Capítulo 25

Disfruten y comenten chicas... intentaré subir otro hoy! Besos

¿Les habría mentido sobre la muerte de la madre de Rochi y Jaime?, se preguntó Lali. Sí, podía haberles mentido, se respondió al cabo de un rato. Si servía a sus propósitos sería capaz de haberlo hecho.

Lali extendió una mano por encima de la mesa y esperó a que su prima la apretase. Y entonces le dijo:

—Si puedo ayudarte en algo, no tienes más que decírmelo.

Capítulo 25

Sofia Lanzani sonrió a su nuera y se puso de pie al verla dirigirse hacia la mesa donde estaba sentada en el concurrido restaurante.

Lali estaba hecha un manojo de nervios, siendo una Espósito había aprendido a no mostrar ninguna muestra de debilidad desde muy niña, así que inspiró profundamente y sonrió también. Cuando llegó junto a la mesa, se inclinó y besó a su suegra en la mejilla.

—Gracias por la invitación a cenar, Sofia. Ha sido un gesto muy amable por tu parte.

—Tonterías… —replicó la mujer con un ademán mientras se sentaba de nuevo y volvía a colocar sobre su regazo la servilleta—. Cuando me enteré de que Peter iba a trabajar hasta tarde esta noche me dije que sería una buena oportunidad para que pudiésemos tener una charla de mujer a mujer.

¿De mujer a mujer?, se repitió Lali escamada. La madre de Peter parecía muy agradable, pero aunque Peter había cumplido su palabra y le había contado la verdad, todavía se sentía culpable por que no se lo hubieran dicho el día de la boda.

—¿Te apetece algo de beber, querida?

—Mmm… Vino estaría bien —contestó Lali.

—Por supuesto —dijo Sofia sonriendo y llamando a un camarero que había cerca—. Debería haber imaginado que querrías vino, siendo una Espósito —cuando el camarero llegó junto a ellas abrió la carta de vinos y le señaló uno—. He pedido un chardonnay estupendo que creo que te gustará —le dijo a Lali cuando el camarero se hubo marchado.

—Gracias —murmuró Lali ansiosa por que se lo sirvieran para poder calmar su garganta seca y sus nervios—; me gusta el chardonnay, y parece que esta estación saldrán unos buenísimos porque el tiempo ha acompañado y las uvas tienen una calidad excelente.

—No sabía que tu familia elaborara chardonnay.

—Oh, y no lo hacemos —se apresuró a contestar Lali, agradecida por haber encontrado un tema del que hablar en el que se sentía segura—, pero sí cultivamos las uvas con las que se elabora. Nosotros las usamos para nuestro cuvée.

—Ah, ya veo. Debe ser fascinante, todo el proceso de la elaboración del vino.

—Bueno, en realidad yo nunca he trabajado en las bodegas —le confesó Lali.

Era su hermano Agustin quien estaba a cargo de la planta de elaboración de vinos, y si Sofia estaba interesada podría explicarle todo lo que quisiera saber y más. Cande y ella únicamente habían ayudado en la vendimia de niñas, pero no conocían de cerca el proceso de elaboración de los caldos.

—Yo me ocupo sólo de la organización de los eventos que se celebran en la finca, y…

—Oh, lo sé, lo sé, querida, pero has crecido en ese ambiente y eres parte de ello. Debes saber, sin duda, más que yo acerca de las vides, de la clase de tierra y de cuidados que necesitan… Imagino que será fascinante.

Lali sonrió a pesar de la interrupción.

—Bueno, cuando has tenido que ayudar en la vendimia siendo niña deja de resultarte fascinante porque te dan calambres musculares y te salen ampollas en las manos.

Mientras seguían charlando de todo y de nada, llegó el camarero, les sirvió el vino, tomó nota de lo que iban a cenar, y volvió a marcharse.

