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Capítulo 18
Era poco más del mediodía
cuando Lali llegó a su casa, pero no
llevaba allí ni dos minutos cuando llamaron a la puerta. Era su vecina Rochi, con expresión ceñuda.
-¿Sabes una cosa? -empezó-. No tenía vecinos desde
hacía mucho tiempo, por eso esperaba que
pudiéramos ser amigas.
Lali miró a su vecina, plantada
en el porche con la cabeza ladeada. No tenía ni idea de por qué parecía tan
molesta.
-Lo somos -dijo, aunque no creía
que haber compartido una única comida pudiese
convertir automáticamente a dos mujeres
en amigas.
-Entonces ¿por qué he tenido que enterarme por Peter
de lo que pasó anoche en el Buckhorn?
-No he tenido tiempo de
contártelo -respondió Lali, y se
preguntó si Rochi quería una amiga o sólo una cotilla que la mantuviese informada-. ¿Cuándo has hablado con Peter?
-Esta mañana, cuando vino a
buscar a Adam. Estaba preocupado. Emmett Barnes es un
tipo raro y podría haberte hecho mucho
daño.
-Lo sé, pero un tal Hayden Dean se lo impidió. De no
haber sido por él, Emmett me habría
pegado.
-Es muy probable, pero los Dean
no son mucho mejores, créeme.
-¿En serio? Tenía pensado
preguntar dónde vive Hayden para ir a ver cómo se
encuentra.
Rochi meneó la cabeza.
-Mantente alejada de esa gente.
Si no recuerdo mal, Hayden es primo de Emmett. -Alzó una
ceja-. No sé si me entiendes.
Lali sonrió, ya no le
importaba si Rochi quería una amiga o una cotilla. Hacía tanto tiempo desde la
última vez que había estado cotilleando con otra
mujer, que casi había olvidado lo divertido que era.
-¿Quieres entrar? Creo que
tengo unas Pepsi light.
-
Light? ¿Crees que tengo que hacer
dieta? -repuso Rochi, una mujer que parecía
necesitar tumbarse en el suelo cada vez que quería cerrar la cremallera de sus Wrangler-. No estoy a dieta.
-También tengo té.
-No, gracias. Wally, Adam y yo
nos vamos de picnic al lago. ¿Por qué no vienes con
nosotros?
Lali tenía mil cosas que hacer.
Acabar la historia de los alienígenas,
tomar unas fotos de la zona, revelarlas en la tienda del pueblo en una hora, escanearlas, introducirlas en el
ordenador y pegar unos cuantos alienígenas
en las fotos. Tenía que leer los artículos
recogidos en la biblioteca, y tenía que decidir si había una historia
en ese asunto. Algo que no se hubiese contado antes.
Pero le escocían los ojos y
tenía la cabeza bastante embotada. Un par de horas tumbada en la orilla del
lago, sin pensar en nada y charlando relajadamente
le pareció poco menos que un regalo del cielo.
-De acuerdo -dijo-. Iré en diez
minutos.
En cuanto Rochi se marchó, Lali
corrió escaleras arriba. Se lavó la cara y se rasuró las piernas. Su
bañador azul y verde era de corte alto hasta las caderas, y a ella le gustaba porque hacía que sus piernas pareciesen muy largas. Cogió una vieja
cesta de picnic que encontró en la despensa
y la abrió temiendo encontrar roedores
calcificados. Estaba limpia, así que metió en ella unas latas de Pepsi light, aceitunas, galletas saladas,
queso azul y su cámara Minolta, por si acaso.
Con una toalla de playa al hombro, unas
chancletas japonesas en los pies y las gafas de sol puestas, se encaminó hacia el lago.
Adam y Wally ya se habían
metido en el agua y Rochi se encontraba
a la sombra de unos pinos ponderosa. Sentada en una tumbona a pocos metros del agua, bebía un refresco y comía patatas fritas sabor barbacoa. Llevaba una camisa de
estampado hawaiano y un pareo a juego.
-Hemos traído unos sándwiches
de más por si tienes hambre -le ofreció cuando Lali se
sentó en una tumbona a su lado.
-¿De qué son?
