Holaaa.. hoy no tengo nada que decir, jajaja Capítulo larguito, para que pronto llegue Laliter. Disfruten y firmen. + firmas = + caps.
-Se mató hará unos cinco años,
pero como ya le he dicho, empezó un año antes. Nadie en
el pueblo lo sabía, hasta que llegaron
los del FBI para arrestarlo y él se pegó un tiro.
-¿Hasta qué punto perdió el
control?
Capítulo 10
Rocío
apartó la mirada, pues al parecer no le agradaba rememorar los detalles.
-Usa tu imaginación -dijo, y
cambió de tema-. ¿Qué te ha traído a Gospel?
Lali sabía cuándo presionar y
cuándo aflojar.
-Parece una zona bonita
-respondió y, con la misma rapidez con
que lo había hecho Rocío, cambió de tema-. ¿Desde a cuándo vives aquí?
-Mi familia se instaló en
Gospel cuando yo tenía unos seis años. Mi
marido Gaston nació en esta casa. Yo me gradué en el instituto de Gospel como la mayoría de gente de los
alrededores. -Rocío fue diciéndole sus
nombres como si Lali los conociese a todos-: Gas y yo, Lon Wilson y Angie
Bright, Bart y Annie Turner, Paris Fernwood,
Jenny Richards. Kim Howe y Peter.
Pero eso fue cuando Peter todavía vivía en el Doble T con su familia. Su madre, su hermana y su cuñado
todavía viven allí. Kim se largó con un camionero justo después de graduarse,
vive en algún lugar del Medio Oeste. No recuerdo qué
le pasó a Jenny. -Dio un bocado a su
sándwich y preguntó-: ¿Estás casada?
-No. -Lali vio que su vecina
esperaba que añadiese algún comentario. No lo hizo. Si
mencionaba la palabra «divorcio» surgirían
otras preguntas, y Lali no quería compartir esa desagradable y clausurada parte de su vida con nadie, menos aún con una extraña. Bebió un largo sorbo de té e
intentó recordar la última vez que había comido con alguien que no tuviese que
ver con su trabajo. No estaba
segura, pero probablemente desde su divorcio.
Como suele pasar con muchos matrimonios, sus amigos eran amigos de ambos, y dejó de llamarlos o ellos dejaron de hacerlo, poco importaba. El resultado había sido el
mismo. Sus vidas habían cambiado y se habían distanciado-. ¿Dónde vivías antes de mudarte a Gospel? -preguntó.
-En las afueras de Rock
Springs, en Wyoming. Así que no supuso
un gran cambio. No como lo habrá sido para ti.
Eso era una verdad tan grande
que Lali dejó escapar una risita.
-Bueno, me temo que no soy
demasiado popular en el Sandman.
-No le hagas caso a Ada. Se
cree la directora del Ritz. -Y preguntó-:
¿Cómo te ganas la vida?
-Soy escritora freelance. -Lo cual no dejaba de ser cierto, en parte. En el pasado había trabajado como freelance bajo un montón de seudónimos diferentes, y si desease volver a hacerlo no tendría problemas. Pero ahora prefería escribir
extraños artículos ficticios. Aunque tenía que
admitir que le intrigaba la curiosa historia del número 2 de Timberline y del sheriff que allí había vivido.
-¿Sobre qué escribes?
A Lali le habían hecho esa misma
pregunta muchas veces, y por lo general mentía.
No es que le avergonzase lo que hacía,
pero según su experiencia, la gente solía reaccionar de tres maneras: una, mostrándose condescendientes, lo cual Lali
no apreciaba pero podía sobrellevarlo; dos, hablándole de cómo habían sido abducidos y de la prueba de ello que un
alienígena les había dejado en su conducto anal; o tres, proponiéndole que escribiese un artículo sobre algún pariente lejano que
había sido poseído por el espíritu de su
perro muerto.
Lali nunca sabía cuándo iba a
toparse con uno de esos chiflados, no había modo de
descubrirlo por las apariencias. Eran como las bolsas de M&M's: parecían normales, pero en su interior escondían un cacahuete. Lali escribía ficción,
no estaba interesada en cacahueles de verdad.-Escribo sobre todo lo que me
interesa. -Entonces hizo lo que mejor se le
daba: incluyó una mentira entre todas las verdades o medias verdades-. Ahora mismo estoy interesada en la flora y fauna del noroeste, y estoy escribiendo un
artículo para una revista.
-¡Vaya, una escritora! Tiene
que ser un trabajo muy divertido.
