Aviso: Capítulo no apto a menores o personas impresionables.
Ayer no pude subir, perdón! Disfruten y comenten mucho. Si hay muchos comentarios subo más hoy :) Besos ♥ @siempreconlyp
—¿Acaso habrá un mañana después? —replicó la joven al
instante con ferocidad—. ¿No fuiste tú quien me dijo en una ocasión que podrías
follarme, pero que después tendrías que matarme? ¿Por qué no me lo demuestras?
¿Qué estaba insinuando? ¿Acaso estaba llamándole
«cobarde»?
Maldita mujer. No sabía cuándo debía mantener la boca
cerrada ni cuándo poner a salvo su sensible corazón.
Capítulo
4
Antes de poder detenerse, tenía las manos sobre ella.
Le clavaba los dedos en la parte superior de los brazos y la sacudía con fuerza
observando cómo agrandaba los ojos, cómo su pelo fluía entre ellos en glorioso
desorden.
Entonces se quedó paralizado. La piel de Lali era tan
extremadamente suave y cálida bajo sus manos que le dejó sin aliento.
La deseaba. Quería penetrarla hasta que no importara
nada más. Hasta que Lali fuera lo único que existiera. Hasta olvidar el pasado
y las pesadillas.
Esa mujer iba a acabar con él.
Aquel distante pensamiento atravesó su mente antes de
que se perdiera en la sensación de tenerla entre sus brazos. Hubiera jurado que
podía sentir cómo el hormigueo que ardía en el interior de la joven se
filtraba, atravesaba la piel e inundaba su propio cuerpo.
—Esto es una mala idea. —La miró fijamente y, en ese
momento, la rugiente necesidad que le apresaba hizo que se evaporara cualquier
atisbo de raciocinio.
El intenso negro de los ojos de Lali se oscureció y
brilló de pasión.
—
Años —susurró
ella con labios temblorosos—. He esperado...
Peter no quería oírlo. No podía escuchar aquellas
palabras que le desgarrarían el alma.
Le cubrió los labios con los suyos para silenciarla
porque no soportaría escucharlo.
Y el mundo estalló.
¡Joder!
No pudo parar. Tenía que hacerla suya, cualquier otra
cosa era impensable.
Necesitaba conocer su sabor.
Introdujo la lengua entre los labios de Lali, los lamió
y, antes de que pudiera recuperar un poco de sentido común, se dejó llevar por
el deseo que le consumía.
Pero no podía llegar más lejos. No podía permitírselo.
Lali tenía miedo hasta de respirar. Le aterraba que él
se detuviera si lo hacía. Estaba en trance por culpa de aquel beso totalmente
inesperado, embelesada por el placer que, de repente, había explotado en su
cuerpo. La lengua de Peter acariciaba la suya excitando esa parte femenina y
sensual que, por lo que estaba viendo, era más poderosa de lo que había
supuesto.
¡Oh, Dios!
Temblando, alzó la mano y extendió los dedos pero sin
llegar a tocarle. Era lo que más quería, tocarle; ansiaba sentirle. Necesitaba
sentirle bajo las manos.
Peter parecía estar ardiendo. La sensación de sus
labios contra los suyos, la de su lengua acariciando la de ella, enviaba un
intenso placer a cada rincón de su cuerpo y la hacía ponerse de puntillas para
estar todavía más cerca. Sin embargo, todavía no se atrevía a entregarse a sus
brazos.
El tenía los dedos curvados sobre sus hombros,
apresándola, y Lali se encontró agarrando la tela de la camisa, la de las
mangas enrolladas, antes de poder pensar lo que estaba haciendo. Dios, ansiaba
que la hiciera suya. Lo necesitaba. Una necesidad que la atormentaba desde el
día en que le vio por primera vez en Aruba.
—Santo Dios, La. —Le deslizó las manos por los brazos
hasta sujetarle las caderas, haciendo que fuera consciente de su gruesa erección.
El latido de la carne caliente aprisionada por la tela
de los vaqueros era una tentación, una promesa de placer contra su vientre. Al
notar la presión, el ardiente palpitar, Lali cerró los puños. Él deslizó las
manos hasta sus nalgas y las oprimió con fuerza antes de alzarla ligeramente.
Enardecida, la joven sintió que la seda fluía sobre su piel y que un duro muslo
se introducía entre sus piernas contra la hinchada y sensible carne de su sexo.
Dios, casi podía decir que estaba rozando las estrellas.
Se sentía arrebatada, notaba que le flaqueaban las rodillas y cada vez le
costaba más respirar.
