lunes, 25 de junio de 2012

Capítulo 27

Bueno, les dejo claro que la nove es una ADAPTACION, como todas las otras en el blog. :) No soy escritora, no me sale. jajaja Bueno.. les dejo otro cap por amenazas de Roxi (@Laliter_Resiste). JAJAJAJA, naaa mentira. Dedico el cap a ella... que disfrutes a full de tu viaje. Asi que, buenas noches. Nos leemos mañana. Disfruten. +comentarios = + caps. besos ♥


Sin poder contenerse más, se encaminó hacia ella. Adam se quedó con las arañas de goma, los balones y los equipos de buceo.

Capítulo 27
-No creo que contenga bosta de vaca -le soltó, y calculó que no decía algo tan impactante desde el instituto, cuando había intentado impresionar a Nancy Burk diciéndole que ella no era tan fea como su hermana.
Lali dejó la caja y se volvió para encararlo. Una leve sonri­sa se dibujó en sus labios y Peter sintió un cosquilleo en la en­trepierna.
-Ya lo suponía, pero no me habría sorprendido que la con­tuviese.
Él se concentró un instante en su boca antes de apartar la mi­rada para fijarla en el salmón disecado que había en la sección de pesca. No quería que ella descubriese la intensidad del deseo que lo consumía, aunque después de lo del lunes por la noche probablemente ella se hacía una idea al respecto.
-¿Irás a la fiesta del Cuatro de julio la semana que viene? -le preguntó ella-. ¿Te has apuntado al lanzamiento de váteres?
-No. Me temo que me lo perderé. -Su mirada vagó por el arco iris de camisetas que colgaban de las perchas y acabó de nue­vo en Lali, en su suave cabellera y la brillante coleta-. No esta­ré en el pueblo.
-Ya. Rochi me comentó que te ausentarías un par de semanas.
Él clavó la mirada en sus ojos, apreció un deje de decep­ción y casi se dejó llevar, casi alargó los brazos para abrazarla allí mismo, en la tienda de Hansen.
-En efecto, así es.
-Tengo que tomar unas fotos en una cascada de la que Rochi me habló, y pensé que a lo mejor podrías llevarme. Pero si no vas a estar... -Se encogió de hombros-. Supongo que podré esperar hasta que Rochi se recupere.
-¿Esas fotos son para el artículo sobre el noroeste?
 Ella bajó la vista hasta el pecho de Peter. -Sí.
Él no quería siquiera pensar en lo que podría suceder si estu­viese a solas con ella. No, eso no era cierto. Ya había pensado en  lo que sucedería, en cómo sería hacer el amor con Lali. Le  gus­taba imaginar que le sobaba los pechos, la besaba, chupaba sus erectos pezones y hundía la cara en su canalillo. Y las posiciones: horizontal, vertical, cabeza abajo, de lado. Había imaginado que se adentraba entre sus muslos una y otra vez, pero eso no quería decir que fuese a intentarlo de verdad.
-Lamento no poder ayudarte -dijo. No podía controlar sus pensamientos, pero su cuerpo sí. Aun así, era mejor no per­mitir que su mente recorriese ese lujurioso camino, especialmen­te en la tienda de Hansen.
Ella volvió a mirarlo a los ojos y esbozó una media sonrisa.
-Está bien.
-Tal vez si... -Se encogió de hombros. ¿Si qué? ¿Si espera­ba hasta que su hijo se fuese y confiaba en la suerte? ¿Si tenía mu­cho cuidado para que nadie en el pueblo se enterase de que se acostaba con la mujer que más cuchicheos había provocado des­de el incidente de Hiram Donnelly? Cabía una mínima posibi­lidad de que evitase los cotilleos, pero no había modo de evitar que Lali fuese escritora. No podía acostarse con ella y dejar en manos de la suerte que no se enterase de lo de Adam. Y si lo des­cubría, ¿ acabaría él leyendo sobre su propia vida en la revista Peo­ple? O peor aún, ¿en el Enquirer?
No podía arriesgarse, y Lali merecía algo mejor. Dio un paso atrás y casi pisó a Adam.
-¡Cuidado, papi!
Estaba tan concentrado en Lali que ni siquiera se había da­do cuenta de que su hijo se había colocado a su espalda.
-Lo siento, amigo. ¿Estás bien?
Adam asintió.
-Hola, Lali.
Ella miró a Adam y ensanchó la sonrisa.
-Eh, ¿qué has comprado?
-Calzoncillos y un equipo para bucear.
Ella tomó la bolsa con las gafas y el tubo de buceo y la es­tudió.
-Tiene buena pinta -dijo antes de devolvérsela. Adam le tendió sus calzoncillos y también los estudió-. ¿Quién es este tipo que vas a llevar estampado en el culete?
-Es Lobezno. Tiene unas garras enormes y ataca con ellas a sus enemigos.
-Ya me acuerdo. Lo dibujaste la otra noche. ¿Es un buen tipo?
-Sí -dijo recuperando sus calzoncillos.
-¿Dónde colocaste el colibrí que te regalé?
-Lo colocamos en la ventana de la cocina. -Se rascó el co­do-. A lo mejor podrías venir un día a verlo.
Lali miró a Peter, y el mero hecho de pensar en la posibi­lidad de tenerla en casa hizo que a él se le acelerara el pulso.
 -A lo mejor-dijo ella, y le revolvió el pelo-. Te has corta­do el pelo.
-Sí -contestó el niño sin apartarse-. Me lo han cortado hoy.
Más allá de la corta lista formada por mujeres de la familia y Rochi, a Adam no le gustaba que las mujeres lo tocasen o le hi­ciesen monerías. Y a excepción de esa corta lista, ésa era la con­versación más extensa que Peter le había oído mantener a su hi­jo con una mujer. Por lo general, se limitaba a emitir gruñidos monosilábicos. De ahí que se preguntase cómo se las había inge­niado Lali para aprobar el examen de Adam. Sabía que habría suspendido automáticamente si el niño hubiese sospechado que Peter estaba interesado en ella. Y resultaba irónico que de todas las mujeres que conocía, Lali fuese precisamente la que más le interesaba. Demonios, la silueta que le marcaban sus pantalones de deporte lo fascinaba, y tuvo que esforzarse para seguir mi­rándola a los ojos.
