uno más!! :) Disfruten. + comentarios = + caps. Buenas noches. Nos leemos mañana. besos ♥
Fue hacia el armario y buscó
por los alrededores. Mientras lo hacía oyó los sonoros pasos de Peter por el pasillo.
Capítulo 24
Encontró la otra zapatilla cerca de otros sacos de dormir, y
cuando se volvió vio a Peter delante
de la ventana, más de metro ochenta de hombre, contemplando el lago.
-Nunca había visto el lago
desde aquí. -Sus hombros cubrían la anchura de la ventana.
La débil bombilla que colgaba del techo
destacaba los retazos dorados de su cabello y enfatizaba el blanco de su camiseta.
Lali dejó la zapatilla junto a
la otra al lado de la cama y se le
acercó. No podía ver lo que se extendía más allá de la ventana, pero tampoco le importaba demasiado. Todavía no
sentía una gran pasión por el paisaje de
los alrededores, pero tenía que admitir que transmitía una calma palpable. Una suerte de tranquilidad que no habría encontrado ni en el hotel más caro
ni en el más lujoso balneario.
-Desde aquí no puede verse,
pero mi casa está allí -dijo él señalando
hacia la izquierda-. Justo detrás de aquel enorme pino ponderosa. ¿Ves esa estrella a unos sesenta grados al norte? -Como
Lali no se movió, le pasó la mano por la cintura y la atrajo hacia él. Con la espalda de ella apoyada en su firme pecho y una de sus manos en la cadera, Peter señaló las
estrellas-. Mira directamente debajo
de esa mancha pálida. Ésa es la
Roca de la Barbilla del Diablo.
Justo debajo esta el rancho Doble T. Ahí
es donde crecí. Mi madre y mi hermana todavía viven ahí. Cuando mi madre muera, yo también viviré ahí.
Olía ligeramente a almizcle y
colonia, y el aroma de la noche le había impregnado la piel. Miró hacia el
exterior, pero no había nada que ver. La ventana daba
al lago, y poco más que la escasa luz proveniente del porche de los Dalmau rompía
la oscuridad. En lugar de mirar lo que Peter señalaba,
miró su reflejo en el cristal.
-¿He de entender que no quieres
vivir allí?
-No, no quiero. Crecí entre
reses, acarreando balas de heno. Es una
vida dura. Tiene que gustarte. A mí no me gusta, pero tal vez a Adam sí le guste en el futuro. -Guardó
silencio unos segundos, mirando hacia lo lejos
como si pudiese ver algo que ella no alcanzaba a
vislumbrar-. Me moría de ganas de irme de este pueblo. Me marché poco después de graduarme en el instituto.
-Pero regresaste.
-Sí. A veces tienes que correr mundo para descubrir el lugar al que perteneces. Y a
veces está justo en el punto del que saliste. Realmente las pasé canutas antes de querer volver a casa.
-¿Dónde viviste para pasarlo tan
mal?
Por el reflejo en el cristal,
sus miradas se cruzaron y él sonrió.
-Primero en Canoga Park, y
después en Chatsworth.
-¿Viviste en Los Ángeles?
-Unos doce años. -Apretó un
poco la mano que había apoyado en su cadera- Fui
detective de homicidios en Los Ángeles.
-Yo viví en Brentwood.
-No me extraña -dijo él,
deslizando la mano hacia su vientre.
-Pero me crié en Northridge
-añadió Lali. Respiró hondo un par de veces y dudó
entre liberarse de su abrazo o cogerle la mano. Se sentía como una adolescente, inquieta al notar que todas
las células de su cuerpo parecían activadas por una nueva fuente de energía. Pero al contrario que en el
pasado, ya no era inocente y sabía el punto exacto donde se concentraba el
calor que emanaba de su cuerpo y
también hacia dónde apuntaba. Lo que
no sabía era si quería ir hacia ese lugar con él o si él querría llevarla.
-Te instalaste en un barrio
más acomodado que yo.
El calor de la mano de Peter atravesó su camiseta y le
calentó el
abdomen. Tuvo que esforzarse para no darse la vuelta y tocarlo del modo en que él la estaba tocando.
-Pablo tenía mucho dinero
cuando me casé con él.
-¿Así se llamaba tu marido, Pablo?
¿Era homosexual?
-No. Es un hombre muy listo -dijo,
preguntándose por qué se molestaba en defender a su ex
marido.
-Vaya, vaya. ¿A qué se dedica?
-Es cirujano plástico.
A través del reflejo en el
cristal, los verdes ojos de Peter estudiaron sus senos.
-No, éstos son míos.
Él sonrió, impenitente.
-No me habría gustado que no lo
fuesen. -La atrajo hacia su pecho y dijo-: Algo así
echaría por tierra todas las fantasías que he tenido contigo.