¿Divertido? Lali dio otro
bocado a su sándwich.
-A veces es divertido -dijo
antes de tragar-. A veces es tan estupendo que no me lo
puedo creer.
-Hace un par de veranos tuvimos
entre nosotros a un chico que estaba escribiendo una
especie de guía de viaje. Antes de eso, una mujer había escrito sobre rutas para ciclistas en el noroeste. Y el verano pasado había alguien por aquí
escribiendo sobre algo... no recuerdo qué. -Dio
un trago a su té-. ¿Qué has escrito
que yo pueda haber leído?
-Veamos... Hace dos años
escribí un artículo para Cosmopolitan sobre histerectomía.
-No leo Cosmopolitan.
-¿Y
Redbook?
-No. ¿Has escrito algo para People?
-En
una ocasión les envié algo. -Lali dejó su sándwich y se limpió la boca con la
servilleta-. Pero lo rechazaron.
-¿Y para el Enquirer?
Recientemente no, pero hubo un
tiempo en que no sólo había escrito en la revista, sino que también era su
«confidente» sobre qué rostros habían sido
estirados y qué tetas agrandadas con
silicona.
-No, no me gusta escribir artículos sobre gente real
-dijo. Al menos, ya no. Prefería recrear
historias sobre langostas de veinte
kilos de peso.
-Vaya... Gas está suscrito a Armas y munición. Supongo que nunca habrás publicado un
artículo sobre la caza del alce.
Lali miró a su vecina y vio la
sonrisa que iba esbozándose en sus ojos, y se relajó un
poco.
-No, no me van los temas
violentos, pero cuando empecé escribí
unos cuantos artículos para la revista Crímenes Verídicos. Necesitaba publicar para mi currículum, así que
escribí unas cuantas historias sobre una
prostituta asesina en serie a la que detuvieron tras encontrar restos de sangre de las víctimas en sus zapatos de tacón.
-¿Ah, sí? Mi suegra lee ese tipo de historias como si se
tratase de la Biblia. -Se inclinó sobre
la mesa y susurró-: Está loca. El año pasado por mi cumpleaños me pagó el
primer plazo de un deshidratador Ronco para
alimentos y yo tuve que pagar el resto.
-¡No me lo creo!
-En serio. Tuve que pagar más
de cien dólares por ese trasto, y nunca lo he usado. -Se encogió de hombros-.
Pero supongo que no fue tan grave como
el bote de galletas con forma de
cerdito que le regaló a mi cuñada. Cuando abres la tapa, chilla como Petunia.
Lali se reclinó en la silla y
se echó a reír.
-¿Hay algún hombre en tu vida?
Vaya, Rocío era buena. Muy buena. Había esperado a que Lali se relajase para lanzar
las preguntas personales. Pero Lali era
todavía mejor.
-En este momento, no.
-En el pueblo hay unos cuantos
disponibles. Algunos de ellos conservan la dentadura e
incluso tienen trabajo. Mantente alejada
de cualquiera que se apellide Gropp. Parecen normales, pero no tienen la cabeza en su sitio.
-De acuerdo -asintió Lali-. Pero no ando buscando un
hombre.
Lali cogió su plato y lo lavó
con Lemon Joy. Cuando cerró el grifo, el sonido de los
pasos de Rochi y el distante zumbido de una lancha en el lago rompieron el silencio.
-Parece que Gas y los chicos están
de vuelta -dijo Rochi mientras cruzaba la cocina.
Lali se secó las manos con una bayeta. Miró al
jardín en sombras a través de la puerta
mosquitera pero no vio nada. -Será
mejor que me marche.
-Quédate un minuto, te
presentaré a mi marido. -Rochi buscó
algo en la nevera. Era un tanto ruidosa, pero a Lali le gustaba su estilo.
Había invitado a Lali a comer para sonsacarle información, y había intercalado las preguntas personales entre las anécdotas, los cotilleos y los bocados de
cangrejo-. ¿Vas a pasar la noche en la
casa de Donnelly?
-Ése era el plan. Se suponía
que mis cosas tenían que llegar esta
tarde. -Apoyó el trasero en la encimera, se puso la bayeta en
el hombro y cruzó los brazos-. Pero con la suerte que tengo, mis cosas seguramente se habrán perdido por el
camino. Es probable que se hayan
caído del camión en Las Vegas.
La puerta mosquitera se abrió
y volvió a cerrarse.