-Será mejor que nos vayamos -dijo colocando una mano en la espalda de Adam.
Lali los acompañó hasta la cola de la caja. Mientras Eden Hansen cobraba las camisetas que se llevaban unos turistas, Peter observó la espalda de Lali, recordando la noche en que había estado pegado a ella, mirando su reflejo en el cristal.
-Eh, Lali -dijo Adam tocándole el brazo-, a lo mejor cuando vuelva, Wally y yo podríamos montar la tienda de cam­paña en tu casa.
-Hijo, no puedes invitarte por tu cuenta...
-Me parece muy bien -lo interrumpió ella-. Pero si vol­véis a mi casa, tendréis que respetar ciertas reglas. Por ejemplo, nada de luchas. -Pensó un segundo y añadió-: Y como a voso­tros os gusta recoger y arrancar cosas, tal vez podríais ayudarme a limpiar el patio. Os pagaría, por supuesto.
-¡Cinco dólares!
-De acuerdo. -Avanzaron en la cola y Lali dejó los dos carretes fotográficos en el mostrador.
-¿Esto es lo suyo? -preguntó Eden antes de marcar el pre­cio.
Lali no respondió al instante, y Peter supuso que se había quedado traspuesta al fijarse en Eden Hansen. Desde que Peter tenía memoria, recordaba haber visto a Eden con el pelo teñido de púrpura. También llevaba sombra de ojos y pintalabios púr­pura. Vivía en una casa pintada de color púrpura y conducía un Dodge Neon púrpura. Demonios, incluso a sus perros le había teñido el pelaje de púrpura. Su hermana gemela, Edie, prefería el azul. No resultaba extraño que ambas estuvieran casadas con hombres que empinaban el codo ya a media mañana.
-Sí -respondió finalmente Lali.
Eden marcó los carretes y sacó una bolsa de papel. 
-Hayden Dean es mi cuñado. Es el que la ayudó en el Buck­horn, el que se peleó con Emmett.
Lali abrió la cremallera de su riñonera.
-Agradezco su ayuda. Fue muy amable de su parte.
-¿Amable?... Qué va. -Hizo un gesto con la mano-. A Hayden le van demasiado las mujeres y le gusta pelear. Todo el mundo sabe que se lo monta con Dixie Howe cada vez que ella quiere. Dixie es una buscona de tomo y lomo, y si no fuese por el talento que tiene para teñir, jamás pondría un pie en su peluquería.
-Oh... Vaya... ¿En serio? -murmuró Lali al entregarle un billete de veinte dólares.
Peter se carcajeó para sus adentros. Si Eden producía en Lali ese efecto, hubiese deseado verla encerrada en una habitación con Eden y Edie. Ambas hermanas hablaban por los codos.
-Estaba pensando -dijo Eden cogiendo el billete- que si necesita un personaje patético y desvergonzado como inspi­ración para ese libro que está escribiendo, Hayden sería el me­jor candidato. Además de ser un calavera, es vago, bebe más que un camello y es desagradable como un puerco.
Peter observó cómo se balanceaba la coleta al menear Lali la cabeza.
-No sé quién le ha dicho que estoy escribiendo un libro, pero no es así.
-lona dice que Melba le contó que está usted escribiendo un libro sobre Hiram Donnelly.
-Es un artículo, no un libro.
Eden apretó sus labios púrpura con gesto de desilusión.
-Bueno, supongo que no es lo mismo, ¿verdad? No es tan interesante. Un libro entero sí sería interesante. -Le entregó el cambio a Lali-. Alguien tendría que escribir sobre mi familia. No se imagina la de historias que podría contarle. ¿Sabía usted que mi familia fue propietaria del primer bar del pueblo? Tam­bién regentaron el primer burdel. Tendría que pasarse por aquí algún día y le contaría la historia de los hermanos de mi abuelo, que se mataron entre sí en una pelea por una chica apodada Fran­cesita.
-¿Papi? -susurró Adam-. ¿Qué es un burdel?
-Luego te lo explico.
-¿Sabe por qué la llamaban Francesita? -añadió Eden.
Lali metió el cambio en la riñonera y agarró su bolsa.
 -¿Porque era francesa?
-No. La llamaban así porque estaba especializada en ménage á trois.
-Muy interesante -dijo Lali, y se volvió.
Le dedicó a Peter una torturada mirada y salió de la tienda como alma que lleva el diablo.
-¿Cómo estás, sheriff? -le preguntó Eden.
-Bien -respondió Peter con una sonrisa. Eden sacudió la cabeza.
-Esa chica es bien rara.
Peter no osó abrir la boca y se apresuró a pagar las compras de Adam antes de que Eden lo enredase también con alguno de sus comentarios.
De camino a casa, Adam y él se detuvieron en el café Cozy Corner para comer unas hamburguesas con queso y patatas fri­tas. Los atendió Paris. Aunque nadie en el pueblo sabía quién era la madre de Adam, todos sabían que el chaval pasaba las dos pri­meras semanas de julio con ella.
Cuando llegaron a casa, su vecina, Hanna Turnbaugh le lle­vó a Adam un libro para colorear y una caja de lápices de colo­res «para el viaje». Se sentó en la cocina y bebió café con Peter hasta que apareció Paris con un gran pastel de coco con meloco­tón en almíbar. Adam se limitó a gruñir y encogerse de hombros, como en él era habitual, hasta que las dos mujeres desistieron de hablar con él.

