Hola hola :) Disfruten y comenten mucho chicas, porfa!!! + comentarios = + capítulos :)
No, no podía ser ella. Imposible.
No era suya la voz que repetía sin cesar: Oh, Dios,
Peter, te amo.
No.
No podía haber dicho eso ¿verdad? Todavía no se había
vuelto tan loca.
Capítulo 23
Un buen rato después, Lali estaba descansando en la
cama con la espalda contra el pecho de Peter y rodeada por sus brazos. Sentía
el lento latido del corazón masculino y sólo ansiaba seguir disfrutando por
siempre de aquella lánguida saciedad que la invadía. La atravesaba de arriba
abajo, la iluminaba por dentro y daba vida a cada una de sus células con una
reconfortante calidez a la que no quería renunciar.
No, no podía renunciar a aquella satisfacción física,
a esa agitación emocional, a la certeza de que finalmente estaba donde tenía
que estar: entre los brazos de Peter. Era una sensación de absoluta y total
placidez interior.
Peter no había mencionado nada sobre lo que ella había
gritado al llegar al éxtasis. No le había aconsejado que no le amara ni le
había largado un sermón sobre las emociones que provocaba la adrenalina. No
había dicho nada que hubiera destrozado aquel increíble momento.
Quizá sólo hubiera gritado aquella declaración de amor
para sus adentros. Rezaba para que fuera así, porque prefería morirse antes que
tener que soportar a un Peter omnisciente disertando sobre falsas ilusiones de
amor.
El se había limitado a cogerla en brazos, tumbarse con
ella en la cama y envolverla en el calor de su cuerpo.
Peter dormía ahora junto a ella con una musculosa
pantorrilla entre las suyas y el antebrazo sobre su estómago. Tenía apoyada la
barbilla en su cabeza y, con cada aliento, la intimidad les envolvía y arropaba
como una manta.
Lali se sentía segura, a salvo y en paz.
Era algo que no había experimentado ni siquiera cuando
adquirió la casa o el negocio. Jamás en su vida había disfrutado de esa sensación,
aunque creía haberla anhelado la mayor parte de su vida.
Era una sensación de paz casi absoluta. Habría sido
completa no ser por la certeza de que tan pronto estuviera a salvo otra vez él
se iría.
¿No era eso lo que hacían los caballeros de brillante
armadura? Al fin y al cabo, ella no era la única damisela del mundo en peligro,
—No estás durmiendo. —Había una cierta pereza relajada
en la voz de Peter. Una cierta saciedad que provocó en ella una oleada de
orgullo femenino.
Pero el orgullo, la intimidad sexual o el amor que la
joven guardaba en su corazón no eran suficientes para alargar aquella fantasía.
La realidad se instaló en su mente con suma rapidez y le hizo recordar el
motivo exacto por el que había acabado allí; la discusión que había provocado
el primer e incitante beso.
Peter seguía siendo un hombre arrogante y dominante.
Había hecho sus planes y estaba decidido a llevarlos a cabo. Y por desgracia,
involucraban a una familia.
La suya.
—¿Por qué quieres complicar a la familia Espósito en
esto? —preguntó ella finalmente, en vez de enfrentarse a las desgarradoras
emociones que la atravesaban y a un sentimiento que sabía que era baldío.
El movió el brazo y le rozó el estómago con la punta
de los dedos antes de detener la mano sobre la parte superior del muslo.
La caricia provocó en ella una oleada de calor. Un
ardor que la impulsaba a apretarse contra él y deleitarse en las consecuencias.
—Por varias razones —respondió Peter finalmente en voz
baja—. Los dos hombres que estuvieron investigando sobre tu muerte en
Afganistán también vigilan a Stephen Espósito, por lo que es lógico pensar que
quien te persigue, sabe quién es tu familia y la siguen de cerca.
—Alguien ha descubierto que estoy viva y que soy la
hija de Majo Espósito —susurró ella dolorosamente—. Nada, ni siquiera una
tapadera tan sólida como la mía, dura para siempre, ¿verdad?
—Algunas cosas sí —repuso él con un suspiro—.
Desafortunadamente, ésta no es una de ellas.
Lali se humedeció los labios. La poderosa energía que
la inundaba debería de ser suficiente para alejarse de sus brazos; pero no lo
hizo. Permaneció inmóvil junto a él, intentando hablar racionalmente de qué
debería hacer en vez de hacer lo que quería. Pensando cómo iba a asimilar que
ya no estaba tan segura como creía.
—No quiero conocerles —musitó conteniendo las
lágrimas. No podría soportar enfrentarse a su familia ni ponerla en peligro—.
Tenemos que resolverlo sin que ellos sepan nada de esto. Es muy tarde para hacerme
un lugar entre ellos, Peter. Demasiado tarde para formar parte de una familia
que ni siquiera sabe que existo y que está muy bien sin mí.