Lali inspiró profundamente y se dijo que temía que dejar de parlotear sin cesar si no quería que su suegra se diese cuenta de lo nerviosa que estaba, así que miró en derredor, como admirando la decoración del lugar. Las mesas estaban cubiertas con inmaculados manteles blancos de lino, y en cada una había un jarroncito con flores de varios tipos y colores. De fondo, en medio del murmullo de las conversaciones, se oían las notas de un piano que había en un rincón de la sala al que estaba sentada una mujer joven. Era un sitio muy agradable, y Sofia también parecía muy agradable. ¿Por qué entonces tenía que estar nerviosa?

—En realidad te he invitado a cenar hoy porque quería poder hablar contigo en privado, Lali —le dijo la madre de Peter.

De modo que ésa era la razón, pensó la joven, preguntándose de qué querría hablar exactamente su suegra.

—¿Sobre qué?

—Sobre Peter —contestó la mujer con una sonrisa divertida—. Como su madre que soy, en primer lugar quiero decirte lo feliz que me siento de que mi hijo haya encontrado una mujer como tú. El cambio que he observado en él en estas dos semanas que lleváis casados es extraordinario.

—¿Cómo? —murmuró Lali.

Aquello era lo que menos se habría imaginado que fuese a decirle su suegra. De hecho, con el escándalo que se había desatado en torno a su padre, había esperado por lo menos que le dijese que pusiese fin a su matrimonio con su hijo y se alejase de él. Y no la habría culpado por ello.

Sofia extendió el brazo y puso su mano sobre la de ella.

—Lo que quiero decir, querida, es que has obrado maravillas en él.

Lali, confundida, se quedó mirándola pero no dijo nada.

—Almorcé con él ayer mismo, y está… mucho más relajado de lo que puedo recordar haberlo visto nunca. Sonreía, disfrutó con la comida… —le dijo Sofia—. De hecho, no me metió prisa  como ha hecho otras veces para que acabásemos pronto porque tenía que volver al trabajo —la mujer volvió a sonreír y le guiñó un ojo.

Lali sacudió la cabeza.

—No creo que eso se deba a nada que yo haya…

—Tonterías —replicó la madre de Peter cuando reapareció el camarero con sus primeros píalos. Y, cuando se hubo retirado, añadió—: un hombre que es feliz en su vida conyugal es feliz también en los demás ámbitos de su vida.

—Sofia… yo… sé que Peter te ha contado la verdad acerca de nuestro matrimonio —murmuró Lali antes de que pudiera volver a interrumpirla.

—Sí, así es.

—Pero, entonces, sabes que no estamos…

—¿Enamorados? —terminó Sofia por ella—. Bueno, yo no estaría tan segura de eso, querida.

—Verás, Sofia, es que no…

Nuevamente la mujer no la dejó continuar.

—Lali, conozco a mi hijo desde mucho antes que tú, y puedo decirte que nunca lo había visto tan feliz como en estas dos semanas que lleva casado contigo. Es como si hubiese encontrado algo que hasta ahora no había sabido que le faltaba. Y ese algo, querida, eres tú.

El corazón de Lali palpitó con fuerza, pero se dijo que Sofia tenía que estar equivocada. Quizá creyera ver amor entre Peter y ella, pero lo único que había en realidad era química, y aunque fuese una química increíble, eso no tenía nada que ver con el amor… ¿o no?

¿Podía un matrimonio que había empezado siendo un matrimonio de conveniencia, convertirse en algo más? Ninguno de los dos había ido buscando el amor cuando se habían casado.

Sin embargo, el que Sofia creyese que podía haber amor entre ellos hizo que el estómago de Lali se llenara de mariposas. Al intentar imaginar el momento en que el año se cumpliera y tuviera que despedirse de Peter, sintió una punzada en el pecho. Si sólo llevaban dos semanas casados y la idea de tener que separarse de él le resultaba dolorosa, no quería ni pensar en lo horrible que sería cuando hubiese finalizado el año. Oh, Dios…

Sofia tenía que estar equivocada respecto a los sentimientos de Peter. A ella no le parecía que hubiese mostrado signo alguno de querer algo más de ella que lo que habían acordado cuando se habían casado. Sin embargo, la mujer había dado en el blanco respecto a ella. No sabía cómo había ocurrido, pero en esas dos semanas se había enamorado perdidamente de Peter.

Continuará...