domingo, 24 de junio de 2012

Capítulo 23


Disfruten. ♥  +comentarios = +caps !


Adam bostezó y colocó una mano bajo la mejilla. Deseaba que su madre viviese con él y su padre. Tal vez si se portaba muy bien y si lo deseaba con todas sus fuerzas, lo hiciese.

Capítulo 23

Peter llamó a la puerta de Lali. Eran las once y media, y había salido del hospital en cuanto se presentaron los geme­los, dejándoles al cuidado de su padre tanto como de su madre. Peter nunca había visto a Gas tan alterado. Nunca antes lo había visto emocionarse, pero cuando se llevaron a su mujer se había puesto a chillar. Gas se culpó por lo ocurrido y actuó co­mo si le hubiese clavado a su esposa el cuchillo en el corazón. Dijo que no soportaba verla sufrir.
Sin duda, el corte que Rochi se había hecho tenía mala pinta, pero no había puesto en peligro su vida. Cuando se sentó al lado de su amigo, en lugar de sentirse agobiado por los balbuceos de Gas, lo que sintió fue algo parecido a la envidia. Él nunca había amado así a una mujer. Nunca al punto de echarse a llorar como un chiquillo, más teniendo en cuenta que ellos llevaban dieci­nueve años casados. Se preguntó por qué no había encontrado él a una mujer a la que amar así. Y si alguna vez la encontraría.
Ahora bien, la lujuria era otra cosa. Sentía auténtico deseo por MZBHAVN desde la primera vez que la había visto. Durante el trayecto desde el hospital, no pudo pensar en otra cosa que en lo ocurrido en la cocina de Rochi, cuando había estudiado las líneas de la mano de Lali. El largo trayecto desde Sun Va­lley le dio tiempo a pensar también en la noche que la sacó del Buckhorn y la llevó a su casa. Recordaba muy bien el modo en que ella lo había acariciado, era casi como ver una película en cá­mara lenta, pues podía visualizar cada mínimo detalle. La húme­da textura de su boca, la caricia de sus manos deslizándose por su pecho, la presión que sintió en la entrepierna.
La puerta se abrió y allí apareció ella, iluminada por la lám­para de la entrada. Tras haber pasado tantas horas con Wally y Adam, esperaba que Lali tuviese el aspecto de Medusa. No era así. No tenía el pelo revuelto, aunque sí parecía haberla desper­tado.
-¿Te he despertado? -le preguntó.
-No; estaba tumbada en el sofá viendo la tele. -Se hizo a un lado para que entrara.
Lali transmitía calor y somnolencia.
-¿Te han dado problemas los niños?
-Se durmieron. -Lo condujo hasta el salón y él pudo ob­servar su cabello, y descender por su espalda hasta la curvatura de su trasero y la suavidad de sus muslos. Estaba descalza-. En­contramos unos sacos de dormir y acampamos en el salón.
Lo sorprendió ver la tienda de campaña hecha con mantas. Le habría sorprendido menos si hubiese montado un salón de belleza.
-Jugaron un rato a la casa encantada en la planta de arriba, y cuando se cansaron de eso bajaron aquí y les conté unas histo­rias de miedo.
Apartó la vista de la tienda y miró a Lali.
 -¿Ha sido muy duro?
-Bueno, no paran de luchar entre ellos. Todo lo que en­cuentran lo transforman en una espada o un revólver, y resulta un poco pesado que estén todo el rato riñendo. -Sacudió la ca­beza y le miró con el rabillo del ojo-. Sólo he tenido ganas de zurrarles en un par de ocasiones.
Él observó su sonrisa, sus labios rosados, y se preguntó si también transmitirían somnolencia, o calor y deseo, como si la hubiese despertado en mitad de la noche para hacer el amor.
-Adam es un niño encantador. Has tenido mucha suerte con él. -Se colocó el pelo detrás de las orejas-. ¿Cómo está Rochi?
¿Rochi? Pero regresó a la tierra a tiempo. Abrió la tienda y comprobó que los niños dormían. Yacían acurrucados como osos en hibernación entre mantas y sacos de dormir.
-El corte ha sido profundo -dijo después-. Los médicos han tenido que coser los tendones, pero se recuperará. Mañana por la mañana estará en casa.
-Supongo que eso es una buena señal.
-Ella lo lleva mejor que Gas. Se siente como si hubiese ase­sinado a su mujer. No estuve presente cuando Rochi dio a luz, pero me dijo que Gas se pasó el rato dando vueltas como un lo­bo enjaulado y que lloró cuando nacieron sus hijos.
-¿A ti no te ocurrió lo mismo con tu esposa?
Él no la corrigió, no le dijo que Eugenia y él no se habían casado.
-No tuve tiempo. Apenas logré llevarla al hospital antes de que Adam naciese.
-¿Un parto rápido?
-Un trayecto largo. Íbamos camino de la casa de su padre. -Miró los dibujos que habían quedado encima de la mesa de café-. Adam nació en un hospital de allí.
-Adam habló un poco del tema esta noche.
Peter alzó la mirada.
-¿De Eugenia? ¿Qué te dijo?
-Que vive en California y que es rubia a pesar de que antes tenía el pelo castaño.
No había duda, era el momento de cambiar de tema.
-¿Te has recuperado ya del incidente con las ostras de las montañas Rocosas?
-Contestaré a tu pregunta si tú contestas a una de las mías.
-¿Qué quieres saber?
-¿Cómo se gana la vida tu ex esposa?
Él la miró a los ojos y dijo:
-Es camarera.
-Oh. -Lali frunció ligeramente el entrecejo al tiempo que se sentaba en el brazo del sofá.
-Y ahora dime si te has recuperado de lo de las ostras.
