Hice un cambio en la disposición de los caps... 2 caps para el final! Creo que mañana se termina :) Disfruten y comenten! Besos y gracias por los comentarios ♥
-No -dijo ella, sacudiendo la
cabeza-. Nunca lo sabrás, porque eso significaría que
tendrías que creerme sin pruebas. Significaría
que tendrías que tener fe en mí, pero tú jamás la tendrás, porque jamás te he importado de verdad.
-Te equivocas. -Apartó la
mirada y añadió-: Me has importado.
-No lo suficiente. -Miró por
última vez al hombre que amaba con todo su ajado
corazón-. Y yo me merezco algo más que un
hombre al que no le importo lo suficiente.
Capítulo 50
Myron Lambardo cogió el puro
Swisher Sweet con sus rechonchos dedos y se lo sacó de
los labios. Exhaló hacia el techo una
nube y varios anillos de humo. Si tenía que pasar un día más escondido en el establo de Paris, metido en su
Winnebago, acabaría desquiciado. Igual hasta
se ponía violento con alguien.
Se incorporó sobre el codo y
observó el rostro de Paris. Bajo las
sábanas de su cama yacía el cuerpo desnudo de ella junto al suyo. Era una mujer agradable y le importaba más de
lo que le había importado ninguna otra,
salvo su madre, por supuesto.
Paris cocinaba como nadie y,
hasta hacía dos días, había sido virgen.
La primera noche que ella entró en la Winnebago , hicieron el amor y a él todavía le costaba creer que
hubiera sido su primer hombre. Lo había escogido a
él y eso había hecho que se hinchara
como un pavo. Era una pena que él no fuera la clase de tipo que se queda mucho tiempo en un mismo lugar, porque
de lo contrario podría llegar a
formalizar algo con ella.
-Me encantaría que pudieras ir
al baile mañana por la noche -le dijo Paris, que se ponía
mimosa al mirarlo-. Reparten serpentinas
de colores y decoran la casa solariega. Es el Baile del Día de los Fundadores. Todo el mundo se pone vestidos
muy elegantes y hasta contratan una
orquesta. Podría enseñarte a bailar country.
Paris sabía que Myron no podía
dejarse ver por el pueblo, pero a él le pareció muy tierno
que ella quisiera bailar con él. Aunque
fuera esa mierda de música country.
-Me temo que tendré que irme
pronto de aquí.
Paris frunció el entrecejo.
-Yo no quiero que te vayas.
-¿Crees que puedo seguir
escondido en tu establo toda la vida?
Ella sonrió.
-Me encanta tenerte aquí. Es
divertido tener que escabullirme para venir.
-Ya, pero no puedo quedarme
mucho más. La cuestión es que he estado pensando en irme
a México. Ya que la WWF
no va a patrocinar combates de lucha
mini, y Lali Espósito ha hecho creer a
todo el mundo que soy maricón, no creo que tenga demasiado futuro en este país. He estado pensando en hacerme un nombre en México. Siempre he soñado en convertirme
en un gran luchador, reconocido y
premiado. A esos tipos siempre los respetan.
Ella volvió la cara y el enano
notó sus lágrimas.
-Te echaré de menos, Myron.
Él se metió el puro en la boca y frotó el hombro de
Paris.
-Yo también te echaré de menos. Eres una buena
mujer.
-No tan buena. No estoy
orgullosa de haberme enfadado y llamado
a todos esos reporteros.
-Si no lo hubieras hecho, no
nos habríamos conocido.
-Eso es cierto -sollozó ella-.
Y tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Peter
desvió el Chevy hacia el arcén de la carretera y aparcó a la sombra de un
tupido pinar. Eran casi las ocho de la mañana, y encendió el radar para cazar a los infractores. No pensaba cazar demasiados. A esas horas de la mañana la carretera
solía estar tranquila, pero siempre
había algún rezagado que llegaba tarde al trabajo y se saltaba el límite de
velocidad. Comunicó por radio su
posición a la oficina y se recostó en el asiento con sus ejemplares de People y Weekly News of
the Universe. Los había comprado
en el M&S aquella misma mañana y abrió People por la página de la entrevista que Eugenia les había
concedido. Cuando aún no había llegado a la
mitad, estaba tan asqueado que la lanzó
al asiento de atrás. Eugenia había hecho de todo menos dar la cara, y
había declarado que él había raptado
a Adam y se lo había llevado a vivir a Gospel. Pintaba a Peter como un
cabrón, mientras ella salía airosa y
oliendo a perfume de rosas. Se preguntó cuánta gente creería las patrañas de Eugenia.
