tarde —le dijo.
—¿Adónde vas? —preguntó la ayudante.

Continuará...

7 comentarios:

  1. hermoso , como siempre! Es increible lo bien que escribis!! Te felicito linda :)) @michubregTA

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  2. Me encanto el capituloooo! MASSSSS!!! =)

    @BelenCorbera

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  3. Haaayyyyy maaaaaaaaaaaaassss.....maldito Soler y Lali que por favor este con Peter, que no le hagan daño por su pasado y obvio que pronto esten juntos!

    Andre
    @Complicidad_lyp

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  4. Adonde vas Lali??? JAJAJAJA, ver a Peter? :) ojala! más noveee

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  5. Muuy buenooo el cappp!!! Quiero mas encuentros!!!!! :D Massss caps please!!!!!!! Soy luli besoss!!

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  6. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO SOLER Y LFJWLEFJLQEWJLFEWLEW ¬¬ LO ODIIOOOOOOOOOOOO A DONDE VA LALI :O ???? @LuciaVega14

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