domingo, 24 de junio de 2012

Capítulo 22


Holaaaaa :) Nada que decir.. solo que estoy feliz feliz feliz con todo lo Laliter que esta pasando en los shows. :) Disfruten. + comentarios = + caps. besos ♥ 


-Puedo lidiar con dos niños pequeños -insistió ella, ligeramente ofendida ante la desconfianza de Peter.
 -¿Estás segura?
-Segura, Peter -resopló Lali. ¿Acaso iba a ser tan duro?

Capítulo 22
-Dedo sangriento a una manzana de distancia... -Bajo una especie de tienda de campaña levantada con mantas, pinzas de tender ropa y sillas de cocina, Lali encendió la linterna debajo de su barbilla y miró a los dos jovencitos que tenía delante. Abrió la boca para proseguir con la narración de aquella historia de terror con un tono misterioso-. Corrí y me escondí bajo mi cama, pero seguía oyendo: dedo sangriento a una casa de distan­cia... -Metió la mano bajo una pila de sacos de dormir y golpeó con los nudillos el suelo de madera-. Dedo sangriento en la puerta de tu casa... -Adam abrió mucho los ojos y Wally se mor­dió el labio inferior-. Toc... toc... toc... toc. -Sacó la mano-. Abrí la puerta... y el que estaba allí era un niño. -Una pausa para crear un efecto dramático-. Se había cortado en el dedo y le salía sangre. Necesitaba una tirita.
Durante unos segundos, los niños siguieron mirándola en la oscuridad de la improvisada tienda de campaña. Después se mi­raron el uno al otro y resoplaron.
Adam sacudió la cabeza.
-Menuda chorrada.
-Ni siquiera daba miedo -añadió Wally.
-Estabais asustados -dijo ella-. Os estaba viendo.
 -Wally sí, pero yo no.
Wally golpeó a Adam en el hombro.
-Ni hablar.
-Venga ya, chicos -les increpó Lali cuando empezaron a darse golpes en los brazos-. Vais a echar la tienda abajo, y la próxima vez seré yo la que os zurre.
Los niños habían pasado la mayor parte de la tarde luchan­do, y a pesar de que a ellos parecía encantarles, esa actividad a Lali la sacaba de sus casillas. Le hacía pensar en la botella de vino Zinfandel que había en la nevera. Una copa probablemen­te no le haría daño, pero el padre de Adam dudaba de su capaci­dad para cuidar de dos niños. No estaría bien que viniese a bus­car a su hijo y ella apestase a vino.
-Contaos historias mientras yo limpio -dijo saliendo de la tienda.
Se puso en pie y estiró los brazos por encima de la cabeza. De niños, su hermano y ella solían luchar, y él le hacía cosquillas has­ta el punto de hacerse pipí en las braguitas, pero por todos los santos, nunca habían luchado como lo hacían Wally y Adam. Esos dos no paraban ni un minuto.
Recogió las latas medio vacías de Pepsi de la mesa de café y un cuenco con restos de palomitas y se dirigió a la cocina.
Peter le había telefoneado hacía cosa de tres cuartos de ho­ra para informarle de que habían transferido a Rochi al hospital de Sun Valley. La herida de la mano era bastante delicada para re­querir cirugía. También le dijo que los gemelos iban camino del hospital y que, en cuanto llegasen, él iría en busca de los niños.
Lali dejó el cuenco en la encimera y tiró las latas de Pepsi a la bolsa de basura reciclable. El trayecto desde Sun Valley le lle­varía a Peter una hora, como mínimo, así que suponía que llegaría en un lapso de entre hora y cuarto y hora y media, dependiendo de lo que tardasen los gemelos.
-¡Eh! -escuchó proveniente de la otra habitación-. ¡Suél­tame la cabeza, caraculo!
-¡Tú sí que eres un caraculo!
Cerró los ojos y se llevó las manos a los oídos. Iba a ignorar­los durante unos minutos; tal vez agotasen toda su energía y se quedasen dormidos. En cambio, ambos empezaron a gritar, lo cual no era un buen síntoma.
Llegó al salón y se detuvo delante de la tienda con los brazos en jarras.
-Eso no ha estado bien, Wally -dijo Adam.
-Tengo otro. Rápido, tira de mi dedo.
Nadie sería lo bastante tonto para obedecer esa orden, pen­só ella. Estaba equivocada, y de repente oyó un ruido sordo y más chillidos. Lali lo tuvo claro: si alguna vez se decidía a adop­tar, sería una niña. Nada de chicos. Ni hablar.
Encendió el televisor y vio las noticias de las diez. Para su ali­vio y posterior sorpresa, el escándalo en el interior de la tienda de campaña cesó, y a mitad del parte meteorológico Adam le in­formó de que Wally se había dormido.
-¿Quieres sentarte aquí conmigo o dibujar un poco? -le propuso ella.
-Prefiero dibujar.
Lali le entregó la caja de lápices de colores que utilizaba para corregir sus artículos y dejó unos folios en blanco en la me­silla del café.
-¿Qué vas a dibujar?
-A mi perra.
Lali se sentó en el suelo a su lado. La cornamenta que hacía las veces de patas de la mesa no le dejaba espacio, así que tuvo que sentarse con las piernas cruzadas.
-¿Y tú qué vas a dibujar? -preguntó él.
-A ti. -Y empezó a dibujar un niño de grandes ojos verdes y pelo castaño. Ella no tenía mucha habilidad y el resultado no se pareció en nada a Adam.
Él lo miró y se echó a reír.
-Ése no soy yo.
-Claro que sí. -Le añadió unas pecas y destacó que le fal­taba un diente-. ¿Ahora lo ves?
-Vale. Ahora te dibujaré yo. -Agarró una hoja en blanco.
-Fíjate en mi lado bueno. -Se puso de perfil.
-Mi madre es rubia. Pero antes tenía el pelo cas­taño como vos.
Lali sintió un chispazo de curiosidad, y le preguntó con tacto:
-¿Dónde vive tu mamá?
Él la miró a los ojos, después siguió dibujando.