Cogió entonces el Weekly News of the Universe
y pasó un artículo sobre un «vampiro chupasangre» hasta llegar al de
los extraterrestres
que escribía Lali. Soltó varias carcajadas y pensó que era divertido, hasta
que siguió leyendo y descubrió a Dennis
Taylor, el sheriff travestido de un agreste pueblecito.
-Joder! -masculló, mientras
leía la historia sobre sí mismo
vestido con un body rosa de marabú.
El artículo contaba que el sheriff siempre hacía
apuestas sobre a cuántas inocentes turistas
podría llevarse a las montañas con la
excusa de «enseñarles el lugar más bonito de la tierra». El sheriff del relato
no apostaba a huesos rotos, sino a corazones rotos.
Dobló la revista y la dejó caer en el asiento
contiguo. Estaba obsesionado con Lali, no había otra explicación. Especialmente después de haberla besado el día anterior.
Casi no había pensado en nada más
que en la textura de su lengua y el sabor de sus labios. El corazón se le había desbocado, drenándole
la sangre de la cabeza para enviarla
a su entrepierna, y esos breves instantes en que volvió a tenerla entre sus brazos, sintió que lo invadía una sobrecogedora sensación de... justicia. Fue como si hasta la última célula de su cuerpo le susurrara un sí y, al
final, se le erizó el vello.
Creyó que con el paso de los
días la añoraría menos, pero lo cierto
es que le ocurría todo lo contrario. Añoraba su largo pelo
enredándose entre sus dedos; añoraba contemplarla durmiendo junto a él. Un
día, había cogido un melocotón del M&S y lo había olido casi sin darse cuenta de que en realidad buscaba la esencia de la piel de Lali. Aquella misma mañana,
al abrir la nevera para sacar un
paquete de gofres, se había acordado de ella desnuda en la mesa de la cocina, de él penetrándola, de aquellos ojos brillantes que lo miraban llenos de deseo. El
recuerdo le había oprimido el vientre y ruborizado el rostro, y había tenido que meter la cabeza en el frigorífico para
enfriarse un poco. Adam había entrado
en la cocina y le había preguntado qué hacía. Él había contestado que
estaba limpiando la nevera.
«Nunca te he importado de verdad», le había dicho Lali, pero estaba equivocada.
Estaba enamorado de ella. Ya había estado
enamorado antes, pero no de aquella manera. Por primera vez en su vida, el amor que sentía por una mujer era
total y arrollador, y se moría por
notar el tacto de su mano en la suya. La quería en cuerpo y alma, y ese amor se le había metido tan dentro que
no podía imaginarse una vida sin ella. Tenía que hacer algo al respecto. Cada día que pasaba sin ella era peor
que el anterior y, en el asiento del Chevy,
con la luz de la mañana atravesando el parabrisas, vio claro lo que tenía que hacer. Tenía que creerla. Y no sólo por él, sino también por ella. Tenía que
creerla sin necesidad de pruebas ni testimonios. Tenía que escuchar el dictado
de su corazón y su alma, donde residía el amor incondicional y la fe en el prójimo. Al final acabó creyéndola
simplemente porque la amaba.
Entonces se disparó el flash del radar digital y Peter se incorporó para ver pasar a todo gas una pequeña
Winnebago con matrícula de Las Vegas. Se
caló el sombrero hasta las cejas y puso en marcha
el Chevy todoterreno. Pisó el acelerador y el vehículo salió disparado a la carretera mientras Peter informaba por radio. Encendió las luces de servicio y, en menos
de treinta segundos, se colocó detrás de la Winnebago.