-¡Me
muero de ganas de hacer pis! -anunció Adam Lanzani atravesando la cocina a la carrera.
-¿Dónde está Wally? -le preguntó
Rochi.
-En la barca -respondió el
chico sin detenerse.
-Qué pasa contigo, Adam -dijo una voz desde el exterior-. Pensaba que sabías
que antes de entrar en una casa hay que
llamar a la puerta.
Lali ya había escuchado esa
voz por la mañana preguntándole si le gustaba la fruta de
la pasión. Se irguió y dejó caer los brazos a los costados.
-¿Por qué tendría que llamar a
la puerta si su padre no lo hace
nunca? -repuso Rochi.
Peter alzó la mano y llamó
suavemente con los nudillos contra el
marco de madera.
-Toc toc -dijo-. ¿Puedo pasar?
-No -replicó Rochi cerrando la
puerta de la nevera-. Hueles a pescado.
Él entró sin darse cuenta de la
presencia de Lali. Su ancha espalda y sus hombros
ocuparon la visión de ella. Ya no llevaba
el sombrero de paja que lucía esa mañana. Avanzó hacia Rochi con las manos tendidas como si fuese a tocarle el trasero.
-¡Quieto, Peter Lanzani, lo digo
en serio! - Él se carcajeó y preguntó:
-¿Qué me harías?
-Golpearte en la cabeza, igual
que hice en el colegio.
-Venga ya, no me golpeaste. Me
diste una patada en la entrepierna, Rochi. No está bien
darle una patada en sus partes a un
chico.
-Tócame -le advirtió- y le
diré a Dixie Howe que te encantó la blusa de lentejuelas
que llevaba anoche en el partido de béisbol
de los chavales.
Peter bajó los brazos.
-Eso es un golpe bajo.
-¡Gas, entra! -gritó Rochi-.
Tenemos visita.
-Peter
no es visita.
-No me refiero a Peter. Está aquí Lali Espósito, la
mujer que se ha instalado al otro lado de la
calle.
Peter miró por encima del
hombro y, poco a poco, empezó a darse
la vuelta para mirarla de frente. Alzó las cejas y la luz de la cocina hizo brillar su pelo castaño.
-Así que usted -dijo Gaston
Dalmau al entrar en la casa acompañado de Wally- es
nuestra nueva vecina. Bienvenida a
Gospel. Le daría la mano, pero he estado destripando pescado.
Lali le sonrió.
-Gracias.
Gaston era grande y rubio, y el
sol lo había enrojecido a excepción de una línea pálida que bordeaba el
nacimiento del cabello. Le dio un rápido repaso a Lali antes de volverse hacia Peter
y sacudir la cabeza.
-Cubro tus cinco y subo a diez.
-Abrió la nevera-. ¿Le apetece una cerveza, Lali?
-No, gracias. -A pesar de no
imaginar el motivo, le dio la ligera impresión de que
aquellos hombres habían apostado sobre
ella.
-¿Se acuerda de mí? -preguntó Wally entrando en la
cocina. Al igual que su padre, el sol le
había quemado la piel, pero ahí
acababan las similitudes. No había duda de que se parecía a su madre.
-Por supuesto -respondió-.
Recuperaste mi bolso.
-Así es. -Asintió y miró a su
madre-. ¿Dónde está Adam? - Rochi señaló en
dirección al baño y Wally se marchó.
-Lali está escribiendo un
artículo para una revista del noroeste -informó Rochi a los
hombres.
-¿Qué clase de artículo? -
Gaston cerró la nevera y le pasó el brazo
por los hombros a su mujer.
-Lali está interesada en flora y fauna.
Peter bebió un sorbo de cerveza
y la observó por encima de la lata.
-Estoy trabajando sobre temas de naturaleza. Quiero
sacar algunas fotos de la vegetación de la
zona.
Peter bajó la cerveza y alzó
ligeramente una ceja.
-A primera vista, no habría
dicho que fuese usted una amante de la naturaleza.
-No me conoce.
-Cierto. -Peter se acercó al fregadero y dejó la
lata sobre la encimera, junto al codo de Lali.
-Si lo que desea es ver
naturaleza -dijo Gaston-, a lo mejor le gustaría acampar cerca de las cascadas. En esta época es un lugar muy bonito.
Peter estaba tan cerca de ella
que la rozó con el brazo al abrir el
grifo. El pulso de Lali se aceleró levemente, pero permaneció inmóvil para no dejar entrever que la ponía
nerviosa.
-Tal vez lo haga -dijo.