Él le mordisqueó los labios cuando la vio contener el
aliento, y ella intentó tomar aire antes de que Peter tomara posesión de su
boca. La barba incipiente le rozaba la barbilla en una caricia que la hizo
arquearse y lanzar un ahogado gemido. Por fin Peter la acariciaba y besaba
plenamente. Por fin estaba entre sus brazos, donde debía estar.
Aquello era exquisito. Años de fantasía se hacían por
fin realidad.
—Peter. —Su nombre se convirtió en un suspiro de
placer cuando él llevó la mano desde las nalgas a su sexo. Deslizó los dedos
poco a poco bajo la seda del vestido y le acarició la parte interna del muslo
con la callosa punta de los dedos, incrementando las ardientes sensaciones que
consumían el vientre de la joven.
—¿Es esto lo que quieres, La? —Peter le rodeó la
cintura con un brazo, la alzó aún más y, antes de que pudiera reaccionar, se
vio presionada contra la pared al tiempo que él le cogía la pierna y la subía
hasta sus caderas, pegándose a ella por completo, haciéndole sentir el
increíble calor de su cuerpo.
—Peter —gimió sin control, sintiendo la firme presión de su musculoso y duro muslo contra el sensible monte de Venus—. Te necesito.
Necesito esto desesperadamente.
—¿Más? —gruñó él—. ¿Quieres más, La?
¿Que si quería más? Estaba dispuesta a suplicar si
fuera necesario, ¿acaso no se daba cuenta?
Su clítoris comenzó a latir. Se formó en su interior
un doloroso e interminable tormento que provocó que un incontrolable ardor
atravesara su cuerpo y le humedeciera la piel. Sus pechos se habían vuelto
extremadamente sensibles y sus pezones estaban rígidos y erguidos. Cada célula
de su cuerpo clamaba por sus caricias.
—Contéstame, La. —La voz ronca y sombría de Peter se
unió al resto de sensaciones mientras los dedos masculinos recorrían la desnuda
piel de sus muslos—. ¿Quieres más? ¿Es esto lo que quieres? —Deslizó la mano
por sus nalgas hasta encontrar la suave y resbaladiza carne que palpitaba entre
sus piernas. Sus pliegues estaban hinchados, sensibles y empapados a causa de
su excitación.
—Sí —logró susurrar.
Complaciente, Peter rozó y acarició la tensa entrada
de su cuerpo hasta que la joven se estremeció visiblemente.
¡Oh, Dios! Quería correrse. Estaba a punto. Tenía el
clítoris a punto de estallar, la sangre le hervía en las venas y el placer se
cernía sobre ella como un oscuro manto; un placer nacido de lo que sentía por Peter,
de las emociones que había contenido con mano férrea hasta ese momento. Ya
estaba a punto de explotar antes de que la besara, de que la acariciara.
Peter presionó y dilató con dos dedos la sensible
entrada de su cuerpo y luego los deslizó en su interior justo lo necesario para
que ella vibrara sin control. Se mantuvo inmóvil por unos segundos y después
profundizó la penetración hasta encender un crepitante fuego en sus entrañas
que la hizo gemir de pasión.
—Llevas tiempo suplicando esto, La. —La áspera voz
masculina sonaba tan desesperada como el tormento que azotaba su cuerpo.
—¿Y tú no? —Lali contuvo el aliento y movió la cabeza
de un lado a otro contra la pared cuando Peter hundió los dedos más
profundamente, arrancándole un jadeo—. Cada vez que apartabas a uno de tus
hombres... —El encontró un lugar extremadamente sensible en su interior y ella
no pudo contener el grito agónico que salió de sus labios. Inmisericorde, Peter
comenzó a mover la mano dentro y fuera, acariciando ese punto una y otra vez, y
llevándola a un estado en el que sólo importaba el placer. Palpitantes y
ardientes, los músculos internos de su sexo apresaron los dedos de Peter.
Arqueó las caderas con fuerza e intentó que los dedos
se sumergieran aún más, consciente de los jugos que brotaban de su sexo para
inundar la mano con la que Peter la torturaba.
—Si alguno de mis hombres te hubiera tocado así,
habría tenido que matarle —gruñó él un segundo antes de morderle el hombro. Una
ráfaga de placer se unió al fuego que ya ardía en el vientre de la joven cuando
Peter encajó los dedos más profundamente. Nuevos fluidos brotaron
desvergonzadamente y se unieron a los que ya le empapaban la mano—. De una
manera o otra, me habría asegurado de que se alejaran de ti, Lali.