No sabía qué le iba a deparar
Myron Lambardo. Esperaba no tener que protagonizar una larga persecución y que
Myron no se resistiera al arresto. A Peter
no le apetecía tener que pelearse con un enano para reducirlo.
Y mucho menos con un enano que sabía hacer martinetes.
-¿Puedo ver su permiso de
conducir, por favor? -le pidió, mientras echaba un vistazo al interior del
vehículo. De repente, sus ojos se detuvieron en la
mujer que iba en el asiento del pasajero-. ¿Paris?
-Hola, Peter.
Miró fijamente a aquella mujer
que conocía desde que tenía memoria.
-Pero... ¿qué haces aquí?
-Me voy del pueblo con Myron.
Paris
nunca había tenido sentido del humor, pero esta vez seguramente estaba
tomándole el pelo. Myron le tendió el carnet de
conducir y Peter lo cogió. Era la misma foto que había visto al revisar los
archivos de tráfico.
-Myron me enseñará a luchar. Mi
nombre artístico será Dulce Cosita -añadió Paris,
emocionada.
Peter levantó la vista del
permiso de conducir.
-Ya veo que estás de broma.
Ella apretó los labios.
-¿Tanto te cuesta admitir que un hombre me quiera?
Peter se sintió
transportado a la dimensión desconocida. O a uno de los relatos de Lali. Aquello no podía estar ocurriendo.
-Yo no he dicho eso, Paris.
-Myron me quiere. Estamos
enamorados y nos vamos a casar nada más llegar a Las
Vegas.
Parecía hablar en serio, pero
¿de verdad hablaba en serio?
-Pues tendréis que esperar. Tu
prometido ha violado una orden de alejamiento.
-Pero me voy del país por
voluntad propia -dijo Myron-. Nunca
volveré a molestar a Lali Espósito. Esa tía me arruinó la vida. Hasta que conocí a Paris iba sin rumbo. Ahora
soy un hombre nuevo.
-Ya. -Peter observó a la mujer que parecía Paris
pero que ni por asomo actuaba como ella-.
¿Eres consciente de que te has liado
con un acosador?
-No es un acosador. -Paris
sonrió a su prometido y le tomó la
mano. Se la veía arrobada. Incluso enamorada-. Sólo es perseverante.
-Pues su perseverancia lo va a
llevar a la cárcel.
Las pobladas cejas de Paris se
arrugaron.
-No te atrevas a arruinarme
esto, Peter Lanzani -saltó ella-. He estado esperando
toda la vida a alguien como Myron. Alguien
que pueda amarme. Sabe Dios que ya he desperdiciado bastante tiempo esperándote.
-¿A mí? -Peter retrocedió un
paso.
-¿Creías que te hacía todos esos pasteles y tartas
porque sí? ¿Nunca te diste cuenta de que eras el único del pueblo para el que cocinaba? -Paris se rió con amargura concentrada-.
Seguro que ni te enteraste. Sobre todo desde que llegó esa Lali Espósito. Estás obsesionado con ella. Con su pelo y su
culito delgaducho.
-Mira, Paris... -empezó Peter, pero se detuvo porque
no supo seguir. Siempre había pensado que
ella le cocinaba porque era su hobby, pero estaba en lo cierto con lo que había
dicho de Lali-. ¿Tus padres ya lo
saben?
-Tenía pensado llamarlos desde
Las Vegas.
-Una cosa -intervino Myron-. Si
me devuelve el permiso, me largaré de este estado
sin volver la vista atrás.
Aunque no le gustaba nada
dejarlo ir impune, Peter escuchó sus
argumentos.
-Por lo que a mí respecta, Lali
Espósito y yo estamos en paz -continuó Myron-. Me arruinó la vida, pero si no
hubiera sido por ella, jamás habría conocido
a Paris. La semana que viene a estas
horas, estaré en México iniciando una nueva vida con Paris, y usted jamás volverá a verme.
La alternativa era llevarlo de
vuelta al pueblo, ponerlo bajo custodia, hacerlo
comparecer ante el juez y celebrar una vista queLali le había dicho que no
quería. Peter le devolvió el carnet.
-Más le vale que no nos veamos
nunca más. Y ni se le ocurra volver a molestar a la señora Espósito.