-Mantequilla de cacahuete con
gelatina de uva o jamón y queso.
-Jamón y queso. -Lali se
acomodó en la tumbona-. He traído algo de fruta, también
queso y galletas saladas -dijo, abriendo
la cesta.
-¿Queso fresco?
-No, azul. -Lali extendió el queso sobre una
galleta, le colocó una aceituna encima y
después le dio un mordisco-. ¿Te preparo una?
-Puajjj... No, gracias.
Lali miró a Rochi, que la
observaba con cara de asco, como si la
estuviese viendo comer vísceras.
-Está buenísimo -dijo, y se
acabó el singular canapé.
-Vale.
-Ni hablar. Yo probé tu comida,
ahora tú tienes que probar de la mía. -Y le preparó una
galleta.
-¿Ésta es tu idea de cocinar?
-Parecía no tenerlas todas consigo, pero la cogió
igualmente.
-Es lo que hay.
Rochi dio un bocado, masticó
con cuidado y declaró:
-Eh, está mejor de lo que pensaba.
-¿Mejor que el queso fresco?
-Pues sí. -Rochi alargó la mano
para coger la cesta de Lali y las intercambiaron-. Puedes
comerte lo que te apetezca menos el de mantequilla de
cacahuete y gelatina de uva -le dijo Rochi mientras Lali rebuscaba-. Es cosa de Adam; es muy quisquilloso con su gelatina. Tiene que ser muy
suave, sin semillas ni nada. Peter tiene que prepararle personalmente sus sándwiches.
Lali escogió un sándwich de
jamón y queso con el tipo de pan blanco que no probaba
desde su infancia, y también unas aceitosas
patatas fritas.
-¿Dónde está la madre de Adam?
-preguntó como quien no quiere la cosa.
-Vive en Los Ángeles -respondió Rochi
colocando una aceituna en lo alto de un
montoncito de queso azul-. Pero cuando
tiene que quedarse con Adam, van a algún lugar de Montana.
-Qué raro. -Lali abrió una lata de refresco-.
Habitualmente son los padres los que
tienen régimen de visitas.
Rochi se encogió de hombros.
-Peter es un buen padre, y
cuando Adam necesita influencia femenina, se va a pasar
unos días con su abuela y su tía Doble. También pasa mucho tiempo aquí, conmigo
y con Wally cuando Peter está trabajando. -Le
dio un bocado a la galletita y después
preguntó-: ¿Tienes hijos?
-No. -Lali esperaba que Rochi frunciese el entrecejo
o alzase las cejas, pero no fue así.
-Este queso es adictivo -dijo Rochi preparándose
otra galletita.
Lali se repantigó en la tumbona
y se acabó el sándwich. Observó cómo Wally y Adam se
sumergían dejando las manos fuera del agua. La comida fue
hipercalórica, y la remató con tres galletas
Oreo y un trozo de regaliz. Cuando volvieron a intercambiar las cestas, lo único que quedaba en la cesta de Lali eran unas pocas aceitunas, dos Pepsi y su cámara. Sacó la Minolta de su funda y enfocó hacia los niños en el lago. Lali
no era una gran fotógrafa, pero sabía lo
suficiente. Enfocó un momento más y disparó.
-¿Son para tu artículo de flora
y fauna?
De repente, Lali se sintió
incómoda ante la idea de mentir a Rochi.
-Sí -dijo, lo cual no era del
todo mentira. Estaba tomando fotos de la zona para su
artículo sobre alienígenas. Tomó unas cuantas más. Después los niños salieron del agua y corrieron en busca de las toallas.
Adam rebuscó en el bolsillo de
su bañador y le entregó a Rochi varias piedrecitas. Le
dijo que podía quedarse con la que más le
gustase.
-Hazme una foto, Lali -pidió Wally flexionando sus
delgados brazos.
-No; a mí. -Adam empujó a
Wally y posó como un culturista.
-Os haré una foto a cada uno y
os las daré cuando revele el carrete. -Hizo unas cuantas más antes de que los chicos
agarrasen sus sándwiches de mantequilla de
cacahuete y sus refrescos y se fuesen
en busca de más piedras «superchulis» a la orilla del lado.
