lunes, 15 de octubre de 2012

Capítulo 30


Aviso: Capítulo no apto a menores o personas impresionables.

Ultimo por hoy chicas, disfruten y comenten!! Mañana subo más :) besos




Inmersa en una bruma de deseo, apenas se dio cuenta de que Peter la alzaba en sus brazos y caminaba con ella hasta que sintió el borde de la cama contra la parte posterior de las piernas. Las sensaciones se agitaban en su interior como una tormenta que no podía controlar, demandando aquel intenso e incontrolable placer que sólo él podía proporcionarle.


Capítulo 30
Lali sintió el roce de la colcha contra la espalda en el momento en que él la hizo caer sobre la cama. Peter, sin dejar de mirarla un segundo, permaneció de pie y se despojó de la ropa hasta quedarse tan desnudo como ella. La joven le observó con atención, deleitándose en la manera en que se tensaban y flexionaban los duros músculos de su torso. El colchón se hundió bajo sus rodillas cuando se subió a la cama y su boca quedó a la altura de la clavícula de Lali. Bajó la cabeza y delineó el contorno con la lengua, dejando un rastro ardiente sobre su sensible piel. La exquisita caricia la hizo gemir por lo bajo y arquearse.
Peter desplazó sus enloquecedores besos hacia el generoso seno que estaba presionando suavemente con la mano y luego capturó con los labios la fruncida y dura punta.
El sensible pico palpitó de placer en cuanto comenzó a mordisquearlo, a mimarlo con su boca, a succionarlo una y otra vez hasta crear una excitante corriente que bajaba desde el hinchado pezón al dolorido clítoris de la joven.
Con deliberada lentitud, Peter posó la mano libre en su vientre y deslizó las callosas puntas de los dedos por su piel con una delicadeza que desató escalofríos en el cuerpo femenino. Se demoró un instante en el ombligo y luego le acarició suavemente los muslos y las caderas, que ella alzaba sin cesar buscando su toque con desesperación.
Incluso le habría rogado a gritos que siguiera acariciándola si tuviera voz para hacerlo, si pudiera encontrar oxígeno suficiente para algo más que gemir suplicante.
El clítoris le dolía por el intenso deseo, por las agudas sensaciones que crepitaban en él antes de palpitar en su vagina con atormentadora necesidad.
No lo podía soportar. Necesitaba que la tocara allí ya, que sus dedos la acariciaran, que se introdujeran en su interior.
Unos extraños gemidos vibraban en su garganta. Jamás se oído emitir ese sonido. Sollozaba a causa del deseo, de la necesidad sus murmullos eran fiel reflejo de las incontrolables sensaciones que la devastaban.
Cuando Peter puso por fin los dedos entre sus muslos, ella se quedó sin respiración. No tenía fuerzas ni voluntad para nada salvo para ofrecerse a él buscando el roce que la llevaría a la liberación.
No le quedaba aire para hablar y mucho menos para gritar. En su mente sólo había lugar para la sensación que provocaban esas caricias en su sexo, deslizándose entre los empapados e hinchados pliegues para avivar el atormentador latido que palpitaba en su clítoris.
Peter le pellizcó suavemente con los dientes la tierna carne que rodeaba el pezón y ella se arqueó en respuesta al tiempo que le clavaba las uñas en los hombros sin dejar de contorsionar las caderas bajo la suave caricia de los dedos. Luchaba para que él incrementara el ritmo, para que la penetrara con aquellos dedos largos e inquisitivos, que la hiciera alcanzar aquel doloroso placer que sólo Peter sabía ofrecerle.
Las vividas sensaciones que fustigaban su cuerpo sin piedad amenazaron con hacerla llegar al éxtasis. Un remolino de pura dicha se precipitaba por sus venas como si fuera una ola gigantesca que la privara de control haciéndola emitir un gemido desgarrador.
Sabiendo lo cerca que estaba ella del orgasmo, Peter hundió dos dedos en las apremiantes y resbaladizas profundidades de su sexo y le besó la curva del pecho antes de lamer el duro pezón. Lali, totalmente indefensa ante aquel brutal asalto a sus sentidos, tensó el vientre con fuerza y comenzó a estremecerse sin control.
Justo entonces, Peter retiró los dedos de su palpitante carne y se tumbó de espaldas sobre la cama, alejándose, cuando ella lo único que necesitaba era que continuara conduciéndola por la oscura senda de aquel demoledor placer.
—Ven aquí, Lali —jadeó él, alzándola para que quedara colocada a horcajadas sobre su cuerpo y mirando hacia sus pies.
La cabeza de la joven quedó entonces suspendida ante la palpitante longitud por la que él deslizaba la mano arriba y abajo.
Su miembro, grueso y coronado con un hinchado glande púrpura, se erguía insolente sobre su abdomen, y por un momento no supo qué hacer. Intuyendo su incertidumbre, él le introdujo los dedos de la mano libre entre los largos rizos cobrizos que caían sobre los hombros femeninos.
Lali contuvo la respiración ante el marcado y posesivo erotismo de la acción con la que él exigía que lo tomara en su boca.
—Ya sabes lo que quiero, La —murmuró con un ronco susurro que fue como un intenso y sensual roce en sus sentidos.