Cerró los ojos intentando controlar el dolor que
sentía ante lo que él proyectaba hacer. Puede que no la amara, pero se
preocupaba por ella. Algunos años antes Peter le sugirió que llamara a su
familia, que les dijera que estaba viva, pero se había negado entonces y no
pensaba cambiar de idea ahora.
—Por supuesto, no voy a obligarte. —Las secas palabras
le indicaron que le había ofendido—. Lali, ¿crees que sería capaz de hacerte
tanto daño? ¿Qué arriesgaría tu futuro cuando aún no has resuelto tu pasado?
No era el futuro lo que le asustaba, era el rechazo al
que sabía que se enfrentaría y la posibilidad, aunque distante, de que los Espósito
se vieran envueltos en el peligro que ella corría. Además, lo último que
querría su familia era que ella regresara.
Stephen, su tío abuelo, sabía que perdería el imperio Espósito
en cuanto ella recuperara su verdadera identidad. Cuando Bernard Espósito, el
abuelo de Lali, se vio forzado a cambiar su testamento tras la desaparición de
su única hija, había nombrado heredero a su hermano Stephen; pero había una
cláusula al final del documento en la que se indicaba que aquello cambiaría si
aparecía alguno de los descendientes directos de Majo.
Entonces, las propiedades familiares y las empresas
pasarían a sus manos, y Stephen sólo conservaría el cargo de director general.
Aquello provocaría resentimiento e incomodidad. Daba
igual que ella reclamara o no la herencia, se trataba de algo más que la
pertenencia legal de la misma.
Bernard Espósito había heredado de su padre aquel
imperio y lo había mantenido con éxito, pero durante los últimos quince años,
fueron Stephen Espósito y su hijo Craig quienes lo habían gestionado y
disfrutado. No querrían renunciar ahora a él y Lali no podía culparles.
Aquello les daba una razón para rechazarla. Una razón
para temerla.
Podría renunciar al grupo empresarial, cedérselo a
Stephen o a su hijo Craig, pero había una porción irrenunciable de la herencia
que le correspondería siempre a ella. Una riqueza compuesta por oro, acciones y
bienes inmuebles que sumaba mucho más valor de las Industrias Espósito. Una
herencia que Lali estaba determinada a reclamar si finalmente cumplía su sueño
de ser madre conseguían acabar con el peligro que la perseguía.
—¿Cómo tienes pensado anunciar que sigo viva sin que
los Espósito sepan quién soy? —Curvó los dedos sobre la almohada y trató de
contener las lágrimas.
—Ya has establecido un primer contacto. ¿Por qué te da
tanto miedo conocer al resto de tu familia cuando has contratado a tu prima y
te has hecho amiga suya? —preguntó, acelerándole el corazón.
Lali debería de haberse figurado que Vico habría
investigado a fondo a todos los que la rodeaban antes de que la Unidad se desplazara
allí.
—¿Cuánto tiempo te llevó encontrarla? —insistió él
ante el persistente silencio de la joven.
Lali cerró los ojos. Le hubiera gustado poder
conservar aquello para sí misma, para disfrutar y apreciar aquel pequeño
contacto con un familiar. No quería que su prima tuviera que enfrentarse al
mismo peligro que ella.
—Lo sabías antes de venir —intuyó él—. ¿Cuánto tiempo
esperaste antes de establecer contacto?
—Llevo años siguiéndole la pista —confesó Lali
finalmente—. Me enteré de que había venido a América para ir a la universidad
poco antes de que se disolviera la Unidad. —Casi sonrió—. Te gustaría, créeme.
No quiero que se meta en problemas.
—Así que decidiste velar por ella —supuso Peter,
controlando su tono como si supiera que cualquier rastro de cólera en su voz
sólo provocaría un enfrentamiento entre ellos—. Según el informe de Vico, su
vida es como hubiera sido la tuya si hubieras crecido en el seno de tu familia.
Es una rebelde; inconformista y terca como ella sola. Se rumorea que suele reñir
a menudo con su abuelo y que la única razón por la que no la metieron en un
internado fue porque siguieron la tradición familiar de enviar a las chicas a
América para completar su educación.
Sí, así era Juli. Era tan joven, tan decidida... Lali
estaba muy orgullosa de ella.
De repente se dio cuenta de que no podía seguir allí,
en la cama.
No podía contener la excitación nerviosa que bullía en
su interior.
Se levantó y miró a Peter por encima del hombro, pero
apenas pudo ver su expresión de curiosidad bajo la tenue luz de la estancia.
—Si tu intención es utilizar a Juli en este plan tuyo,
será mejor que te lo quites de la cabeza —le advirtió—. Entonces sí que
tendrías que vértelas conmigo.
