Hello, como ayer no pude subir, les dejo uno más hoy. :) Les cuento algo.. la nove tiene 53 capítulos. DISFRUTEN. + comentarios = + novela. BESOS ♥
Adam siguió mirando a su padre
y a Lali unos segundos y, al final, salió de la
habitación.
Capítulo 40
-Maldita sea -resopló Peter, dejándose caer de nuevo
sobre la almohada. Se tocó el pelo y fijó
la vista en el techo-. ¿ Qué coño está haciendo el niño en casa? Aún no es
domingo. ¿Y qué hace aquí Eugenia?
¡Qué desastre! ¡Vaya mierda de pesadilla!
Lali se sentó en la cama y se
cubrió el pecho con la sábana.
-¿Qué quieres que haga?
-¿Has visto su cara? -Lanzó un suspiro y se tapó la
cara con las manos-. ¿Y yo qué coño sé?
Igual cree que has venido a verme y
que estabas tan cansada que necesitaste echar una siesta. O que te sentías mal y por eso te acostaste.
-Sí, claro, y ahora me estabas
haciendo una exploración de pecho.
Peter la miró por entre los
dedos.
-Adam
ha visto cómo movías la mano por debajo de la sábana. No es idiota. No creo que se trague cualquier excusa. Dile la
verdad y ya está.
Peter apartó las manos de la
cara.
-No me digas cómo tengo que
hablarle a mi hijo, por favor. Odio que
la gente que no tiene hijos me diga lo que tengo que hacer. Yo decidiré lo que es mejor para él, y no creo que darle explicaciones sobre mi vida sexual sea lo mejor ahora
mismo.
-Muy bien. -Lali apartó la
sábana y se levantó-. Dile lo que
quieras.
Cerró la puerta del dormitorio
y recogió su ropa del suelo.
-Lali.
Ella le volvió la espalda y se
enfundó los pantalones cortos.
-Lali. -Se puso de pie detrás
de ella y le apoyó las manos en los hombros-. No tenía que
haber dicho eso de que no tienes hijos. Lo siento.
Con el sujetador en la mano,
ella se volvió hacía él. Sentía lo que
menos tenía que sentir.
-Respeto tu postura moral y que
quieras educar a tu hijo con el ejemplo. De veras que sí. -Se abrochó el
sujetador y se ajustó los tirantes-. Debe de
ser muy difícil, pero yo no pienso ser
tu oscuro secreto. -Pensó en las veces que él había ido a verla a casa y había aparcado la camioneta detrás de
la de Rochi-. No pienso ser eso sobre
lo que mientes o no quieres hablar. Yo no
quiero vivir así.
-De acuerdo.
Lali recogió la camiseta pero Peter
se la arrebató de las manos.
-Saldremos
de ésta -le aseguró-. Ya veremos cómo, pero
te advierto que a Adam no le ha
gustado nada lo que ha visto, no
me lo pondrá fácil a mí, ni a ti. -Le
levantó la barbilla y la miró a los
ojos-. El siempre ha soñado que los
tres acabaríamos como una familia feliz. Se ha esforzado mucho.
-¡Dios mío! -exclamó de pronto -. ¡Eugenia
Suarez!
-Me preguntaba cuánto tardarías
-Joder! -exclamó, palpándose el
pelo lleno de polvo-. Estoy hecha un asco.
Peter le dio la camiseta.
-Hasta en tu peor día eres más
bonita que Eugenia.
Era una mentira podrida pero, de
repente, el aspecto dejó de ser su mayor preocupación,
porque instantáneamente recordó por
qué aquella mujer le había resultado tan familiar, y no había sido precisamente por la tele. Tenía que
marcharse antes de que Eugenia a su vez recordara
que habían coincidido unas semanas
antes en el despacho de Pablo, cuando éste le entregó los papeles del divorcio. Durante el proceso, Lali había
hecho unas cuantas cosas para
fastidiar a su ex marido, y una de ellas tenía que ver con cierta estrella de la tele y su secreto implante de senos.
Mientras
Peter se ponía una camiseta y unos Levi's limpios, Lali se enfundaba los
calcetines sucios y se ataba los cordones de las
aparatosas botas de Rochi.
-Será mejor que me vaya ya para
que podáis hablar.
-Te llevo.
-Puedo ir andando. Hay menos de
cinco kilómetros y yo cada día los hago corriendo.
-Ni hablar.
-Quiero caminar. Así tendré tiempo para pensar. En
serio.
-¿Seguro?
-Sí.
