Regalo Inesperado
Capítulo 1
En sus veinticuatro años de vida Lali Espósito
había cometido unos cuantos errores, pero aquél superaba a los anteriores con
creces. Tanto decirse que a ella no le pasaría como a su madre… para al final
haber caído en lo mismo que ella. Quizá fuera su sino, o simplemente mala
suerte.
Levantó la vista hacia la fachada de mármol y
granito del enorme caserón que se alzaba frente a ella, e inspiró profundamente
antes de subir los escalones de la entrada. «Vamos; has venido hasta aquí.
Ahora no puedes echarte atrás», se dijo obligándose a llamar al timbre.
Sin embargo los segundos pasaron y estaba ya a
punto de girarse sobre los talones y marcharse cuando la puerta se abrió.
Había esperado que fuera una criada o un
mayordomo quien le abriera, pero fue al propio Peter a quien se encontró ante
ella.
Tenía el mismo aire misterioso y fascinante que
la noche en que se habían conocido en aquel bar. Había sentido una mirada fija
en ella, y al alzar la vista sus ojos se habían encontrado. Entonces él se
había levantado, había ido hasta la barra, donde ella estaba sentada, y sin
decir una palabra le había tendido la mano en una muda invitación.
Ella la había tomado y la había conducido a la
pista de baile, donde la había atraído hacia sí, rodeándole la cintura con los
brazos, había inclinado la cabeza, y la había besado.
Claro que había besos… y besos. Aquel beso la
había hecho sentirse como si fuesen dos piezas de un puzzle que encajasen a la
perfección. Se le habían puesto las piernas temblorosas y hasta se había
olvidado por un instante de respirar.
En ese instante había sabido que pasaría la
noche con él si se lo pidiera. Ni siquiera había sido una decisión consciente;
algo en su interior le había dicho que aquello era casi algo predestinado a
ocurrir.
Y desde el principio había sabido que aquello
sería sólo algo de una noche. Él se lo había dejado muy claro con el «no busco
una relación» que había murmurado entre beso y beso en el ascensor, camino de
su habitación. De hecho no había esperado volver a verlo. Ya juzgar por la
expresión en su rostro, parecía que él tampoco.
Sabía que debería decir algo, pero era como si
sus labios se negasen a cooperar, y simplemente se quedó allí mirándolo como
una tonta, preguntándose si sabría quién era; si la recordaría siquiera.
Si la recordaba quizá estuviese preguntándose
cómo había logrado averiguar dónde vivía.
Nunca había leído la prensa del corazón, así
que habían pasado varias semanas después de aquella noche antes de que se
enterase por sus compañeras de trabajo de quién era.
Peter Lanzani se cruzó de brazos, apoyó un
hombro en el marco de la puerta, y la miró de arriba abajo.
—Y yo que creía que te habían abducido los
extra-terrestres… —murmuró finalmente con esa voz aterciopelada que la había
cautivado aquella noche en el bar.
Parecía que después de todo sí se acordaba de
ella, aunque el tono que había empleado le hizo gracia. ¿No iría a fingir que
estaba molesto por que se hubiese marchado cuando se había dormido, no?
Quedarse a pasar la noche con él únicamente habría retrasado lo inevitable, que
a la mañana siguiente la despidiese con la típica frasecita de «me ha encantado
conocerte; espero que todo te vaya bien» que reservaban para esas ocasiones los
hombres como él.
—Tú mismo dijiste que no estabas interesado en
iniciar una relación —le recordó.
Peter entornó los ojos.
—Y sigo sin estarlo.
—Sólo he venido para que hablemos. ¿Puedo pasar?
Él pareció vacilar un instante, pero luego se
hizo a un lado y sostuvo la puerta para que entrara.
Las suelas de goma de los zapatos de Lali
chirriaron cuando pisó el suelo de mármol del amplio vestíbulo, y su visión
tardó un momento en hacerse a la penumbra que reinaba en el interior de la
vivienda.
El ruido de la puerta al cerrarse tras ella
resonó en la sala, haciéndole dar un respingo, y cuando se giró vio a Peter
allí de pie, los brazos cruzados de nuevo y su rostro oculto en sombras.
El aire que tenía de héroe romántico del siglo
XIX era en parte lo que la había atraído aquella noche. Sabía que los hombres
callados y misteriosos sólo traían problemas, pero no había podido resistirse.
