Hola hola, les cuento algo.. tengo toda la adaptacion lista, hoy termine la division de los caps :) Entonces... puedo subir siempre y cuando haya fimas! Se viene lo zarpado chicas jajajaja La nove tiene 16 caps.. si es cortita :( Bueno, ahora puedo ir pensando en la proxima adaptacion y ir adelantando porque esa se termina pronto! Disfruten y firmen chicas! + firmas = + caps! BESOS ♥
CAPÍTULO 07
Con más fuerza de voluntad de la que él pensaba que tenía,
se apartó de ella.
―Guau ―susurró ella.
―Sí, guau ―estuvo de acuerdo él. ―Tenía la sensación de que
seríamos como un incendio, si alguna vez estábamos juntos.
Ella metió las manos en los bolsillos y desvió la mirada
durante un minuto. Entonces lo miró, sus ojos seguían haciéndose eco de su
necesidad. Él extendió un pulgar para deslizarlo por los labios hinchados.
Labios que quería devorar de nuevo.
―¿Quieres volver a salir mañana por la noche? ―preguntó
ella. ―Puedo escoger el lugar esta vez.
Peter la miró con sorpresa. ¿Se trataba de otra prueba?
―Está bien. Suena bien para mí. ¿A qué hora te recojo y que
me debo poner?
―A las ocho y los pantalones vaqueros y una camiseta están
bien. No te pongas demasiada ropa. Te calentarás.
Su cuerpo se agitó al atender a sus palabras. Inocentes o
no, estaban llenas de insinuaciones. Pero no dio más detalles, claramente ella
iba a dejarle reflexionar sobre qué era lo que estaban haciendo.
Lali esperaba detrás de la puerta a que Peter llegara a las
escaleras. Él parecía decidido a llegar a darle su última noche, por lo que
ella había esperado esta noche.
Él subió las escaleras y llamó ligeramente. Ella abrió la puerta
y reprimió una sonrisa de satisfacción con su reacción tardía.
―Te ves… fantástica ―murmuró.
Ella cogió su chaqueta y notó su mueca de decepción cuando
se la puso.
―¿Listo? ―preguntó.
Sonrió con suficiencia todo el camino hasta el camión. El
top que había elegido era más apropiado para un clima más cálido. Las correas
finas se curvaban sobre sus hombros y la plataforma integrada hacía innecesario
el sujetador. El material moldeaba y ahuecaba los pechos como un amante. Cada
curva se perfilaba con vívido detalle. A ella le gustaba llamarlo su ‘perra
dentro de una camisa caliente’. Y a donde iban, ella planeaba comenzar a sudar.
―Entonces, ¿dónde vamos? ―preguntó Peter al llegar a la
camioneta.
―Al centro de la ciudad ―dijo ella vagamente.
Él la miró con curiosidad, pero puso en marcha el motor y
salió de su camino de entrada. Quince minutos más tarde, salieron de la
autopista y se dirigieron hacia la sección del centro.
―Coge la siguiente a la izquierda ―indicó ella.
Giraron en una calle más estrecha y ella apuntó hacia una
señal de stop.
―Gira a la derecha.
Se inclinó hacia adelante en anticipación cuando vio el
club.
―Aquí, dirígete al aparcamiento ―indicó ella.
Peter entró y aparcó, entonces apagó el motor. La miró.
―¿Rave? ¿Vamos a Rave?
―¿No sabes bailar? ―preguntó inocentemente.
―Se bailar ―dijo lentamente él.
―Entonces, vamos.
Ella salió de la camioneta y se reunió con Peter en la
entrada. Se había quitado la chaqueta y saltó un poco para mantener el calor en
el aire frío.
―Vamos a entrar antes que te congeles ―murmuró Peter.
Tan pronto como entraron, el ritmo rápido de la música
crecía y retumbaba. Hacía vibrar el suelo bajo sus pies y explotaba fuera de
las paredes. Su pulso se aceleró mientras el ritmo invadió sus venas.
―Vamos a bailar ―gritó Peter a su lado.
Tiró de ella hacia la pista de baile llena de gente. Las
parejas se movían y giraban con la música, sus cuerpos se entrelazaban en poses
sensuales.
Lali vaciló, insegura de sí misma por primera vez.
Peter se inclinó hacia su oreja.
―Imagina por un momento que soy uno de tus novios. Me has
traído aquí a bailar. Vamos, Lali, ¿Qué harías?
Estaba burlándose de ella, tentándola. Y, maldita sea, ella
nunca se echaba para atrás en un desafío.
Ella colocó sus brazos alrededor de su cuello e hizo girar
su pelvis en su ingle. Se movía y se balanceaba, entrando en el ritmo
embriagador. Cerró los ojos y echó atrás la cabeza mientras frotaba sus senos a
través de su pecho.