Peter casi se rió ante la manera en que Lali intentaba
proteger a su prima. No le sorprendió. Juli ni siquiera imaginaba quién era en
realidad su amiga y jefa. Tenían una personalidad tan parecida que Vico había
comentado que era una suerte que físicamente no hubiera similitudes
importantes, ya que habría sido imposible ocultar su parentesco.
Apoyó un codo contra el colchón y reposó la cabeza en
la mano para observarla pacientemente mientras esperaba que continuara.
—Se parece mucho a mi madre cuando tenía su edad —dijo
finalmente Lali con voz rota—. A veces imagino cómo habrían sido nuestras vidas
si Carlos no la hubiera matado. Creo que mi madre hubiera sido feliz. Que
habría llenado de alegría a todos los que la rodeaban. No importaba cuántas
veces tuviera que huir, siempre encontraba la manera de hacerme sonreír.
—Es una cualidad que has heredado de ella, La —le
aseguró él, observando cómo se movían suavemente los largos rizos cuando ella
negó con la cabeza.
—¿Cómo vas a implicar a los Espósito en esto? Utilizar
a Juli no estaría bien, Peter. No se lo merece.
Además, a Juli se le rompería el corazón si se
enteraba de que Lali era la hija perdida de la difunta Majo; le dolería saber
que su prima no había confiado en ella. En realidad, más que dolida estaría
furiosa.
—Lo cierto es que pensábamos utilizar otro tipo de
estrategia para aproximarnos a los Espósito —aclaró Peter—. Kell Krieger ha
decidido entrar en política con la ayuda de su suegro, el senador Stanton, y
están organizando una serie de recepciones para respaldar su candidatura.
—Sonrió ampliamente, como burlándose de sí mismo—. Peter Lanzani es uno de los
hombres que financian su campaña, así que aparecerá con su nueva amante, Marianella
Rinaldi, para apoyar a su buen amigo y compañero en los SEALs.
Lali cogió la bata de la silla que estaba junto a la
cama y se la puso lentamente mientras procesaba la información.
Acabaría con un buen dolor de cabeza antes de que
terminara la noche. Notaba cómo crecía detrás de sus ojos a causa de la tensión
a la que había estado sometida ese día.
—¿No irás de incógnito? ¿Piensas arriesgar tu
seguridad y tu familia? —No podía creer que él hiciera tal cosa. No era posible
que utilizara su apellido real en una operación.
—Me conoce demasiada gente, en especial en Washington,
y utilizar un nombre falso sólo crearía más problemas.
—No me gusta nada tu plan. —Lali sacudió la cabeza—.
Dios, Peter, ¿vas a poner en peligro a tu padre? ¿A Camila? ¿Al niño?
—No corren ningún riesgo —replicó él con una
determinación que casi la convenció. Casi—. Además, yo sería el único que
correría algún peligro.
Ella separó los labios para decir algo.
—Lali —la interrumpió antes de que hablara—, ¿por qué
se molestaría nadie en ir contra mi familia? No serviría de nada. Ni siquiera Carlos
se habría molestado en llegar tan lejos. Una vez que los hombres que te
persiguen sean neutralizados sólo sabrán que una agencia del gobierno tuvo
éxito. Peter Lanzani jamás se verá relacionado.
—No. Me niego. Lo último que quiero es que tú salgas
perjudicado de todo esto —repuso tajante.
—Siempre podemos volver a retomar el plan A. —Se
encogió de hombros—. No sé si te dije que el comandante de la base de los SEALs
de Florida se mostró interesado en incluirte en su equipo después de que
rechazaras incorporarte a la Unidad de Nicolas.
Ella le dirigió una colérica mirada mientras se
sentaba en el borde de la cama.
—Muy bien. Iré a Florida. —Pasaría el resto de su vida
escondiéndose. Sin amigos de verdad, sin nada que pudiera llamar suyo. Iría
otra vez a un apartamento subterráneo sin ventanas, sabiendo que jamás tendría
un hogar; que no podría ser libre.
Peter sabía de sobra que ella sería capaz de hacerlo,
pero jamás se lo permitiría. Lali merecía ser libre y disfrutar de la vida sin
temor a nada.
—No cambiaré de planes —le aseguró con una divertida y
arrogante sonrisa—. Pero te llevaré allí en cuanto amanezca si es lo que
quieres.
—Deberías pasar a la reserva. —Lali tragó saliva—.
Irte a casa y ayudar a criar a tu sobrino. Siempre has dicho que si no estás
allí, Yeyo y Camila malcriarán demasiado al niño.
Yeyo y su esposa, Camila, estaban completamente locos
por su hijo y sería incluso peor con el nuevo bebé, que sería una niña a la que
llamarían Mariana.