Además, en el bar se había mostrado reservado y
algo brusco, pero bajo las sábanas había resultado ser el hombre más excitante,
atento, e imaginativo que Lali había conocido jamás. La había hecho sentirse
tan viva…
Lo que Peter no sabía era que le había hecho un
regalo aquella noche, algo que siempre había ansiado. Por primera vez su vida
tenía un propósito y ya nunca más estaría sola. El momento no podía haber sido
peor y por supuesto estaba un poco asustada porque aquello lo cambiaría todo,
pero se sentía feliz.
En un primer momento había considerado la
posibilidad de no decirle nada. Al fin y al cabo sería difícil que se enterase
porque los círculos en que se movían eran muy distintos. Además, después de
enterarse de la tragedia que había sufrido el año anterior había pensado que
sería mejor ocultárselo, pero finalmente se había rendido a la evidencia de que
no podía hacer frente a aquello ella sola.
Necesitaba su ayuda, y puesto que no había una
forma suave de darle la noticia decidió que lo mejor sería no andarse con
rodeos.
Inspiró profundamente, alzó la barbilla, y le
dijo:
—Creía que deberías saber que estoy embarazada
y que tú eres el padre.
Aquellas palabras dejaron a Peter sin aliento,
como si hubiera recibido un puñetazo en el estómago. Durante meses había
considerado volver a aquel bar con la esperanza de encontrarla de nuevo allí
porque esa noche con ella había hecho que algo cambiase dentro de él. Se había
sentido vivo de nuevo.
Aquello sin embargo no se lo había esperado.
Esa noche ella había actuado como si no supiera quién era, pero en ese momento Peter
tuvo la impresión de que le había tendido una trampa y había caído en ella.
¿Cómo podía haber sido tan idiota?
Lo cierto era que sabía muy bien cuál era la
razón por la cual se había dejado engañar tan fácilmente. Había sido la primera
mujer con la que había sentido que había conectado después del fatídico
accidente; la única que le había hecho olvidar el dolor durante unas horas.
Hasta ese momento había estado convencido de
que su capacidad de sentir había muerto con su esposa y su hijo, pero esa noche
le había hecho pensar que quizá no fuera así.
¡Y pensar que aquella joven le había parecido
dulce e inocente…! ¡Qué ironía!
No debería haber salido esa noche, pero la idea
de pasar las Navidades solo lo había empujado a reservar una habitación en
aquel hotel. Debería haberse imaginado lo que aquella chica había estado
tramando cuando se despertó a la mañana siguiente y ella ya no estaba.
Se preguntó a cuántos hombres más habría
engatusado en aquel bar, a cuántos más habría utilizado, y por qué lo habría
escogido a él. ¿Porque era vulnerable… o quizá por su dinero?
—No me dijiste que trabajabas en el hotel —le
dijo.
La verdad era que apenas le había contado nada
acerca de ella, aunque tampoco él le había preguntado. Esa noche no había
buscado conversación, sino sólo un cuerpo cálido y suave que lo ayudara a
olvidarse de todo por unas horas. Había sido para él algo así como un regalo de
Navidad que se había hecho a sí mismo, pero no había esperado encontrarse de
pronto deseando algo más que una noche de pasión… del mismo modo que no había
esperado encontrarse solo al despertar.
—Bueno, no pasamos juntos tanto tiempo como
para conocernos a ese nivel —le contestó ella alzando la barbilla.
—Pues yo diría que nos conocimos a un nivel muy…
íntimo.
Las mejillas de la joven se sonrojaron
ligeramente, y Peter se dijo que le habría parecido encantador si no estuviese
seguro de que ese azoramiento era fingido.
—Quizá no lo recuerdes, pero usamos
preservativos —le dijo, esperando que le contestase algo tan creativo como que
alguno debía de haberse roto.
—Créeme, a mí esto me ha sorprendido tanto como
a ti, y desde luego no es algo que hubiese planeado.
—Está bien; digamos que ese niño de verdad
fuera mío —concedió Ben—. ¿Qué quieres de mí?
Como si no lo supiera. Probablemente tendría
una larga lista de exigencias. ¿Esperaría que se casase con ella, para
convertirse en la señora Lanzani y vivir en una gran casa?, ¿o quizá querría
que la ayudase a convertirse en actriz? No sería la primera.
La joven bajó la vista al suelo, con un aire de
humildad que lo dejó pasmado. Desde luego se merecía un Oscar.