Peter la miró con el rabillo
del ojo.
-¿Ha acampado alguna vez en
otro sitio que no sea una habitación de motel?
Bueno, había pasado aquel
verano en el campamento de chicas
scout.
-Claro, voy mucho de acampada.
Me encanta fundirme con la naturaleza.
Él dejó escapar una risotada y
cogió el lavavajillas de aroma a limón. Su camiseta le rozó el hombro desnudo.
-Cuidado -le susurró Peter al
oído-, le está creciendo la nariz.
El calor irradiaba de su ancho
cuerpo y ella se apartó unos pasos de
la encimera. De acuerdo, la ponía un poco nerviosa. Era demasiado corpulento, demasiado masculino y
demasiado guapo, y probablemente lo sabía. Y
Lali sospechaba que pretendía ponerla
nerviosa.
-¿Recordáis al escritor del año
pasado? -preguntó Rochi-. ¿Sobre qué estaba
escribiendo? No me acuerdo.
-Era uno de esos tipos
obsesionados con la supervivencia -respondió
Peter.
Gaston tosió.
-Sí, y tenía uno de esos
paquetes de raciones del ejército listas para comer.
-Deberías escribir sobre eso, Lali
-le sugirió Rochi-. Podrías ir a una de esas rutas
que hacen los obsesionados con la supervivencia.
Sería interesante leer algo sobre el tema desde el punto de vista de una mujer.
¿Supervivencia? ¿Rollos de
machotes?
-¿Yo?
-Sí, una mujer de ciudad -dijo
Gaston-. Si fuese a hacer una de esas
rutas de supervivencia, podría escribir sobre comer cebolletas silvestres y serpientes.
Probablemente su desagrado se reflejó en su cara,
porque Gaston añadió al instante:
-Demonios, las serpientes saben
a pollo.
-Eso es verdad -terció Rochi.
-Tal vez podría incluso atrapar uno de esos gruesos
lagartos -dijo el cómico del fregadero.
Estaban
todos locos. Todos, y ella estuvo a punto de confesar: «Es mentira, chicos. Os diré la verdad. Escribo
sobre Bigfoot y bebés alienígenas.
¡No degusto reptiles!
Peter cerró el grifo y se le acercó. Ella sintió cómo se
llevaba la
bayeta de su hombro desnudo.
-Creo que escribiré sobre lo que
vea por los alrededores. -Se volvió y lo miró
directamente-. En cualquier caso, no creo que pudiese comer plantas silvestres, y mucho menos animales
indefensos.
Peter se secó las manos y la
correa de cuero de su reloj de pulsera.
-Pues es una lástima. No hay
nada como disparar a animales indefensos y cocinarlos
aderezados con unas cuantas plantas.
Rochi y Gaston sabían que era
un provocador, pero a Lali no le hizo
gracia. Volvía a tener la sensación de haberse adentrado en la dimensión
desconocida, como si hubiese aterrizado en un planeta alienígena o estuviese protagonizando una de las historias que solía escribir.
Continuará...
¡Que gente rara! ¿Serpientes de sabor a pollo? ¿Enserio? Jajajajaja que locura de sitio, de verdad, que bueno jajaja espero el proximo, besos
ResponderEliminarME ENCANTA ME ENCANTA QUIERO MAS'
ResponderEliminarESE PUEBLO ES DEMASIADO RARO' JAJAJAJA
ResponderEliminaravanzaaaa más!!!!!
ResponderEliminarAme, Ame, Ame.. ya empiezo a sentir el Laliterrrr, pronto va a llegar, lo veo venir!
ResponderEliminarMuy buena táctica la de Rochi, voy a empezar a usarla.. y Lali que desconfiada che u.u y mentirosa :/
Bueno, seguime avisando porque me encanta la nove!
@GuadyLlanos besi
Q aya de acampe con Peter!Lugar raro si lo hay donde cayó Lali!
ResponderEliminarmás nove, más nove, más nove!!
ResponderEliminarQuiero Laliterrrr!
ResponderEliminarquierooo maaas!
ResponderEliminarjajaj q guacho peter jaja
ResponderEliminarmasssssssss
me encanto!!! @ConEllosSiempre
ResponderEliminarpara cuando laliterrrrr????
ResponderEliminarojalá que sea pronto
Jajajajajajajaja la pelea entre Peter y Rochi jajajajajjajaj y después como provocaba a Lali y le dijo mentirosa me muero! Jajajajaja muy buena la nove @LuciaVega14
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