Después de unos momentos, giró en sus brazos, oprimiendo su
culo contra su dura polla. Oh, sí, podía sentir el bulto contra su trasero.
Ella se inclinó hacia él y se extendió entrelazando sus brazos detrás de ella
alrededor de su cuello.
Ella se retorcía contra él, sacudiéndose y golpeando
mientras él se movía en sincronización con ella. Sus manos se deslizaban a su
alrededor, moviéndose lenta, seductoramente sobre su vientre.
Se estremeció mientras un flash de necesidad, se centró en
su abdomen, salió disparado en diez direcciones. Su coño se apretó, sus pezones
se volvieron cuentas y el hambre dentro de ella creció.
Sus manos se movieron hasta acercarse a sus pechos. ¿Iba a
tocarla en público? Ella sabía que los asistentes del club eran tan
desinhibidos como para correrse, pero no estaba segura de que Peter se sintiera
cómodo para entregarse a ese tipo de actividad.
Entonces él ahuecó ambos senos a través de la fina tela de
su camisa y ella se quedó sin aliento con la sensación erótica que se desbocaba
a través de su cuerpo. Él los masajeó y ahuecó, acariciando suavemente la
sensible carne.
Una de sus manos cayó, deslizándose por su cuerpo mientras
la otra continuaba amasando su pecho. Bajó más aún hasta que el pulgar rozó la
presilla del cinturón y se agarró allí. Sus dedos bajaron a la coyuntura de los
muslos hasta que le tocó el coño a través de sus pantalones vaqueros.
Su cuerpo se sacudió en reacción y gimió suavemente. Él
continuó frotando de arriba a abajo, hundiéndolo más entre sus piernas. Ella
bajó su culo contra su polla, sus movimientos cada vez más inquietos.
―Desabrocha tus pantalones vaqueros para mí ―dijo cerca de
su oído.
―¿Aquí? ―preguntó.
―Este es tu lugar, Lali. No me habrías traído aquí si no
quisieras que esto sucediera.
Tragó saliva nerviosamente y se estiró con dedos temblorosos
para deshacer el automático de los vaqueros. Alrededor de ellos, el baile
continuaba y nadie parecía darse cuenta o importarle lo que ella y Peter
estaban haciendo.
―Brazos hacia atrás ahora ―ordenó él.
Ella deslizó sus brazos de nuevo por encima de la cabeza y
los envolvió en torno a su cuello hasta que fue una vez más encerrada en sus
brazos.
La mano que tenía en su seno bajó hasta el dobladillo de la
camisa. Él se sumergió por debajo hasta que su mano entró en contacto con la
piel desnuda. Luego la deslizó para atrás hacia los pechos hasta que pasó sobre
su pezón.
El anillo del pezón colgaba y lo estiró suavemente.
―Muy bonito ―dijo en su oído.
Ella se había olvidado de los anillos de los pezones y cómo
podría reaccionar él ante ellos, pero sobre la base de su respuesta, estaba
lejos de parar.
Continuó jugando con el anillo del pezón mientras su otra
mano ahondaba dentro de sus pantalones. Ella contuvo el aliento mientras sus
dedos encontraron su clítoris y empezó a frotar en un círculo lento, tortuoso.
―Quiero que te corras para mí, Lali. Aquí, ahora.
Oh, Dios, si supiera lo cerca que ya estaba.
Él tiró más de su anillo de pezón e inclinó la cabeza para
mordisquear su cuello. Sus dedos se movían más rápido sobre su coño, separando
los pliegues y dando golpecitos en el botón entre ellos.
Su respiración se aceleró. Entonces mientras él hundía sus
dientes en el cuello, tiró bruscamente del anillo del pezón y le pellizcó el
clítoris.
Ella estalló contra él en una oleada de calor. Se hundió
pesadamente en sus brazos, y él la agarró contra él, sosteniéndola con fuerza.
Ola tras ola de placer exquisito se vertieron sobre ella mientras la música
crecía en el fondo. Le temblaban las piernas, y se sentía débil por todas
partes.
Finalmente él sacó la mano de su coño. Dejó caer la otra de
su pecho y cuidadosamente la retiró de su camisa. Se extendió en torno a ella
con ambas manos y rehízo su automático antes de arreglar su camisa por ella.
―Tal vez deberíamos tomar un trago ahora ―sugirió.
Ella asintió aturdida y le siguió fuera de la pista de
baile. Ocuparon una mesa lo suficientemente lejos del baile y la música para
poder ser capaces de escucharse el uno al otro sin gritar.
―¿Qué diablos fue eso? ―preguntó Lali después que colocaron
sus bebidas.