-A duras penas. Si alguien me hubiese dicho que había gen­te que se comía esas cosas, no lo habría creído. Es algo rarísimo.
Al menos, al hablar de ello ahora no estaba pálida ni parecía que fuese a vomitar. De hecho, sus labios esbozaron algo pareci­do a una sonrisa. A Peter le gustaba su modo de sonreír. Tam­bién le gustaba el sonido de su risa, femenina y entrecortada. Le gustaba tanto que se dispuso a contarle el segundo mayor secreto de su vida. Un secreto tan embarazoso que en su familia nun­ca se comentaba, ni siquiera el día de Acción de Gracias, cuando todos se reunían para comer.
-Si eso te parece raro, tendrías que conocer a mi primo Frank. Puede hipnotizar gallinas.
Lali alzó las cejas y lo miró como si se hubiese vuelto loco.
-¿Cómo?
-Les baja la cabeza y las obliga a concentrarse en un dedo suyo.
Ella rió.
-Anda ya...
Si su madre se enterase de que estaba contando el secreto del primo Frank, mataría a Lali. No quería que nadie supiese que la cadena genética de la familia incluía los genes de Frank, y oír la risa de Lali hubiese sido suficiente excusa para liqui­darla.
-Te aseguro que es cierto.
Ella sacudió la cabeza y un mechón de pelo le cayó sobre la mejilla.
-¿Por qué alguien querría hipnotizar a una gallina?
-Para demostrar que puede hacerlo.
-¿Y cuál sería el motivo? ¿Para subirlas a un escenario y hacer que se comporten como personas?
Él dejó escapar una risotada y se acercó a ella.
-Hace que se tumben como si estuviesen muertas. -Le pasó el pelo por detrás de la oreja y, al hacerlo, le acarició la mejilla con los nudillos-. Mi tía Kay cree que tiene un don.
-Estás chiflado.
Su cabello era suave y sedoso al tacto.
 -¿No me crees?
-No.
Aquel breve roce le provocó a Lali un estremecimiento. Peter apartó la mano.
-No te mentí con lo de las ostras de las Rocosas.
-También me dijiste que habías comido lagarto.
-No, no te dije que hubiese comido lagarto.
-Me dejaste creer que sí lo habías hecho.
-Sí, pero eso no es mentir.
-Técnicamente tal vez no, pero querías que creyese algo que no era verdad.
La mirada de Peter se desplazó desde la mejilla al labio su­perior.
-Bueno, entonces supongo que estamos empatados.
-¿También crees que te he mentido? -Clavó la mirada en sus ojos verdes, teñidos ahora con un deje de inocencia.
 -Desde el mismo día en que llegaste al pueblo.
Ella arrugó la frente.
-Puedes comprobar mi historial.
-Podría, pero no hago esa clase de cosas a menos que ten­ga una razón para ello. Va contra la política del departamento. -Hizo una pausa antes de preguntar-: ¿Tengo alguna razón en tu caso?
-No.
-¿Has infringido alguna ley últimamente?
-No que yo sepa.
-¿No te han acusado de conducta inmoral?
-No.
-¿Acoso sexual?
Ella rió.
-Últimamente no.
Él  la repasó de la cabeza a los pies y volvió a mirarle a los ojos.
-Es una lástima.
Ella se puso de perfil y le miró con el rabillo del ojo.
-¿Estás flirteando conmigo, sheriff Lanzani?
-Cariño, si tienes que preguntármelo significa que me estoy haciendo mayor.
-¿Qué edad tienes?
-Casi treinta.
Los labios de Lali esbozaron una sonrisa sensual.
-No estás mal para tu edad.
-Señora Espósito, ¿está usted flirteando conmigo?
-Tal vez. -Arrugó ligeramente el entrecejo-. Hace mucho tiempo que no flirteo con nadie, pero creo que sí. -Suavizó el gesto-. Creo que has tenido suerte.
«Suerte.» No supo si huir como alma que llevase el diablo o tumbarla en el sofá y demostrarle que era ella la que tenía suer­te. Dio un paso atrás.
-¿Has cursado una solicitud para que te envíen los viejos ar­chivos de Hiram Donnelly? -Cambió de tema, estableciendo una distancia entre ambos.
Ella le miró unos segundos sin decir nada, como si no pudie­se ubicar lo que acababa de preguntarle.
-Ah, sí -dijo finalmente-. La semana pasada.
-Bien. Si necesitas ayuda para darle algo de.sentido al asun­to, házmelo saber. -Ella se incorporó y él dio otro paso atrás-. Será mejor que me lleve a los niños y los meta en la cama.
-Los zapatos están arriba. Ahora te los traigo. -Lali fue hacia las escaleras y se sintió igual que la noche en que se habían besado en la cocina. Tras un ligero roce, él se iba con viento fres­co, y al igual que aquella noche, ella no sabía qué había hecho mal.
Una vez arriba, entró en la habitación de la derecha. Tal vez  no debería haber admitido que no flirteaba con nadie desde ha­cía mucho tiempo. Tal vez lo había asustado.
Junto a la cama, en la habitación vacía al fondo del pasillo, en­contró las botas de Wally y una zapatilla de deporte de Adam. Al  arrodillarse en el suelo en busca de la otra, se preguntó si se ha­bría mostrado desesperada y él habría captado esa vibración. Al admitir que hacía mucho que no flirteaba, quizá le había hecho pensar que había algo malo en ella, y quizás estaba en lo cierto al pensarlo. Había conocido a Peter hacía justo una semana. En  realidad, no sabía quién era, pero cuando la miraba o le sonreía, ella notaba algo en el pecho. Y cuando la tocaba, su mente se que­daba en blanco.
Fue hacia el armario y buscó por los alrededores. Mientras lo hacía oyó los sonoros pasos de Peter por el pasillo.