Ella se quedó inmóvil.
-¿Qué fantasías?
Peter hundió la nariz en su
cabello y miró su reflejo en el cristal.
-No creo que sea adecuado
contártelas.
-¿Por qué? ¿Me atabas?
Lali notó que él sonreía.
-Un poco.
¿Un poco?, pensó ella. Unas
leves arruguitas surgieron en las comisuras
de los ojos de Peter.
-¿Te molesta?
-¿El qué, que tengas fantasías
conmigo o que me ates?
-Ambas cosas.
Pues no. No le molestaba, todo
lo contrario. Aumentó su temperatura corporal amenazando
con derrumbar todas las barreras. El calor del abdomen
se extendió hacia sus muslos y ella apretó
las piernas.
-En tus fantasías, ¿yo
disfrutaba?
Él acarició el vientre con el
pulgar y ascendió hasta rozar el sujetador.
-Por supuesto. Te trataba muy
bien.
Como si él ya los hubiese
tocado, sus pechos se hincharon, y por
debajo de la fina camiseta y el sujetador, sus pezones se endurecieron.
-¿Quieres saber las cosas que
te hago en mis fantasías? -añadió Peter.
Sintiendo su aliento en el
cuello, Lali asintió.
Por el cristal, él vio cómo
ella bajaba la cara y le pasó la punta de la lengua por el lóbulo de la oreja.
-Te gusta que te haga esto -le
susurró. Su aliento le calentó la mejilla y un escalofrío
le recorrió la espalda. Con su mano libre,
Peter le apartó el pelo y le deslizó los labios por el cuello-. Y esto. -La besó en el cuello y ella sintió su
cálida boca sobre la piel, succionando,
pero antes de dejarle una marca siguió avanzando, y muy despacio le bajó los tirantes de la camiseta-. Eres tan suave... -dijo atrayéndola más hacia sí-.
Incluso más suave de lo que pareces.
La mano que tenía en su
vientre presionó y ella notó la dura erección contra su trasero. Algo en su interior se licuaba, la lujuria se abría paso entre sus piernas. Pensar en él
desnudo, haciendo el amor, casi la llevó a
darse la vuelta y rodearle la cintura con
las piernas. Durante unos segundos se permitió tener una fantasía, una en la
que le arrancaba la ropa a Peter y le recorría el cuerpo desnudo con las manos.
Pero dado que todavía conservaba un resto de cordura, se
recordó que no lo conocía bastante
para verlo desnudo en realidad.
-No creo que el sexo sea buena idea -susurró
entonces.
La mirada de Peter buscó sus
ojos en el reflejo de la ventana.
-¿Quién ha dicho nada de sexo? -le preguntó antes de
besarla en el hombro-. Sólo nos estamos
divirtiendo un poco.
-¿Frente a una ventana?
-Cariño,
no hay nadie en kilómetros a la redonda. -Le sacó el faldón de la camiseta de
dentro de la falda-. Cuando haga el amor
contigo, no quiero que haya dos niños pequeños en la planta baja. Vendré
preparado, y me aseguraré de que dispongo de toda la noche para acariciarte del modo en que quiero hacerlo.
Lali se había olvidado de los niños.
-Creo que deberíamos parar.
Él le pasó la mano por dentro
de la camiseta y le acarició la piel.
-¿Quieres que pare?
Lo miró y despejó el
semblante.
-No.
-Entonces estate atenta por si
escuchas pasitos subiendo la escalera. -Con su boca rozando
la de Lali, le preguntó-: ¿Cómo te sientes?
-Bien -respondió, y sacudió la
cabeza al darse cuenta de que probablemente no era lo que
él le había preguntado. Le tocó la
áspera mejilla-. Me siento como si tuviese que pedirte que te fueses. -Le besó en la comisura de la boca-. Pero en
realidad no quiero que te vayas. Quiero
que te quedes, aunque sé que no deberías
hacerlo. -Hundió la cara en su cuello y aspiró el aroma de su piel-. Haces que me sienta confundida y
sola.
Los dedos de Peter recorrieron
su vientre hasta llegar al inicio de
sus pechos; ella tuvo que recordarse que no debía dejar de respirar.
-Con mi mano tocándote, ¿cómo es posible que te
sientas sola?
-Porque me recuerdas cosas que
ni siquiera sabía lo mucho que añoraba. -Lo besó en el
cuello y añadió-: Como los pasos de un
hombre o sentir una rasposa mejilla en mi mano. El cálido placer de sentir tu pecho contra mi espalda.