—Necesito que me ayudes. Creía que podría con
esto yo sola, pero entre los gastos médicos y todas las cosas que el bebé
necesitará…
Justo lo que había imaginado.
—Quiero una prueba de paternidad —la interrumpió—.
Antes de darte un solo centavo necesito saber si ese bebé de verdad es mío.
Lali asintió, aliviada de que no fuera a
hacerle suplicar.
—Lo suponía, así que ya he hablado con mi
ginecóloga de ello. Me ha dicho que puede hacerla la semana que viene, cuando
vaya a hacerme la primera ecografía.
—Bien. Entonces te pondré en contacto con mi
abogado.
—Si quieres puedes venir —le dijo Lali,
pensando que ofrecerle la posibilidad era lo menos que podía hacer.
Al fin y al cabo el bebé era tan suyo como de ella.
Quizá incluso pudieran ser amigos, y que él fuese a ver al niño de vez en
cuando.
—¿Ir adonde? —inquirió él.
—Pues a mi cita con la ginecóloga… ya sabes,
para ver al bebé en la ecografía.
El rostro de él se ensombreció de repente, y
antes de que Lali pudiera reaccionar, dio un paso hacia ella con los ojos
relampagueándole de ira.
—Vamos a dejar algo claro —le dijo—. Si de
verdad ese niño es mío me ocuparé de que no le falte de nada, pero no voy a
formar parte de su vida.
Continuará...
pobre lali, MAS MAS MAS!
ResponderEliminarMadre mia empieza fuerte la novela eee. MAS NOVE!!!!
ResponderEliminarpobre lali =/
ResponderEliminarque estupido peter todo un imbecil con decirle eso ultimo
sube mas
que le passa a peteeer?? es su hijooooooo
ResponderEliminarmaaaaaaaaas =)
@RochiMyWorlds_
peter no, vos no sos asi
ResponderEliminarmas nove!
ResponderEliminarapaaaaaaa, me re gusto!!! @michubregTA
ResponderEliminarWoW :O!!!!!!
ResponderEliminarmas mas, empieza super interesada
Gracias por los caps!!!
@Titel842
Nooo lo mato a peter, es un hdp y ni entiendo como lali le puede soportar que la trate asi.
ResponderEliminarTe agradecería que me sigas avisando por tw
@gaslitervetrac
huy q cruel puede llegar a se peter...
ResponderEliminarsi este es el primer cap no me quiero imaginar el resto :)
ResponderEliminarotro cap porfa
ResponderEliminarMe encanto se ve que Lali no tiene intensiones de pedirle nada para ella, solo lo esta haciendo por su hijo... Es obvio que Peter desconfié.
ResponderEliminarmas novelaa! masss!
ResponderEliminarQ mala pata una sola noche y cuidandose y BINGo prendio la semillita!
ResponderEliminarPobre lali,pero quiero saber algo más sobre Peter antes de juzgarlo,parecería q por algo esta acostumbrado a q se aprovechen de él!
Hay no pobre Lali :(
ResponderEliminarme encanto masssssss
Pq es así peter, la vida le da una nueva oportunidad!! Me encantan más!
ResponderEliminarno Peter, empezamos mal! Eso es abandono de persona!
ResponderEliminarPobre Lalu! Siempre la pasa mal chiquita u.u
espero el proximo.. Seguime avisando eu! @yosoylalita
Pobre Lali!! me encanta la nove @AmeriquinTJ
ResponderEliminarForro k es peter. IGUAL LO AMO JAAJJJA
ResponderEliminar.
BESOS http://tusnovelalitter.blogspot.com.ar/?m=1
me encanta por unos dias no voy a poder leer pero igual me reencanta
ResponderEliminarGruñon
ResponderEliminarMASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Me encantoo !!!
ResponderEliminarquiero más
Esa noche se sintió vivo ,y el muy idiota solo se le ocurre decir k se ocupará del bebé si es suyo ,pero k no va a formar parte d su vida.
ResponderEliminarK asco le tengo a peter jeje. MAS NOVE!!
ResponderEliminar:O
ResponderEliminarya me imagino a este Peter herido por la perdida de su esposa y su hijo y no conozco en realidad muy bien la vida de Lali pero estoy segura de que no lo habra pasado bien :/ lo que si estoy segura es de que Peter piensa lo peor de Lali porque seguro que en su pasado ya lo habran intentado usar u.u @LuciaVega14
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