¡Oh Dios! Sabía lo que él quería, igual que sabía lo que le iba a hacer. Aquello era algo que Lali había imaginado compartir con él pero que nunca pensó que pudiera llegar a realizarse.
—Vamos —le ordenó Peter, atrayendo las caderas de la joven hacia sus hombros con una mano mientras con la otra le volvía a tirar del pelo—. Hagámoslo, pequeña. ¿Adivinas quién va a perder antes el control?
Ella se humedeció los labios, temblorosa, al tiempo que bajaba la cabeza hacia el palpitante glande. Peter no se quedó atrás. Agarró sus caderas hasta que el sexo femenino, con sus pliegues abiertos y anegados de jugos, quedó justo sobre su rostro. Las erguidas puntas de los pechos de la joven se rozaron contra el duro estómago de Peter y sintió un remolino de excitación cuando le aferró el pene por la base. Lali no era capaz de rodearla con los dedos, pero sí de mantenerla inmóvil mientras inclinaba la cabeza.
Respiró hondo e intentó captar todo el oxígeno posible al sentir los labios de Peter entre sus muslos. Comenzó a contorsionar las caderas ante aquellos besos acalorados; esos lametazos hambrientos que la hicieron presionar los hinchados pliegues de su sexo contra la boca de Peter sin dejar de sujetar con firmeza su objetivo.
Pasó la lengua sobre la hinchada cabeza de su pene y emitió un gemido ahogado cuando paladeó el intenso sabor masculino.
Se ahogaba en el placer. Llenó su boca con aquella cálida y deliciosa dureza e hizo titilar la lengua sobre el orificio de la punta, deleitándose con la esencia del rígido miembro.
Justo en ese momento él pasó la lengua por su hinchado y empapado sexo. Movió la boca con diabólica precisión, como si la estuviera estudiando al tiempo que la atormentaba. Luego rodeó la estrecha abertura antes de dar un firme lametazo en el interior para, tras probar su sabor, retirarse con rapidez.
Lali quiso gritar, necesitaba gritar, pero el sonido fue amortiguado por el miembro que palpitaba en su boca. El siguió deslizando la lengua por la cálida hendidura y rodeó el clítoris con veloces toquecitos que provocaron que su vagina se humedeciera aún más. Cada vez que él rodeaba el sensible brote, ella notaba un agudo palpitar en el vientre y unos punzantes calambres recorrían terminaciones nerviosas de su cuerpo.
Para contrarrestar el demoledor efecto que él tenía sobre ella tuvo que obligarse a seguir su instinto, a concentrarse en Peter y no en el placer que le proporcionaba.
Comenzó a mover la boca sobre la ancha y húmeda cabeza mientras recorría el tallo del pesado miembro con una mano y ahuecaba en la palma de la otra los hinchados testículos. De vez en cuando rozaba el interior de los muslos con las uñas mientras le succionaba profundamente, deslizando la punta de la lengua por debajo del borde del glande, friccionándolo y acariciándolo hasta que le arrancó un duro gemido que retumbó en su propio sexo.
Peter sacudió las caderas bruscamente e introdujo la erección con fuerza entre los labios de la joven, intentando controlar el ronco rugido que se formaba en su pecho, y siguió moviendo la lengua sin tregua para acariciar e indagar entre los sedosos pliegues. Buscó su esencia y saboreó aquel dulce y adictivo jugo antes de lamerle de nuevo el clítoris y llevar los dedos al lugar donde brotaba aquel espeso néctar.
Lali vibró cuando sintió la presión de los dedos en su interior. Apretaban y se retiraban para luego presionar otra vez.
Peter retiró los dedos en busca de más humedad que luego frotó entre las yemas para lubricarlas antes de volver a penetrarla suavemente. El deseo de Lali ardió más alto, más voraz, comenzando a crear un lazo irresistible entre ellos al que no podría renunciar.
Lali bajó las caderas acercándose a sus labios, a su lengua, mientras deslizaba la mano a un ritmo rápido y sensual sobre su palpitante pene.
Peter movía la lengua con extrema maestría torturando los sensibles tejidos de su sonrosada carne y controlándola con facilidad con una mano férrea en las caderas.
El miembro latía poderosamente en la boca de la joven mientras ella lo succionaba hasta sentirlo casi en la garganta. Estaba tan hambrienta de él, de su sabor, que paladearlo la hacía caer en un remolino de frenético placer. Dios, necesitaba a Peter más que respirar. Las sensaciones en su interior empezaron a crecer, a volverse más intensas, a envolverla con una fuerza imparable que la obligó a suplicar pronunciando su nombre.
Estaba muy cerca. Casi podía rozar el orgasmo con la punta de los dedos. Se iba a correr. Su clítoris palpitaba sin cesar y los músculos se contraían sin control en torno al dedo invasor que lo penetraba.
Movió la boca sobre el pene llena de ansiedad y la cerró sobre ella compulsivamente al sentir que ahora eran dos dedos los que estiraban y abrían suavemente el canal, lubricados con los jugos que empapaban su sexo.
Ya llegaba. El intenso calor comenzó a alcanzar una temperatura abrumadora. Gimió en torno a la erección y su cuerpo empezó a temblar ávido del momento de la liberación.
Fue entonces cuando él se detuvo y la soltó.
—¡No! —No podía creer que le hiciera aquello.
¡Maldito Peter! No podía detenerse ahora.