Sentirme a salvo... -Y el sexo. Él la obligaba a
pensar en lo mucho que ansiaba la intimidad con un hombre, sentirse deseada y
dejarse llevar por la lujuria y la pasión-. Y a
veces, cuando te miro a los ojos, pienso que a lo mejor tú también estás solo.
Peter guardó silencio un
instante, observándola. Después le preguntó:
-¿Sabes lo que yo veo cuando te miro?
Sintió el pulso de aquel
hombre en sus labios. Negó con la cabeza.
-Veo a alguien que me recuerda todo el tiempo que ha
pasado desde la última vez que toqué y
sentí la dulzura de una mujer. -De
nuevo apretó la entrepierna contra su trasero, y ella notó el calor a través de la tela vaquera. Se
extendió por el interior de sus
muslos y le llegó hasta los pies descalzos-. Cuando te miro, olvido por qué he elegido vivir como una
especie de monje.
Ella le miró a la cara y su
escepticismo resultó evidente.
-¿No crees que viva como un monje?
-He visto cómo te tratan
algunas de las mujeres del pueblo.
-Sí, pero no tengo ningún problema para
controlarlas. No suponen una tentación
para mí. No como tú. -Lali inclinó la cabeza hacia atrás y estiró el cuello, y Peter pudo
besarla en los labios-. Con ellas no tengo fantasías de sexo
abrasador, apasionado y sin barreras. Ellas no me incitan a
tocarlas como me incitas tú. Por todas partes, con las manos y la boca.
Lali, quiero besar tus pechos y ese botoncito que tienes entre
los muslos. Sé que tendría que alejarme de ti. Estar cerca de ti
hace que todo sea más difícil, pero no puedo apartarme. No tengo
control sobre el deseo que siento por ti.
Lali conocía esa sensación. Peter
la besó con cuidado, dulce y lentamente, y a ella se le aceleró el pulso, por lo cual le cogió la nuca
y lo obligó a profundizar en aquel beso. Para un hombre que afirmaba no tener control, parecía estar llevándolo
muy bien. Le lamió la lengua, y el beso se
transformó en un suave contacto de sus bocas, una profunda intimidad que
motivaba mucho más de lo que satisfacía. Un enloquecedor juego
del gato y el ratón. Avance y retroceso de lenguas y labios.
Entonces, como si Lali hubiese
encendido un fuego repentino en su interior, el beso
liberó toda su lujuria y Peter empezó a devorarla con avidez. Al poco, ella estaba
consumida, y pensó que lo más adecuado era dejarse arrastrar por
alguien que no podía controlarse.
Bajo su camiseta, las manos de
Peter abarcaron sus pechos, y la excitación fue tan grande que ella dejó de pensar
y no pudo más que concentrarse en
aquellos dedos sobándole los pezones por encima del sujetador.
Peter gruñó y apartó la boca.
La miró a los ojos presa de la lujuria, y sin más le subió la camiseta por encima
de los pechos. Ella contuvo el aliento.
-Mírate -dijo, haciendo que se fijase en su propio reflejo en
la ventana.
Peter estaba a su espalda, sosteniendo la camiseta, convertida
en un amasijo sobre sus pechos. Ella miró su sujetador blanco, tan
transparente que perfectamente podría haber parecido desnuda. Sus pechos eran firmes, y los pezones estaban erectos.
-Eres preciosa -musitó él
mientras sus miradas se encontraban
en el cristal.
Ella levantó los brazos y
permitió que él le quitase la camiseta. Entonces le agarró las manos y las
apartó de sus pechos. Él se agitó y una corriente de calor
recorrió a Peter. Ella intentó volverse,
pero él apretó con más fuerza.
-Si te mueves, vamos a
perdernos -dijo.
-Quiero tocarte, Peter.
-Esta noche sólo toco yo.
Lali cerró los ojos y entreabrió
los labios. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan
bien. Arqueó la espalda.
-Abre los ojos, Lali. Mírame. Mira cómo te toco...
Así lo hizo y vio cómo las
manos de Peter abarcaban sus pechos
desde atrás, atrapando los oscuros pezones entre sus dedos. Hope observó el deseo que destellaba en sus propios
ojos.
Peter apretó los pezones. A Lali
le flaquearon las rodillas y él la apretó contra su pecho
con más fuerza.
-Si estuviésemos solos en casa
-susurró-, pondría mi boca justo aquí. -La besó en la
coronilla y luego en la mejilla-. Y
después empezaría a descender... Pero no estamos solos, y dejarte aquí no va a
ser tarea fácil.
Estaba en lo cierto, vaya si
lo estaba. No podían hacer el amor con dos
niños durmiendo en la planta de abajo. Eso sería un error. Y Lali supuso que cerrar la puerta del dormitorio con llave sería otro error.
Peter dio un paso atrás,
apartándose.