Continuará...


25 comentarios:

  1. que lindooo...
    muchas firmas y subiste, wiiiiiiiii....
    ahora si hasta mañanana
    beso

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  2. De donde sacas las adaptaciones? Estan muy interesantEs

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  3. Quiero quiero quiero mas mas mas

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  4. MAS LALITER KJASDNAS

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  5. Yo pense que tu las escribias como quiera estan muy buenas

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  6. Ya qiero laliter!!!!

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  7. Subiras otro ahorita? Cuantos caps son?

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  8. Que desesperacion con. Esa vieja haha pobre de adam que injenuo mi vida no sabe nada

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  9. ya quierooo que esten solos
    Lqs doss semanas que nk este adam

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  10. Itro otro otro otrto

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  11. Heudjdoekwksndhus laliter wuieor a full

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  12. Me encanta esta adaptacion jajja mi vida me encanto cuando adam pregunto que era un burdel Mori de amor

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  13. mas mas mas, me encanta! Es genial!

    Me da penita Adam.. Yo se lo que es tener a tus padres separados y es un bajon u.u

    buen, seguime avisando! @GuadyLlanos

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  14. Me encanta!! Pobre Adam :( Me gusta que se lleve bien con Lali.
    Espero el siguiente capii

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  15. Pobre Adan tener a esa madre y me encanta que se lleve bien con lali.
    Peter está loco por ella.
    Masi_ruth

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  16. Lina (@Lina_AR12)26 de junio de 2012, 6:19

    Adam me tiene comprada!Es divino!
    Creo q los unicos seres normales en ese pueblo son ellos!JAJA y obvio Rocoi y Gaston!

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  17. Que lindo Adam :) Me encanta que se lleve bien con Lali
    Y Peter no puede resistir mas con Lali ajajajajja

    @Teen_Angels94
    Quiero mas :D
    Una pregunta cuantos capitulos tiene esta nove? :)

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  18. Me Encanto Me Encanto
    Adam Es Re Tierno, Espero El Proximo
    Besos
    @DaniiVasqueez

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  19. D acuerdo con Lana,jajaja,parecen más un pueblo d verdaderos alieligenas,cotillas dando demasiada información.

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