Se dio la vuelta con rapidez para enfrentarse a él, y jadeante, tratando de zafarse del agarre de Peter, intentó empalarse en la dura longitud de su pene.
Todo fue en vano.
Volvió a llevar la mano más abajo y sepultó los dedos entre los muslos de la joven buscando los pliegues hinchados y resbaladizos que protegían el sensible núcleo de nervios que no dejaba de palpitar demandando su atención.
Resultaba casi increíble que algo tan pequeño y delicado como el clítoris pudiera latir con tanta intensidad como su glande. Frotó entre las yemas la espesa esencia de Lali y la esparció por los hinchados pliegues. La acarició en lo que fue una exquisita tortura durante unos instantes y luego introdujo dos dedos en las satinadas profundidades.
Las paredes de la vagina se cerraron en torno a ellos al instante. Sabía que ya era demasiado tarde para preocuparse por el control. Demasiado tarde para pensar que estaba perdiendo algo tan importante como su corazón. Un corazón que jamás había sospechado que poseyera.
Peter sacudió la cabeza bruscamente. No supo si porque rechazaba la idea o por la desesperación con la que combatía contra ello.
Por desgracia, era jodidamente tarde para todo.
Para su pene, sus dedos.
Para su maltrecho corazón.
Antes de que supiera lo que estaba haciendo, Peter se clavaba en ella como un hombre poseído por los demonios de la necesidad carnal. Cuando ella gimió una y otra vez reclamando más, él le dio todo lo que tenía.
No la estaba poseyendo con suavidad, no la tomaba con la ternura que ella provocaba en él.
¡Joder, no!
El tiempo para la delicadeza había pasado. No era momento para la entrega o la caballerosidad. Tenía los testículos tensos y su pene estaba tan duro que parecía de acero.
 Presionó el clítoris con la palma de la mano y percibió claramente que el hinchado brote se calentaba y latía con vida propia mientras movía los dedos.
Podía sentir la presión en cada poderoso centímetro de su pene, que ahora tenía sumergida.
Estaba a punto de correrse, pero lo único que le importaba era el placer de Lali. No le interesaba otra cosa que su satisfacción cuando ella explotara alrededor de su carne.
El placer era una agonía. El dolor un intenso éxtasis.
Un fuego líquido, ardiente y abrasador, fluyó por las venas de Lali mientras escuchaba los gritos que desgarraban su garganta sin que pudiera contenerlos. Había perdido la razón y la sensación de realidad la abandonaba.
—¡Dios, sí! —Peter se impulsó de nuevo en su interior, intensificando aquel torbellino de placer hasta un nivel que ella no podía soportar.
Quería ese orgasmo. Quería alcanzar el placer absoluto y cegador que revoloteaba allí mismo, esperándola. Estaba a punto de correrse, traspasada por miles de pequeñas sacudidas que la conducirían a la liberación final.
—Esto es mejor que en mis sueños —gruñó Peter introduciendo más profundamente en ella y buscando con las yemas ese lugar sensible detrás del clítoris. Un roce, una caricia que la hizo balancearse ante el abismo pero sin volar.
Llamas líquidas lamían ahora su carne, hervían en sus venas.
—Peter. —Lali clavó las uñas en las sábanas y empujó las caderas hacia él. Le necesitaba otra vez y otra y otra. Oh, Dios, le necesitaba tanto... —. Por favor —gimió con voz ronca.
—Todavía no —respondió él con aspereza—. Espera un momento, La. Déjame hacerte arder.
¿Quería que ardiera más?
Lali sentía que se moría. No podría soportar más.
—Ahora —gritó, suplicante.
¡Oh, Dios!, estaba implorándole.
—Todavía no. Eres tan estrecha. Tan exquisita.
Lali tenía el vientre increíblemente tenso y su sexo palpitaba ante el inminente orgasmo.
Tenía que correrse. Si no se corría ya, moriría.
Necesitaba la liberación con tanta desesperación que la agonía de esperar hacía que la cubriera una capa de sudor.
No podía soportarlo. No podría resistirlo ni un minuto más.
Sus músculos se pusieron rígidos, se le agarrotaron los tendones y arqueó la espalda mientras un desgarrador gemido abandonaba sus labios y comenzaba a estremecerse violentamente a causa del brutal orgasmo que se apoderó de su cuerpo.
El placer fue tan intenso que tuvo la impresión de que sol implosionaba en su interior. Ardientes llamas cada vez más violentas arrasaron sus sentidos y la hicieron flotar en una sensación pura e intensa que parecía no tener límites.
Aquel empuje final fue seguido por intensos chorros en el interior su cuerpo, cada uno acompañado por otra dura penetración. Le había clavado los dedos en la cadera y seguía friccionando con la otra mano ese diminuto y sensible lugar en su vagina.
El orgasmo parecía eterno.
Lali deseó que jamás terminara. Aunque sabía que no podría sobrevivir así mucho más tiempo, quería retener consigo para siempre aquel instante mágico.
Peter lanzó un salvaje rugido cuando la llenó con la última gota de su esencia, vibrando ostensiblemente ante la explosión de placer que le desgarraba. Todos los nervios de la joven latieron al unísono y su cuerpo aprisionó su miembro con los espasmos finales.
No le quedaban fuerzas. Seguía convulsionándose aunque apenas era capaz de respirar, así que cerró los ojos y se dejó llevar.