Peter clavó en ella una mirada sexy.
―Debería estar preguntándote esto a ti. ¿No me tendiste una
trampa para eso?
Ella abrió la boca, pero no podía pensar en una sola cosa
que decir.
―No, quiero decir que sí, pero no, no estaba tendiéndote una
trampa. Sólo quería ver...
―¿Si correría asustado si me llevabas a un lugar como éste?
―concluyó.
―Sí ―terminó sin convicción. ―Algo así.
―Yo no soy como tus otros novios, Lali.
―No, no lo eres ―dijo ella sinceramente. ―Eso fue, te lo
juro por Dios, la cosa más caliente que alguna vez me pasó en la vida.
Peter sonrió.
―Honesta. Sí, eso es lo que me gusta de ti.
―¿No... no te importan los anillos para los pezones?
Él se la quedó mirando extrañamente.
―¿Importarme? Yo estaba encendido como el infierno. No puedo
esperar para verlos. Apuesto a que te ves súper sexy con ellos colgando de tus
pezones.
Ella se apropió de la bebida que les entregaron y bebió con
avidez. Dios, tenía que hacer algo para refrescarse o iba a estallar en llamas.
Finalmente, la dejó y se quedó mirando fijamente a Peter.
―¿Es ahí donde nos dirigimos, Peter? ¿Vamos a tener
relaciones sexuales?
―Podría mentir y decir que no, pero no lo haré. Ahí es
precisamente a donde nos estamos dirigiendo, Lali.
Cosquillas deliciosas lamieron su columna vertebral. Su
interior se estremeció y sus pezones se apretaron. Por primera vez en mucho
tiempo, miraba al sexo y no tenía ni idea qué esperar.
―No de inmediato ―continuó él. ―Te quiero ver unas cuantas
veces más. Me estoy divirtiendo viéndote como más que una compinche. Eres una
mujer hermosa, Lali, y te estoy disfrutando mucho.
Se inclinó hacia ella hasta que su boca estuvo a escasos
centímetros de ella.
―¿Confías en mí lo suficiente como para ir a algún lugar
conmigo el fin de semana? ¿Para el Día de San Valentín?
―¿El día de San Valentín? ―se hizo eco ella.
―Llámalo nuestro fin de semana fantástico ―dijo. ―Haz planes
para pasar el próximo viernes fuera del trabajo. Pasaré por ti la mañana del
viernes, y pasaremos el fin de semana, juntos. Te prometo que no te
arrepentirás.
Se sentó en su silla y le miró con la boca abierta. Pasar un
fin de semana entero con él. Teniendo sexo. Un fin de semana fantástico. Su
cuerpo entero hormigueó con el pensamiento.
―¿Confías en mí? ―preguntó.
Ella asintió.
―Tú sabes que lo hago.
―Entonces déjame planificar esto. Di que vendrás.
Ella debía estar loca. Nadie hacía este tipo de cosas
después de dos citas. Pero este era Peter. No un idiota que acababa de conocer.
Sabía que no le haría daño y probablemente le daría el mejor sexo de su vida.
―Muy bien ―dijo. ―Lo haré.
―Bien. Eso es el próximo fin de semana. No es esperar mucho
tiempo.
―No ―aceptó ella. ―Entonces, ¿qué hacemos mientras tanto?
―Llegaremos a conocernos mejor ―dijo Peter. ―Y bailaremos un
poco más.
Hizo un gesto hacia la pista de baile.
―¿Estás lista para una segunda ronda?
Continuará...
eeeeeeeeeeeeaaaaaaaa como estaaaannnn <3 <3
ResponderEliminarquiero leer ese fin de semana locooo jaja
subi maaaaaaaaaaaaaaassssssssss
jajaj me encantaaaa mas!!!!
ResponderEliminarmuy hot!!! jajajaj muy bueno el cap!! y la nove!!! :D Masssss porfaaaaaaa!!!!
ResponderEliminarmuy hottttttttttttt
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaas
:d
Si eso hicieron en medio de la pista de baile no quiero ni pensar en ese fin de semana "caliente"Es muy buena la historia..."distinta"Muy buena!Tanto como la foto!esa y la otra del ensayo de hoy se convirtieron en minutos en la foto más subida en tiempo record!JAJA
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminar:||||||||||||||||||||| CHAN jajajaj genial
ResponderEliminarO.O
ResponderEliminareste finde empece a leer tus noves y me encantan. mas nove porfa
ResponderEliminarWOW !! JAJAJAJA queeenchiiiiii
ResponderEliminarM
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarR
ResponderEliminarq calienteeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminar......... WUAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU...... ESTABAN ON FIRE!!!!!!!!!! Y SIGO CON WUAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU @LuciaVega14
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