miércoles, 18 de abril de 2012

Capítulo 20


No pude subir más capis ayer, pero hoy.. si hay firmas les subo más novela :) Espero que les guste. Como estan? Yo estoy felizzzzz!  Tweets Laliter y hoy se viene #LaDueña y voy a ver mi Petercin. ♥ Bueno, disfruten y firmen. Besos ...  "Es la dueña.." ♫♪

Lali apretó los dientes, se dio la vuelta y cru­zó la calle hacia un taxi. Peter la siguió con la mirada, negó con la cabeza y se dirigió hacia su coche. Tras despedirse de ella la primera noche en la limusina, había creído que no volvería a verla. Pero esa vez tenía la certeza de que, antes o después, volverían a encontrarse. Y, cuando eso ocurriera, estaba seguro de que sería una experiencia interesante.

Capítulo 20
Lali soltó el maletín sobre el sofá y se descalzó. Eran cerca de las siete y se había pasado el día en el despacho, repasando todos los artículos que se habían publicado sobre Ricardo Soler en el último año. Había echado un vistazo a numerosas revistas de negocios hasta hacerse una idea de qué periódicos estaban de su parte y dónde tenía enemigos. Se había reunido con el equipo de abogados para que la asesoraran en ese terreno. Y había diseñado una estrategia para controlar cualquier escándalo que pudiera explotar.
Estaba segura de que Peter Lanzani iba a ir por ellos con todas sus fuerzas. Por lo que había podido ver, era tenaz y paciente cuando estaba detrás de una historia jugosa. Y, en el fondo, no podía culparlo. Desde que había comenzado a ejercer como relaciones públicas, ella era la primera que había puesto sus cinco sentidos en al­canzar sus objetivos.
Y nunca había dudado de su capacidad. Pero, de repente, se preguntaba si no se habría tirado donde más cubría sin chaleco salvavidas. Si los negocios de Ricardo Soler resultaban tan turbios como se temía, le costaría impedir que le explotara algún escándalo. Y un cliente insatisfecho podía ser muy peligroso. Además, tenía que enfrentarse a un periodista perseverante que tenía la capacidad de arrebatarle el juicio con un simple beso.
Limítate a hacer tu trabajo —se dijo mien­tras se desplomaba sobre el sofá. Se echó la mano a la nuca y se quitó la horquilla del moño para que el cabello le cayera suelto con libertad.
Peter ya había sacado por televisión las pro­testas contra el proyecto Marat en el puerto y era obvio que tenía a Soler entre ceja y ceja. Lanzani era más peligroso que los grupos locales que se oponían al proyecto. Podía llegar a miles de telespectadores en una sola noche e influir en las decisiones de las personas con poder.
Se sentía casi impotente. Le había mostrado su debilidad la tarde del pub y, si era buen periodista, la explotaría en su beneficio a la menor oportunidad. Gruñó y se frotó las sienes, tratan­do de despejar la cabeza. Con ese encargo, más que con ningún otro, tenía que desconectar al salir del despacho y disfrutar del tiempo libre.
Pero una cosa era decirlo y otra distinta con­seguirlo. En Buenos Aires no tenía amigos, de modo que no le quedaba más remedio que pasarse día y noche pensando en el trabajo. Ya había roto la promesa de ponerse a dieta. Lali agarró las chocolatinas que había comprado en una máquina expendedora y se metió una en la boca. Empe­zaría el régimen al día siguiente.
Llamaron a la puerta y se levantó como un resorte. Todavía no había pedido la cena. ¿Quién sería? Al abrir la puerta se encontró con Peter Lanzani. Llevaba un ramo de flores y una sonrisa luminosa embellecía su cara. El corazón le dio un vuelco.
—Hola —lo saludó él, mirándola a los labios.
Lali hizo ademán de cerrar, pero Peter empu­jó la puerta con suavidad.
—¿Qué haces aquí? —pregunto ella—. ¿Cómo has averiguado dónde me alojo?
—Soy Peter Lanzani, periodista de investiga­ción —bromeó este—. Tengo muchas fuentes fiables.
—No quiero hablar contigo. No tenemos nada que decirnos.
—De acuerdo, entonces no hablaremos. Va­mos.
—¿Adónde?
—A cenar. Eres nueva en Buenos Aires. Conozco los mejores restaurantes y puedo entrar sin ne­cesidad de hacer reserva. Te invito a que me acompañes a cenar. No tienes que decir una sola palabra. No hablaremos de trabajo, no hablaremos de sexo, no hablaremos de nada. Sólo comeremos.
—¡No voy a salir contigo! —gritó Lali.
—¿Quién ha dicho que esto sea una cita?

Continuará... 

6 comentarios:

  1. ayyy me muero! se pone cada vez mejor, me encants!! espero el otro :)

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  2. Aaaayyyyy por Dios esta Lali negadora jajajajaja y Peter bombon!!!
    Que se vayan juntos carajo y pasen una noche d elujo...Seguila esta buenisima

    Andre
    @Complicidad_lyp

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  3. Excelenteee!!!! Quiero massss!!! Porfissss!!! Genia tu y quien la escribe!!! :D

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  4. Buenísimoooo! Qué histérica Lali eh! y Peter invitándola a cenar, un tiernoo, pero cuáles seran sus intenciones? jaja
    Espero el siguiente cap
    Todos morimos con los tweets laliter :)

    @jeissymori

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  5. Jajajajaja que guachoooo!!! Me muero como la seduce =3 loo amoooooo @LuciaVega14

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