-¿Cuándo acabarás tu artículo? -le preguntó Rochi.
Lali fue a decirle una fecha
de entrega ficticia, pero se detuvo.
Habían compartido sus cestas de picnic. Se había bebido el refresco de naranja de Rochi y se había comido sus
Oreo, de ahí que no quisiese mentir más.
Rochi no la había juzgado al saber que no tenía hijos. Quizá no juzgase tampoco su trabajo ni las historias relacionadas con Elvis.
-Verás, si no se lo cuentas a
nadie, te diré qué es lo que escribo realmente.
Rochi se inclinó hacia Lali.
-Sé guardar un secreto.
-En realidad escribo para Weekly
News of the Universe. Te mentí sobre lo del artículo
para una revista del noroeste.
-¿En serio? ¿Por qué?
-Porque la gente no ve con
buenos ojos a los que escribimos en la
prensa sensacionalista. Creen que metemos las narices en todas partes y que
escribimos cotilleos.
-¿Y no es así?
-No. Yo escribo historias sobre Bigfoot y extraterrestres
y gente que vive bajo el mar en el Triángulo de las
Bermudas.
-Vaya, vaya... ¿Te refieres a esa revista en blanco
y negro que siempre colocan junto al Enquirer en el quiosco?
Lali esperó a que una lancha
con motor fueraborda pasase antes de sacar una fotografía
de las claras aguas verdes del lago.
-Sí, a ésa -dijo luego.
-¿Esa que tiene la imagen de un
niño murciélago en la portada?
-El
niño murciélago -repitió Lali mientras escudriñaba la otra orilla con el
objetivo de la cámara. Enfocó los árboles y dejó
la arena en segundo término. Un rincón perfecto de acampada para alienígenas-. Ésa es Weekly World News. Ésos no saben de lo que hablan. Esa gente no tiene ni un gramo de imaginación. -Según su opinión, la del niño murciélago
era una de las historias de la competencia más estúpidas que había leído
nunca.
-Entonces ¿escribes en esa en la
que apareció la historia «Hormigas gigantes atacan
Nueva York»?
-Bingo.
-¡Oh, Dios mío! ¿Tú escribes esa clase de cosas?
Lali bajó la cámara y miró a su
vecina a los ojos.
-No,
pero publico ahí mis artículos, y de vez en cuando escribo una columna de
opinión y contraopinión con dos seudónimos distintos: Lacy Harte y Frank Rhodes.
--¿Tú eres Lacy Harte?
-Soy los dos, Lacy y Frank.
-¡Me tomas el pelo! Creía que
se trataba de dos personas distintas. Quiero decir que
como se metían tanto el uno con el otro...
-Al principio me sentía un poco esquizofrénica, pero
ahora me gusta. También escribo artículos
que firmo como Madilyn Wright.
-¿Qué has escrito que yo pueda haber leído?
Lali volvió a guardar la cámara
en su funda, después bajó el respaldo de la tumbona y se
puso cara al sol.
-El año pasado escribí una
serie de artículos sobre el Triángulo de
las Bermudas que se hicieron muy populares. Después seguí con unos artículos sobre Micky el Duende Mágico.
-¡Oh, Dios mío! Leí algunas de esas historias sobre Micky el Duende Mágico. ¿Eras tú?
-Sí.
-Mi suegra compra esas
revistas y cuando acaba de leerlas me las
da.
Según la opinión de Lali, sólo
las suegras compraban ese tipo de revistas sensacionalistas. Todo el mundo las
leía, pero jamás había conocido a nadie
que reconociese abiertamente comprarlas.
Era algo así como encontrar a alguien que admitiese haber votado a Nixon.
Sin embargo, tan sólo las
suscripciones a Weekly
News of the World rondaban los diez millones en
todo el mundo. Había un montón de lectores anónimos, y
no todos debían de ser suegras.
-Me encantó cuando Micky se transformó en RuPaul.
Esa historia había aparecido
en el último artículo sobre Micky, justo
cuando empezaron sus problemas.
-Él odiaba esa historia.
-Cuando leyó el artículo, amenazó con
demandar a Lali, a su editor e incluso al director de la publicación.