Continuará...

29 comentarios:

  1. Super super super increíble, me encantó, me encantó,gracias por la marathon, la terminaste de forma estupenda.
    @masi_ruth

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  2. INCREIBLE, Sin Palabras
    @DaniiVasqueez

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  3. Woooww sin palabra increíble CAP me encanto mas mas mas mAs

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  4. Ah!!!! Me encantoo el maraatonnn!!!!! Graci GRACIAS GRACIASGRACIASGRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS!!! Buenisimo el cap espero mas pronto me encanto GRACIAS-GRACIAS-GRACIAS-GRACIAS-GRACIAS-GRACIAS-GRACIAS-GRACIAS-GRACIAS POR EL MARATON

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  5. Sin palablas... CA PI TU LON!! Me encanta♥

    Mil gracias por la maraton :)

    @Camhii_Infante

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  6. Son una maquina juntos!Pasion pura!Pero hay amor,podran reconocerlo?

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  7. Y ahora viene el TE AMO LALI!! o no?. Capaz que ni pueden hablar después de esto...
    Si que tuvieron GUERRA estos dos he!

    Fue hoy al cuadrado. 69 ho si!
    MAS CAP!!!

    Mel!

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  8. Me encanto el cap!! GRACIAS por subir!! segui subiendo son muy buenas tus novelas!!

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  9. Pero que zarapditos estos dos! jajaja me encanto

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  10. Alto calor se tienen estos dos!!!!!!

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  11. mas noveeee wow!!!!!! quiero q se confiesen su amor!!!

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  12. Full party armaron jajaja

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  13. Queremos saber como termina esto hahahaha:)

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  14. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

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  15. LALITER wow k capitulo.

    LALITER dsp de esto con termnara todo ojaal ya se anumen a estar juntos.

    ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOO

    MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

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  16. NE ENCANTARON LOS CAPS-

    LA MARATON ESTUVO BUENISIMO

    ESPERO PRONTO MAS CAPSSSSSSSSS

    LALITER ♥

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  17. SUBE MAS!! @Lalitermysoul

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  18. Como para resistirse ,tuvieron d todo.

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  19. Espero mas capítulos!!!!!!!!!!!!!!

    Cuanta pasión estos chicos!!!

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  20. ... sin palabras! estos dos viven on fire!!! jajajaj como lo AMO asi calentones y todo! ME ENCANTO EL CAP ESTUVO BUENISIMO ♥ @LuciaVega14

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