-¿Necesitas ayuda con Adam y Wally? -le preguntó
ella.
-Cariño, hagámonos un favor y quédate aquí arriba hasta que veas las luces de mi coche en dirección al pueblo. -Se acercó a la cama-. Me temo que he consumido toda mi fuerza de voluntad. Dejarte puesto ese sujetador transparente ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida, y no tengo fuerzas para nada más. -Recogió los zapatos de Wally y Adam y la miró a los ojos una vez más antes de abandonar la habitación.
-Cariño, hagámonos un favor y quédate aquí arriba hasta que veas las luces de mi coche en dirección al pueblo. -Se acercó a la cama-. Me temo que he consumido toda mi fuerza de voluntad. Dejarte puesto ese sujetador transparente ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida, y no tengo fuerzas para nada más. -Recogió los zapatos de Wally y Adam y la miró a los ojos una vez más antes de abandonar la habitación.
Lali fue a su dormitorio y
desde la ventana vio cómo Peter encendía
el motor del Chevy. Él entró de nuevo en la casa e hizo dos viajes en busca de los niños. Cuando el coche
enfiló el sendero de entrada de la casa, le dio
la impresión de que él la miraba brevemente.
Pero estaba muy oscuro y no lo supo con certeza.
Miró su propio reflejo en el
cristal. No estuvo segura de quién era aquella mujer que le
devolvía la mirada. Se parecía a ella, pero no actuaba como
solía hacerlo Lali Espósito.
Salió del dormitorio y bajó las
escaleras. Conocía muy bien el modo en que deseaba al
sheriff, pero ella no creía en el sexo sin contenido. Lo sabía muy bien... aunque parecía haberse olvidado
o no importarle. Cuando Peter estaba cerca de ella, ya no se sentía sola. Eso era lo único que importaba Peter Lanzani la hacía sentirse otra vez una
mujer deseada. El sonido de su voz
profunda y el roce de sus fuertes manos le removían las entrañas, y a ella le gustaba esa sensación. Le gustaba muchísimo.
Desde su divorcio, ningún hombre la había mirado de aquel modo ni la había
hecho sentir así, como una verdadera mujer.
Suponía que, al menos en parte, se debía a que no le había dado
oportunidad de hacerlo a nadie, pero tampoco creía habérsela dado a Peter.
Simplemente, había perdido el dominio de sí misma. No había logrado resistir la
combinación del encanto de Peter y sus
cálidos roces.
Se preguntó si había llegado siquiera a intentarlo.
Continuará...
aaaay mas lindoooos!!!!!!!!
ResponderEliminaresta con todo la nove, MAS!!!!!!!!!!
Muy hot hot
ResponderEliminarajajaja
masssssssssss
jfnkljdnsjfksdfsdkjsf
aaaaaaaaaaaaaa que emocion jajaja laliter laliterrrrr
ResponderEliminarque lindo que lindo que lindo .
ResponderEliminarmas mas mas
ResponderEliminarbesos besos
@foreverlaliterr
Ayayayayayayaay dios mio que pasion!
ResponderEliminarNecesito saber como sigue esto! ame,ame,ame
Seguime avisando cuando subas! Gracias :)
@GuadyLlanos
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..... laliterrrrrrrrrrrr!!! ♥
ResponderEliminarme encanto
firmo en este xq no estuve para ir leyendo y comentando a medida q subias
beso
OMG Peter si sabe cómo volver loco a una mujer, si yo fuese lali no me importarían los niños jaja:).
ResponderEliminarMasi_ruth
Que buenooooooo! Jajaja que forma de quedarse con las ganas y dejarla con las ganas xDD eso va a estallar de aquí a nadaa! XD besoooos el proximo!
ResponderEliminarpeter sabe muy bien como volver loca a lali :) quedaron con la ganas los dos xD besos @teen_angels94 y obviamente quiero otro ;)
ResponderEliminarMe encanto !!!! estos dos tienen las hormonas a flor de piel ajaj a
ResponderEliminarespero el proximo
besos
ME ENCANTO ME ENCANTO QUIERO MAS ESPERO EL PROXIMO CAP, CON ANSIAS'
ResponderEliminarPOBRES SE QUEDARON CON LAS GANAS LOS DOS
BESOS
@DaniiVasqueez
MAAAAAAAAAAAAS
ResponderEliminarME ENCANTAAAAA
ResponderEliminarMÁS MÁS MÁS
ResponderEliminarAutocontrol,total,no creo k tarde mucho en aparecer d nuevo.
ResponderEliminarAdmiro a este Peter cualquier otro hombre no hubiera tenido tanto autocontrol, lo que hace mas especial el momento en que lo hagan :D muchas gracias por la noveeeee @LuciaVega14
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