-¿Micky el Duende es una persona
real?
-No es un duende, es un enano.
Su nombre auténtico es Myron Lambardo, aunque también
se le conoce como Myron el Triturador. Lo conocí en Las Vegas mientras
trabajaba en un artículo sobre imitadores de
Elvis. En aquel entonces trabajaba en un
tugurio, luchando contra mujeres en una piscina inflable llena de barro. -Le pagó por dejar que lo
fotografiase, y se aseguró de que
firmase un documento cediendo los derechos de dichas fotografías-. Al principio, las historias le gustaban. Obtuvo sus quince minutos de fama y logró contratar
varios combates auténticos como
Micky. Me llamaba y me dejaba mensajes en mi buzón de voz, me decía lo mucho que le gustaban. Entonces escribí lo de RuPaul y creyó que le estaba haciendo
parecer homosexual. Me dijo que lo
estaba explotando y que lo había humillado,
como si las mujeres que le daban revolcones en el barro le dignificasen mucho.Cuando Myron descubrió que
había cedido sus derechos de imagen, empezó a hacerme
llamadas amenazadoras. Quería que le
transformase en un supermacho estilo Arnold Schwarzenegger. Al ver que yo no respondía a sus amenazas,
encontró la dirección y un día apareció en mi
casa. Me acosaba y no quería dejarme
en paz, por eso tuve que llevarlo a juicio y dictaron una orden de alejamiento contra él.
Rochi balanceó las piernas a
ambos lados de su tumbona.
-¿Micky el Duende te acosó?
-Myron Lambardo.
-¿Llegó a hacerte daño?
-No; se limitó a amenazarme de
muerte.
-Pero tú eres más grande que él...
-Sí, pero es un tipo muy
fuerte. Se ganaba la vida peleando.
Rochi abrió mucho los ojos y se
llevó una mano a la boca.
Lali creyó que había dejado sin palabras a su
vecina, pero entonces Rochi se echó a reír
como una posesa.
Wally y Adam se volvieron y la
miraron como si hubiese perdido la chaveta.
-¿Qué te hace tanta gracia, mamá?
-le preguntó Wally. Rochi sacudió la cabeza y los
niños miraron entonces a Lali, como si
ella tuviese la respuesta.
Lali se encogió de hombros.
¿Qué podía decir? Hay gente a la que se le va la olla. A
veces se preguntaba si no sería ella la única persona cuerda en un planeta de
locos.
Continuará...
UN PLANETA DE LOCOS JAJAJA
ResponderEliminarMASSSSSSSSSSSSSSSSSSS
@SweetLAliter
Jajajaja nah entrebel pueblo raro y las historias raras de lali estan en el lugar perfecto! Jajaja espero el proximo, besitooos
ResponderEliminarjajajaja quiero ser escritora (?
ResponderEliminarmás y más laliter :)
mas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarRealmente esta en un mundo de locos!
ResponderEliminarme encanta esta amistad que se esta empezando a formar
ResponderEliminarle paso de todo a lali en la vida
quiero mas nove
besos @Ari_StaFe
Lalochi QUE TIERNAS!!! amo esa amistad!! @ConEllasSiempre
ResponderEliminarMAASSS NOVEEEE
ResponderEliminarMAS NOVEE
ResponderEliminarEstaria bueno que llegue el sheriff a buscar a su hijo y la vea a ella asi con la maya sexi jajaj
ResponderEliminarMe encanta! Las historias de Lali, bien creativas jajaa
ResponderEliminarespero el siguiente cap :)
jajaj mass nove!!!
ResponderEliminaro estas loca o Lali esta loca o estamos todos locos jajaja na esta geniaaal!
ResponderEliminardescubri que te puedo leer desde el celu :) asique voy a poder leer mas seguiido!
Me encanta la amistad Lalochi que estas haciendo! Seguime avisaando eu!
@guadyllanos
Con dos seudónimos k se atacan entre sí,para volverse loca,jajaja.
ResponderEliminarAwww ella interesada en la mamá de Adam! Jajajjajaja Siiii le dijo la verdad a Rochiiii me gusto el cap!! Muchas gracias por subir está nove mee encanta @LuciaVega14
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