-Miró a Paris-. ¿Estás segura de lo que haces?
-Pues claro. -Volvió a mostrarse entusiasmada, y su
rostro se enterneció al mirar a Myron-.
Nunca había sido tan feliz. Por fin
tengo una oportunidad para hacer mi vida fuera del restaurante de mis padres y formar una familia propia.
Peter pensó que seguramente
había presenciado mayores desaciertos, pero no pudo
recordar ninguno.
Paris se puso su enorme bolso
sobre la falda.
-Te iba a mandar esto por correo -dijo, y sacó un
fajo de sobres cerrados y le entregó uno-.
Pero ya que estás aquí...
Peter lo cogió y retrocedió.
-Buena suerte, Paris.
-Mientras esté conmigo no va a necesitar la suerte
-aseguró Myron, y encendió su Winnebago y volvió a la carretera.
Peter se quedó en el arcén
hasta que el vehículo se perdió de vista.
¡Joder, qué locura de mañana! Volvió al Chevy. Paris Fernwood se iba a casar con Myron el Triturador y Micky
el Duende Mágico, y se iba a convertir
en luchadora. No podía imaginársela peleando con nadie.
Abrió el sobre que Paris le
había dado. Esperaba que se tratara de una inscripción al club del postre del
mes. Sin embargo, encontró una nota sensiblera
sobre cuánto amaba a Myron Lambardo. ¡Por Dios! Y, en
lugar de puntos, las íes llevaban corazoncitos.
Continuará...
Jajaja me muero!
ResponderEliminarYa no queda nada, se tiene que arreglar todooo :)
Mañana el final, buenísimo genia!
Decime q en la carta le cuenta la verdad sobre q fue ella quien llamó a la prensa,aunq igual él debería confiar en Lali sin pruebas,pero bueno dado q la evidencia apuntaba a ella un poquito de ayuda no viene mal,no?
ResponderEliminarUna duda...dos cap y despues otra?porq se acaban todas las noves!Y nosotras las lectoras desesperamos!Gracias por tu tiempo!
quiero.saber.el.final.no.hay.nada.mas.que.decir @conellossiempre
ResponderEliminary se fue no mas paris, jaja
ResponderEliminarbueno espero le crea a lali
besotes @ari_stafe
ajajaa Buenisimoo pff espero quee ahi lee confiese quee fue ella quien llamo a los reporteros :DD!! jajajaja quee hondaa me mori de risa con la historiaa de myron & paris :3 jajajaja es buenisimaa la novee me encantaa (:
ResponderEliminar@maaff_lazaro
JAJAJAJJAAJAJAJAJJA ESTUVE TENTADA TODO EL CAPITULO . osea el enano desvirgo a paris encima la muy yegua llamo a los perioditas #muerteaparis.
ResponderEliminarppsta que leia li dell enano y me tentaba
ojala en la carta le cuente la verdad !! y que laliter vuelvan a estar juntos y sean felices para siempre.. no quiero q se termine me gusta mucho la novela
ResponderEliminarespero el proximo
besos
Buenisimo El cap Quiero Mas Que Pasara
ResponderEliminar@DaniiVasqueez
MAS ME ENCANTA
ResponderEliminarY MUCHAS GRACIAS
jajajaj q locura jaja
ResponderEliminarmassssss
Decime que en la carta tambien le dice que fue ella quien informo a los periodistas de la historia de Euge! Aunque si ella no se merece nada por lo que dijo en la entrevista! ¿Como pudo decir que Peter rapto a su hijo? Es una HDP! La odio (la Eugenia de la novela) jsjsjsja
ResponderEliminarAhora que Peter vuelva a casa de Lali y le diga toda la verdad o lo que sea para volver con ella y asi todos puedan vivir felices y contentos :D jaja
Espero el proximo!
Besos
Giada
espero Ya el siguiente capitulo me muero por saber que dice la CARTA :D
ResponderEliminarmas mas mas mas
ResponderEliminarjajajaja espero que en esa carta admita que fue ella la que llamo a los reporteros, lo bueno es que Peter antes de esto estaba decidido a creerle a Lali por el amor que le tiene! <3 @LuciaVega14
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