-En California, pero cuando estamos juntos vamos a casa del abuelo.
-¿Dónde está?
El niño se encogió de hombros.
 -En Montana.
Lali se sintió un poco culpable de sonsacarle información, pero no lo suficiente como para detenerse.
 -¿Os veis muy a menudo?
-Sí. Está en la tele.
¿En la tele?
-¿Quieres decir que tienes su foto sobre el televisor?
 -Sí.
Una pregunta más y lo dejaría estar.
-¿En qué trabaja tu mamá?
-Se supone que no debo hablar de eso.
Lali se preguntó qué sería eso tan malo que hacía la ex esposa de Peter y sobre lo que su hijo no podía hablar. Tal vez era prostituta o bailarina de striptease.
-Eh-dijo señalando el dibujo-, ¡mi nariz no es tan grande!
Adam asintió y se echó a reír.
-Ahora sí.
-De acuerdo -se resignó ella. Tomó otra hoja y dibujó a Adam bizco y con grandes orejas-. Mírate -dijo.
Iniciaron una carrera por dibujar la cara más ridícula. Adam resultó el ganador gracias a su dibujo de Lali con orejas de lobo y bigote.
-¿Qué me das? -le preguntó.
-¿Qué quieres decir?
-He ganado. Tienes que darme algo.
-Umm... Tengo palomitas para el microondas.
-Ni hablar. -Echó un vistazo alrededor y señaló el lince disecado que había encima de la chimenea-. Eso.
 -No puedo. No es mío.
El chaval señaló la piel de oso.
-¿Y eso?
-Tampoco. -Lali se puso en pie y fue al comedor. Lo úni­co que podía darle era un pequeño colibrí de cristal que colgaba de la ventana, junto al ordenador-. ¿Te gusta esto?
-¿Para qué sirve?
-Cuando lo cuelgas junto a la luz -le explicó tendiéndose­lo- lanza destellos de color por toda la habitación. Funciona mejor con luz solar. -Adam llevaba el pelo más largo de la cuen­ta y le cayó sobre los ojos mientras estudiaba el pájaro. Se pre­guntó cómo sería su tacto, o qué haría si ella le apartase el fle­quillo de la frente.
-Es bonito, ¿no? -dijo él.
-Yo creo que sí -asintió ella, y se dejó llevar por la curio­sidad. Le apartó el mechón de pelo de los ojos. El fino cabello del niño se deslizó con suavidad entre sus dedos. Tal vez no se­ría algo tan malo tener a un niño correteando por la casa, pensó.
-Bien, ¿qué decides?
Adam se rascó el hombro. El pájaro parecía cosa de niñas, pe­ro no estaba mal.
-Vale, me lo quedo. -Se encogió de hombros y se encami­nó hacia la tienda de campaña. Antes de entrar miró a Lali-. Avísame cuando llegue mi padre -le pidió, y luego se metió dentro con Wally.
Se tumbó en un saco de dormir que habían encontrado en el armario debajo de las escaleras y colocó una manta a modo de al­mohada. Deseaba estar en casa. Deseaba que su padre no tarda­se en llegar. Agarró el pájaro que Lali le había dado y lo colocó muy cerca de su cara. La luz que llegaba del salón se filtraba a través de las mantas y entornando los ojos podía apreciarla a tra­vés del colibrí. Pensó en Lali, en cómo habían dibujado juntos. Y también le había hecho un regalo. Y no se había apresurado a llevarlo a su casa para poder ver a su padre. No era como las otras mujeres. Tal vez Lali era como Rochi, que tampoco era como las otras. No fingía que le gustaba Adam para poder hablar con su padre. Se volvió de costado y se metió el colibrí en el bolsillo de sus pantalones. A lo mejor podría encontrar una piedra bien chuli para Lali. Le había gustado que le hiciese fotos a él y a Wally, y también le gustaban esas botas azules que llevaba de vez en cuando. Había construido una tienda de campaña con man­tas, y había resultado muy gracioso verla huir de los murciéla­gos. Le gustaba cómo brillaba su pelo.
Era como un ángel. Como su madre, pese a que su madre en realidad no era un ángel. Sabía que vivía en California y a veces en Montana con su abuelo, pero lo que era seguro era que no vivía en el cielo. Sabía que no se sentaba sobre una nube a rezar, porque ni siquiera rezaba antes de comer o cenar. Y que su ma­dre no podía vivir con él porque tenía que estar en la televisión. Y que no podía decirle a sus amigos quién era su madre porque entonces irían a molestarlos cuando estuviesen juntos en Mon­tana. El único amigo que sabía quién era su madre era Wally, y tampoco él podía contárselo a nadie.
Adam intentó mantener los ojos abiertos, pero se le empeza­ron a cerrar. Se dijo que tal vez podría echar una cabezadita an­tes de que llegase su padre.
Sabía que su madre era actriz y que ése era su trabajo. Y que algunas de las cosas que hacía no eran reales, que no podía vo­lar ni hacerse invisible a voluntad. Pero suponía que algunas de las cosas que hacía en su programa tenían que ser reales, y de­seaba poder conocer algún día a todos esos niños que había sal­vado de un incendio la semana anterior. También salvó a su ga­to. Y además su madre conocía a Santa Claus. Salvó a Santa Claus cuando bebió demasiado y le atropelló un autobús. Le dijo que tenía que seguir viviendo por todos los niños del mun­do que le querían, y Adam deseó poder ir algún día al Polo Nor­te a conocer a Santa Claus. Wally y él habían hablado de eso. Dado que su madre había salvado a Santa Claus, las próximas navidades iba a pedir algo grande, un kart, tal vez, a pesar de que su padre había dicho que no podría tener uno hasta cumplir los diez.
Adam bostezó y colocó una mano bajo la mejilla. Deseaba que su madre viviese con él y su padre. Tal vez si se portaba muy bien y si lo deseaba con todas sus fuerzas, lo hiciese.