Continuará.... 

18 comentarios:

  1. Naaaah que mala! NO PUEDES DEJARLO AHÍ!!!! ¬' espero que cuando me levante mañana leer uno nuevo eh? jajaja Besitoooos!!! (:

    P.D Me encantan DEMASIADO! jajaja pero cómo se hace de rogar el sherif!

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  2. mamamamamamasssssssssssssssssss me encantóooooo! ksfkajfslfjkdkg

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  3. que fliteeen ajaja
    masssssssssss
    dale uno mas kñasjdnllakjdnas

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  4. Me Encanta Mas Me Encanta
    Sos Mala No Podes Dejarlo Asi
    Me Encanata Demaciado Sos Una Genia'
    Besos
    @DaniiVasqueez

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  5. que tanto roollo . los dos se tiene ganas y PUNTO . No les va a venir mal un rockanroleo jajaja

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    1. ya pero no iban a rockanrolear con los niños ahi ;)

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  6. aaaay creo que no se el significado de Flirtear! es como Chamuyar?

    Me encanta y quiero maaas! muero de ansias por saber que hara el Sheriff con la escritora


    me da la sensacion que Lali necesita mucho cariño, esta como muy sola en su vida.. y Peter tiene que dejarse llevar por lo que siente y dejar de pensar tanto che -.-

    Amo tu nove! Seguila y seguime avisando.. @GuadyLlanos

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  7. Peter tiene miedo!Por eso reacciona así,Lali lo atrae demasiado!

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  8. Peter es inseguro y no quiere aceptar que lali lo vuelve loco, espero que pase algo en el armario y que tenga 30 no es viejo, mi amore cumple 30 este ano jaja.
    Gracias por los capítulos

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  9. no nos podes dejar asi porfavor que buena que se quedo la novela mañana espero es continuacion ahaha

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  10. El saber k la casa la alquilo x 6 meses ,también debe ser un freno,pero con lo coqueto k es con todas, y con Lali se retira a tiempo,cobardica!.

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  11. Djsajfhdkuscfjdkcfjhdksfjkdjfghd por dios Peter!! Cuando v as a admitir o hacer algo con lo que sentís por Lali!?! @LuciaVega14

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