Recorrieron el pasillo hasta
la salita, ella manteniéndose ligeramente
por detrás de él. Adam estaba sentado en una mecedora, balanceándose tan fuerte que los muelles rechinaban y el respaldo rebotaba contra la pared. El niño fijó una
mirada ceñuda en Lali, a quien afectó más de lo que pensaba ver todo aquel dolor dirigido hacia ella. Se le alojó muy cerca del
corazón y se le quedó clavado como una
espina de hielo. Se preguntó si algún día podrían volver a ser amigos. Entonces desvió la mirada a Eugenia,
que estaba de espaldas, ajena a todo, mirando las fotos enmarcadas de Adam y Peter que descansaban sobre el
televisor.
-Basta ya, Adam -dijo Peter.
La mecedora chocó aún con más
fuerza contra la pared. Eugenia se
volvió y miró a Peter.
-Siempre me había preguntado
cómo sería tu casa. Me recuerda la casa donde vivíamos
cuando Adam era un bebé.
-Nunca te gustó esa casa
-repuso él, y señaló a su hijo con el dedo-. Basta ya, ¿no me has oído?.
-Eso no es del todo cierto. -Eugenia
miró a Lali. En circunstancias normales, Lali se
hubiera tirado de los pelos por su aspecto,
especialmente si se comparaba con la perfección y belleza de Eugenia Suarez. Aquel día, su única esperanza era que la suciedad del pelo y las manchas de su camiseta
camuflaran su identidad-. Adam no me dijo que
tuvieras novia.
-Yo ya me iba. -Pensando en huir
por la puerta trasera, Lali cruzó de medio lado la
sala-. Estoy segura de que tendréis
muchas cosas de que hablar.
La mecedora volvió a
estamparse contra la pared y Peter sacó a su hijo de la silla.
-Te llamo luego. Despídete de
la señora Espósito, Adam -dijo.
Adam no abrió la boca y Lali sólo
tuvo tiempo de llegar a la puerta de la cocina antes de
que la detuviera la voz de Eugenia.
-¡Un momento! Yo te conozco.
Eres la ex mujer del doctor Martinez.
Lali cerró los ojos. ¡Mierda!
-Trabajas para el National Enquirer -añadió Eugenia.
Lali desvió la mirada del
enfurecido rostro del ángel más querido de Estados Unidos y miró a Peter, que
arrugó el ceño y se quedó inmóvil, con Adam
agarrado del brazo.
-No, no trabajo para el Enquirer -respondió Lali.
-Tú fuiste quien filtró
información confidencial sobre los pacientes
del doctor Martinez. -Eugenia señaló a Lali con un dedo acusador-. ¡Les contaste lo de mi puto aumento de pecho! -Lali se sorprendió. Sin duda, el país nunca había
escuchado ninguna palabrota de aquellos
perfectos labios angelicales-. Me dijo
que no podía demostrarlo, pero que estaba seguro de que habías sido tú.
Dadas las circunstancias, Lali
pensó que la cólera de Eugenia estaba
justificada, pero no delante de Adam.
-En mi defensa -comenzó-, diré
que Pablo era un cerdo y que yo quería hacerle daño.
No me paré a pensar quién podría salir
perjudicado, pero siempre me he sentido fatal por ello. Siento lo que pasó.
Peter acabó soltando a su hijo.
-¿Eres reportera del National Enquirer?
-No. Hará unos cuatro años fui
la fuente anónima de algunas de sus historias de
corazón y luego escribí unos artículos independientes sobre tonterías del mundo de la moda. Sólo hice eso, y ya lo he dejado.
-Escribes artículos sobre
flora y fauna, ¿sí o no?
-Bueno, no exactamente.
-¿Qué escribes, pues?
Exactamente.
Tampoco podía seguir mintiendo, así que respiró
hondo y respondió:
-Soy redactora del Weekly News of the Universe. Escribo los
artículos de extraterrestres y humanoides peludos.
Peter echó la cabeza atrás y la
miró con los ojos entornados.
-Adam,
vete a tu habitación -ordenó sin apartar los ojos de Lali.
-No quiero.
-No te he preguntado si
quieres ir o no. Te he dicho que vayas.
El niño abandonó la sala
remoloneando, como si tuviera plomo en
los pies. Nadie dijo nada hasta que se cerró la puerta del dormitorio.
-O sea -empezó Peter-, que
todo eso de la flora y fauna era una patraña. Trabajas para
la prensa sensacionalista.
-No cuento chismorreos.
Escribo artículos sobre alienígenas -se
justificó, extendiendo los brazos-. A eso me dedico.
-¿Y se supone que he de
creerte? No has hecho más que mentir
desde que llegaste al pueblo. ¡Por Dios! Ayer debiste de reírte de lo lindo cuando te enseñaba todas esas
flores para tu artículo.
-No me reí.
-Y todo lo de Hiram Donnelly
también era mentira, ¿no?
-No; pienso escribir el
artículo. Nunca...
-¿Cómo encontraste a Adam? -la
interrumpió él. Lali no entendió a qué se
refería.
-¿Cuánto voy a tardar en leer
algo sobre mi hijo en tu repulsiva revista?