Los salvajes ojos verdes de Peter brillaban con
intensidad cuando ella alzó la cabeza. Los firmes e inquebrantables rasgos
masculinos mostraban un deseo sin límites y, aunque a Lali le costaba mantener
los ojos abiertos, quería mirarle, observar su rostro mientras la tocaba.
Regocijarse en la fogosa lujuria que titilaba en sus pupilas.
Lali había esperado aquello durante mucho tiempo. Sus
besos, sus caricias; no quería perderse ninguna sensación, ningún agonizante
segundo de placer.
Peter no le dio oportunidad de seguir pensando. Volvió
a cubrirle los labios, besándola con una ávida voracidad que la hizo curvarse y
ofrecerse por completo. Desvalida, Lali se aferró a su cuello y enredó los
dedos entre los sedosos mechones negros.
Ella no había vivido nunca unas sensaciones tan
intensas y profundas, tan increíbles y reales. Jamás había alcanzado aquel
estado de excitación tan absoluta que la obligaba a aferrarse a Peter con
desesperación.
No pudo contener un gemido cuando los dedos enterrados
en su sexo comenzaron a moverse con más rapidez. Todo su cuerpo se tensó ante
aquella exquisita sensación. Sus sentidos apenas podían soportar el creciente y
abrumador placer que la inundaba; su sexo palpitaba sin control y ceñía con
firmeza aquella provocativa mano que la acariciaba con diabólica maestría.
—Así, Lali —jadeó él sobre sus labios—. Estás muy
resbaladiza. Ardiente. Eres tan estrecha...
El sexo de la joven convulsionó con fuerza, provocando
que más jugos empaparan los dedos de Peter. En respuesta, él inclinó la cabeza
y le mordisqueó el tendón del cuello antes de lamer la suave piel.
Lali gimió al sentir que Peter le apartaba el escotado
corpiño del vestido y que sus pechos se erguían reclamando la atención del
hombre que le había robado el sueño durante tantos años. Sus sentidos estaban
tan sobreexcitados que creyó perder el conocimiento por un momento cuando los
firmes labios masculinos aprisionaron uno de sus doloridos pezones y lo
succionaron con fuerza.
—Peter... ¡Oh, Dios, sí! —gimió desesperada—. Es tan
bueno. Tan bueno, Peter.
El indescriptible placer de sentir la ardiente boca de
Peter atormentando el duro pezón envió una oleada de sacudidas a su vientre que
la obligó a arquear las caderas contra la mano de Peter.
Cerca. Muy cerca. Estaba a punto de correrse. Casi
rozaba el orgasmo, pero la promesa del éxtasis la eludía. El deslizaba los
dedos una y otra vez en su interior, tentando la dolorida y sonrosada carne de
su sexo y sumiéndola en una vorágine de intenso erotismo.
—Maldita sea, Lali. No es suficiente. ¡Que Dios me
ayúde! Necesito mucho más.
Antes de que poder asimilar que él se había movido, Lali
se encontró tumbada sobre la encimera que separaba el salón de la cocina. Peter
todavía tenía los dedos sumergidos en su cuerpo y seguía moviéndolos con
rapidez. Ávida por alcanzar la liberación, alzó las caderas y separó los muslos
todo lo que pudo mientras él lamía y mordisqueaba la dolorida cima de uno de
sus pechos.
Peter jadeó sin soltar el pezón y ella percibió en
aquel fiero sonido la intensidad de su deseo, el hambre salvaje que ya había
vislumbrado en sus ojos.
En sus pupilas brillaba un fuego voraz, fiel reflejo
del que ella misma sentía.
—Esto nos destruirá a los dos —susurró, deslizando los
labios de un pezón al otro.
Lali no respondió, lo único que podía hacer era
respirar. Curvó la mano en la nuca de Peter y le sujetó la muñeca con la otra,
intentando que moviera los dedos con más rapidez, que los metiera más
profundamente en su interior. Necesitaba una sensación más, algo que la hiciera
llegar al orgasmo.
Quería correrse. Quería alcanzar el ardiente y
destructivo éxtasis que prometían sus sentidos antes de que nada pudiera
interrumpirles. Antes de que Peter recobrara el control y retrocediera.
Justo entonces, él retiró los dedos de la apretada
funda. A Lali no le dio tiempo a protestar, no tuvo ninguna posibilidad de
quejarse por aquel repentino vacío; Peter le sujetó los muslos para separarlos
todavía más y, en menos de un segundo, empezó a explorar con la lengua los
hinchados y resbaladizos pliegues que custodiaban el centro de su placer.
