Capítulo 35

Se viene el final chicas... 1 capítulo!! Comenten muchoooo... @siempreconlyp

La madre de Peter la abrazó.

—Es que no lo comprendo, ¿sabes? Estoy segura de que te quiere.

Eso era lo peor. También estaba segura de que Peter sentía por ella lo mismo que ella sentía por él, pero según parecía a veces el amor no era suficiente.

Capítulo 35

Peter tenía la vista fija en la pantalla del ordenador, en el juego de cartas al que ni siquiera estaba jugando. No podía dormir… igual que la noche anterior. De hecho llevaba ya varias noches sin dormir bien. Exactamente desde el día en que Lali se había caído, dos semanas atrás.

Sabía lo mal que debía de estar sintiéndose por el modo en que estaba evitándola, pero a pesar de que había intentado ir a su habitación a verla un millón de veces en ninguna de esas ocasiones había sido capaz siquiera de llegar hasta la puerta.

—¿Peter?

Al oír la voz de Lali alzó la vista y la vio allí de pie, en el umbral de la puerta abierta de su despacho. El médico le había dicho que tenía que hacer reposo; ¿qué hacía levantada cuando era más de medianoche?

—¿Qué estás haciendo aquí abajo? —le preguntó con una brusquedad que no había pretendido.

En realidad lo que quería hacer en ese momento era levantarse e ir a abrazarla, pero eso no habría sido justo para ella.

—¿Te importaría pedirme un taxi? —le preguntó ella con voz queda.

—¿Para qué?

—Necesito ir al hospital —le respondió Lali acercándose al escritorio. Sólo entonces se dio cuenta Peter de lo pálida que estaba y de que tenía la frente perlada de sudor.

—¿Qué te ocurre? —inquirió poniéndose de pie.

—No me ocurre nada. Me he puesto de parto.

—Eso es imposible, aún te queda una semana para salir de cuentas.

—Lo sé, pero parece que el bebé ha decidido que quiere nacer ya.

—¿Estás segura?

—Segurísima.

Peter se quedó allí sentado, incapaz de reaccionar. Era como si sus pies se negaran a moverse. Desde el día en que Lali se había ido a vivir allí con él había sabido que aquel día llegaría, pero… ¿por qué tenía que haber sido tan pronto? No se sentía preparado para aquello.

Sin embargo tampoco podía quedarse allí plantado como un idiota.

—A menos que quieras ayudarme tú en el parto deberías llamar ya para pedir ese taxi —le dijo Lali agarrándose el vientre con ambas manos.

—¿Cada cuánto te vienen las contracciones?

—Cada tres o cuatro minutos.

—¡¿Cada tres o cuatro minutos?! —repitió él abriendo los ojos como platos—. ¿Y cuándo has empezado a notártelas?

—Creo que desde esta mañana.

—¡¿Desde esta mañana?! —exclamó Peter—. ¿Y cómo no me has dicho nada?

—Porque me dolía la espalda pero llevo con molestias desde hace semanas y hasta hace unos diez minutos, cuando he roto aguas, no me he dado cuenta de que estaba de parto.

A Peter el estómago le dio un vuelco.

—¡¿También has roto aguas?!

—¿Te importaría dejar de gritarme? —le dijo Lali irritada.

En ese momento le sobrevino una contracción tan fuerte que tuvo que agarrarse al borde de la mesa.

Apretó los dientes e intentó respirar profundamente, pero el dolor seguía yendo en aumento y no creía que pudiese aguantarlo mucho más. Las lágrimas se le saltaban de los ojos. Le habían dicho que dolía, pero nunca hubiera pensado que fuese tan espantoso.

          Al cabo de un rato por fin el dolor remitió un poco. Dios, ya podía ir olvidándose aquel niño de tener un hermanito.

Cuando alzó la vista vio que Peter seguía allí de pie, petrificado, y en otra situación aquello le habría parecido gracioso, pero en ese momento quería estrangularlo.

—Ben, ¿vas a llamar o no?

—Me… me parece que no tenemos tiempo para esperar a que venga un taxi. ¿Dónde está tu maleta?

—Junto a las escaleras.

—Bien, iremos… iremos en mi coche —farfulló Peter pasándose una mano temblorosa por el cabello.

Lali comprendió lo nervioso que debía de estar.

—Lo siento —le dijo cuando se dirigían al garaje.

—¿El qué?

—Que tengas que estar pasando por esto.

Peter no contestó, pero Lali sabía que para él aquello estaba siendo una auténtica tortura.

Continuará...