Lali todavía tardó unos
segundos en comprenderlo. El encantador
hijo secreto del inmaculado ángel de América sería una noticia espectacular. Un bombazo.
-Yo nunca haría eso. Nunca
haría algo así, ni a ti ni a él y, por más
que te cueste creerlo, tampoco a Eugenia.
-Tienes razón, me cuesta creerlo -intervino Eugenia.
Lali observó los rostros que
la miraban. Eugenia ni siquiera se
esforzaba por esconder su rabia y, a cada segundo que pasaba, Peter se iba volviendo más y más distante.
-¿Quién te ha mandado aquí, Lali?
-Mi periódico, pero no por el
motivo que crees. Me enviaron a hacer
fotos y escribir artículos. Ahora mismo estoy escribiendo una serie sobre un pueblo repleto de
extraterrestres. -Sentía que el corazón se le encogía
en el pecho y sacudió la cabeza-. La
semana pasada utilicé a Eden Hansen por su pelo púrpura y las ojeras exageradas, pero te juro que no sabía que
Eugenia era la madre de Adam hasta hace dos
minutos. Tienes que creerme.
-Ni siquiera sé si te conozco.
Lali se llevó la mano al
corazón, como si quisiera protegerlo de la
fría mirada de Peter, como si quisiera protegerlo para que no se le rompiera.
-Cuando te conocí, no te dije a
qué me dedicaba porque no era cosa tuya. Cuando empecé a
conocerte mejor, no sabía cómo explicarte que te había mentido sobre mi
trabajo, y nunca encontraba el momento para hacerlo.
-Se me ocurren unos cuantos
momentos en que podías haberlo dicho. Cualquier momento
entre el Cuatro de julio y el día de hoy
hubiera sido una buena ocasión.
No podía decir nada, salvo:
-Tienes razón, admito que debí
contártelo.
-Sí, supongo que sí. Desde el
momento en que te vi, me pregunté qué podía traer a una
chica de ciudad a un pueblo perdido como
Gospel. Supongo que ahora lo sé, y no tenía nada que ver con humanoides peludos ni con alienígenas ni con sheriffs corruptos. Descubriste lo de Adam y viniste a
fisgonear en nuestras vidas.
-¿De veras lo crees?
Peter selló la boca con una
mueca y no dijo nada más. No era necesario.
-Ya te he dicho que jamás te
haría eso, y no lo haré, pero supongo
que sólo te lo creerás cuando compruebes que no aparece nada de esto en los periódicos.
Lali lo miró por última vez y
salió por la puerta.
Continuará...
NO ME HAGAS ESTO, no me dejes asi por dios
ResponderEliminar@Pela_Teamo
y vos nos pensas dejar así??
ResponderEliminarALTO BARDO se armó! @ConEllosSiempre
ResponderEliminarnoooooooooooo, resistee laliterrrr
ResponderEliminarai nooooooooo :(
ResponderEliminaraaaaaaaaai todo por culpa de eugenia la concha de laloraaaaaaaaaaa
ResponderEliminarNunca me imagine esto por el amor de Dios
ResponderEliminarnoooo pobre laliiiiii
ResponderEliminarnoooooooooo, algo más podía pasar? Eugenia fuiraaaaaaaaa! :)
ResponderEliminarMAS NOVE !!!
OMG!! no me gusto lo que le dijo peter, lali si le mintio pro no eraa para tanto pff quee intenso el caap me encanto :DD quiero maas porfis porfis ;)
ResponderEliminar@FernandaLazaroG
MAS
ResponderEliminarNo Lo Puedes Contar Ahi, Ya Cuando Todo Estaba Bien Subi Mas Por Favor
ResponderEliminarEspero El Proximo' Peter Le Tiene Que Creer A Lali
Besos
@DaniiVasqueez
hay no todo mal ¬¬
ResponderEliminarU.u
Ayy nooo! pobre Lali, que feo que Peter no le crea ni confíe en ella :(
ResponderEliminarmás, más!!
Se armó lindo lío!Y pensar q ella fue recluida ahí para reccuperrse,va a quedar peor q antes así!
ResponderEliminaraii no porque se tenian que peliar asi :( todo por culpa de eugenia !!!
ResponderEliminarquiero otro capítulo
:(
ResponderEliminarLo bueno es que aun quedan 13 capítulos para que todo se solucione :)
nooooooooo...era sabido que en cuanto apareciera adama iba a ver lio, pero eugenia no estaba en los planes
ResponderEliminarbeso
Espero ya el 41 no se que va a pasar pero espero que peter se arrepienta de como la ha tratado :$
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarquiieroo maaaaaaaaaaaaas :)
ResponderEliminarNOOOOO yo pense que Adam iba a reaccionar mejor, no que se iba a enojar :( y Eugeniaaa que mete pua!!!! quiero que se arreglen por favor @LuciaVega14
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