La joven se quedó paralizada por un instante y luego
se estremeció sin control. Estaba tan cerca del orgasmo que esperarlo resultaba
una agonía. Bajó la mirada para enfrentarse al intenso brillo de aquellos ojos verdes
y observó embelesada cómo Peter deslizaba la lengua por su sexo.
Le vio rozar el clítoris una y otra vez hasta que tuvo
que cerrar los puños por las sensaciones que inundaban su vientre, que la
hacían vibrar, que le arrancaban un desesperado grito. Arqueó las caderas
frenéticamente, ahogada por completo en el ardiente placer que la inundaba, y
comenzó a gemir suplicando más.
Peter le abrió aún más los muslos y deslizó los labios
hasta la palpitante entrada a su cuerpo. Atravesó el sensible canal con la
lengua y comenzó a lamerla con un decadente e incontenible deseo que la envió
directa al clímax.
Devastada por el placer que explotó en su interior, Lali
se arqueó entre convulsiones, levantó la espalda de la encimera y cerró los
dedos sobre los cabellos de Peter al sentir que incontrolables llamaradas
recorrían su cuerpo destruyendo todo a su paso.
El cálido líquido que manaba entre los muslos
femeninos hizo que Peter gimiera sobre los hinchados pliegues.
Jamás había paladeado algo tan dulce como el suave
néctar con el que aquella mujer respondía a sus caricias. El cuerpo de Lali
estaba preso en un apremiante placer, un éxtasis que la desgarraba por
completo, y él quiso prolongar el orgasmo con suaves lametazos, friccionando
suavemente el clítoris con la lengua.
La joven se retorcía entre sus brazos, gemía su nombre
con voz ronca y llena de oscuros placeres. ¡Santo Dios!, él no quería limitarse
a escucharla. Únicamente les quedaba esa noche. Se suponía que sólo iba a
besarla, pero el daño ya estaba hecho. Los dos estaban anhelantes y hambrientos
y Peter sabía que no podrían separarse hasta llegar al final.
Entonces, él podría volver a mostrar al mundo el frío
y duro cabrón que era en realidad. Enseñarle a Lali que no había futuro para
ellos. Que esa noche era lo único que tendrían.
Al sentir los últimos latidos del orgasmo de Lali
contra la lengua, Peter paladeó aquella dulzura femenina una última vez antes
de enderezarse, cogerla en brazos y llevarla al dormitorio.
Continuará...
Y ahora? JAJAJAJA Creen que ellos van a seguir? o Peter va recobrar la conciencia?
Otro cap
ResponderEliminarme encanto quiero otroo yaaaa maratooonnnnnn
ResponderEliminarQuiero mas me encantoo
ResponderEliminarmaaaaas
ResponderEliminarNooo! Peter no va a recobrar la conciencia.. o creo que le sea facil! JAJA una paralabra que defina este cap es WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOW! Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas Noooooooooooove please...
ResponderEliminar@Camhii_Infante
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarNoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarPor faaaaaaaaaaavor!!
ResponderEliminarvas a publicar otro hoy?
ResponderEliminarpor favor otrooooooooooooo
ResponderEliminarmas mas mas
ResponderEliminarque sigannnnnn que no parennnn
ResponderEliminarwow!!! esperemos que lali aguante y peter no se eche atrás!!! Más!
ResponderEliminarEn realidad si no siguen un poco y logra "descargar"algo de energia él creo q estallará.Ahora q pasará luego no sé,espero me sorprendas gratamente.
ResponderEliminarMuy buen cap!Eso pasa cdo algo fuerte se reprime mucho tiempo,JAJA!
yo creo que siguen
ResponderEliminarmas
ResponderEliminarno pare sigue sigue
ResponderEliminarmas
ResponderEliminarotro
ResponderEliminarupa upa que siga
ResponderEliminarque otras noves lees?
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarfalto poner la parte en que Lali le chupa el lunar a Peter!!
ResponderEliminarpublica otro hoy!!
ResponderEliminarmas
ResponderEliminarEstos días tenía mil de tarea y no había leído pero, WOOOOOOOW...... :o que capítulooo!!!!!! Me acabo de poner al corriente y quiero mas caps :)
ResponderEliminarGracias por la nove!!!!
@Titel842
Si Peter piensa k esa noche es lo único k tendrían ,no creo k se detenga ahora.
ResponderEliminarnah si recobra la conciencia ahora se acordo tarde, y ya quiero que se de cuenta de que tienen un futuro muy largo por delante que les espera! @LuciaVega14
ResponderEliminarmuy hot este capitulo !
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