Continuará...

30 comentarios:

  1. gracias por avisarme... espero el proximo cap

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  2. Aii que monoo que es (L) que lindos!!!! Me niego a irme a dormir sin leer el 23! Que lo sepas (;

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  3. ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAA!!! SUBI SUBI SUBI!

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Se me borró -.-' jajaja decía que que gracia con lo de las piedras chulis! Ya me veo la casa de Lali de aquí a nada toda decorada con piedras por todos lados jajaja

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  6. JAHDKSKFHDUIMSBFKSLSFHKFLDJFK me ncantan +++++tierniiiis!

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  7. MAs linda lali con un nene.

    Para mi es "Cristobal" (en CA)

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  8. MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!!! ME ENCANTAAA QUE LINDOOS!

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  9. awwww que tiernosss! más más

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  10. porfavor subi otro que yo tampoco me voy a dormir sin el 23 :D

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  11. Me dio risa eso de los dibujos de solo imaginarme la escena me da risa.. jajajaajaa

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  12. Aaaaaaaaaay me mori de amor! me encanto! Ya me imagine a Lali se enamora de Peter, Peter de Lali, Adam pega alta onda con Lali y la ayuda a que Peter le de bola y despues Lali adopta a Adam y son felices para siempre <3

    jajaja que facil no? buen, me encanta!

    Seguime avisando! Beso @GuadyLlanos

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  13. Ah eso! yo siempre me imagine a Adam como Tomas Ross y a Wally como Nazareno Antón :P

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  14. Me Encanto Me Encanto Y Lo De Los Dibujos
    Besos
    @DaniiVasqueez

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  15. aaaaw re tierno!! Lali va formando el vínculo con el hijo, bien ahí ;)
    más!!!!!!!!!!!!!!

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  16. Q divino Adam,me compro y creo q Lali se lo compro a él aun sintener esa intencion!

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  17. No le hicieron trastadas ,jugaron todo el tiempo como niños k son ,nunca les faltan pilas.

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  18. Awwwwwww que tierno momento entre Adam y Lali, me encanto morí de amor <3 @LuciaVega14

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