Él negó con la cabeza lentamente. Un movimiento que se
correspondía a la perfección con la amplia y burlona sonrisa que bajaban sus
labios.
—El juego comienza dentro de tres días. Mañana por la
tarde saldremos con destino a Washington, así que prepárate. Tenemos una suite
reservada en el Four Seasons de Georgetown. A partir de entonces asistiremos a
una serie de acontecimientos sociales minuciosamente coordinados hasta que
alguien muerda el anzuelo. Nos vamos de caza.
De caza.
Era una expresión que él solía utilizar en aquellas
misiones en las que habían lanzado un cebo y esperado a ver quién picaba.
—Olvídalo —dijo con firmeza—. El riesgo es demasiado
grande.
Peter salió de la cama y se acercó a ella, desnudo y
poderoso. La obligó a levantarse asiéndola por los hombros y la despojó de la
bata lentamente.
—Tenemos que dormir, Lali —susurró mientras le quitaba
la prenda de seda y la obligaba a tumbarse en la cama—. Vamos, confía un poco
en mí. Te explicaré los pros y los contras de camino a Washington.
Se acomodó contra ella después de cubrir a ambos con
la sábana y la rodeó con los brazos.
—Tenemos que hablar sobre ello —protestó la joven en
voz baja. Nunca había sido fácil hacer cambiar a Peter de opinión cuando estaba
convencido de tener razón—. Eres condenadamente terco.
—Te equivocas, soy razonable. Y muy bueno usando la
lógica, Lali. Confía en mí.
La joven permaneció inmóvil, mirando sin ver en la
oscuridad. Escuchando el latido pesado y constante de su propio corazón
mientras el pánico se apoderaba de cada rincón de su cuerpo. Sabía que la
batalla final —ésa que llevaba toda su vida esperando— se acercaba a pasos
agigantados.
Por otro lado, tal y como él le acababa de decir, Peter
era realmente bueno cuando se trataba de utilizar la lógica y trazar planes.
Comprobaba cada ángulo y se aseguraba de que no hubiera grietas en su equipo.
Era su mejor oportunidad de sobrevivir y ella lo sabía aunque eso no quería
decir que tuviera que gustarle.
Continuará...
me encanta me encanta massssssssssssssssss
ResponderEliminarmoooooooooooooooooooreeeee
ResponderEliminarfue MUUUY tierno Peteer
ResponderEliminarme muero si lo tengo a peter hablandome asi y en bolas jajaja, es perjudicial para una persona
ResponderEliminarquiero massssssssssssssssss
besos
ahhh me encanta! "Peter Lanzani y su nueva amante Marianella Rinaldi"
ResponderEliminarEstos deben empezar a decirse lo que realmente sienten.
@angelaliter
me encanto mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarMas Nove Mas Mas
ResponderEliminar@DaniiVasqueez
me encanta mas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMuyyyyyyyyyyyyyyyyy bueno el cap!!!!!!!!! Brasil
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas<3
ResponderEliminar@RochiMyWorld_
Peter se ha d salir siempre con la suya.Hace d todo para protegerla.
ResponderEliminarMaaassssssss esta demasiado buena esta noveeeeee amo so momentos de entendimiento y razonamiento entre ellos
ResponderEliminaray ay ay ay aaaaaaaaaaaaaaay maaaasss!!! quiero que atrapen de una vez a esos hdp ¬¬
ResponderEliminarotro porfaaaaaa...!!!!
ResponderEliminarQue hermosos Peter!! me muero de como la cuida espero ya el otro cap!!
ResponderEliminarLALI se niega rotundamente a usar a su familia no kiere k les pase nada malo.
ResponderEliminarPETER aun asi trata de convencerla para k acepte y lleven el plan a cabo.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
MUY INTERESANTE CAP
ResponderEliminarLALI Y PETER ojaal pronto logren atrapar a esos hombres.
+++++++++++++++++++++++++++++++++
Peter se escuda en su trabajo de jefe y no le dice que no quiere perderla y lali tiene mucho miedo y esconde sus sentimientos.
ResponderEliminarmasi_ruth
Me encanto!! quiero saber si peter escucho el te amo, no se puede hacer el indiferente a eso.. trarde o tempreno algo le tiene que decir!! a menos que lali lo haya dicho para si misma cosa que no creo ajajja-
ResponderEliminarsubi más porfas!
jajaja me encnta la nove , segui subiendo.
ResponderEliminarlo amo a Peter ,es un tierno , espero los proximos capitulos.
mas mas mas mas mas :l
me encanta la novee
ResponderEliminarmasssss :)
ResponderEliminarme ecanto espero más!!
ResponderEliminarme encantooooooooooooooooooooooooooooo<3
ResponderEliminarMaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!! ME ENCANTA LA NOVELA! Quiero mas!
ResponderEliminar@Camhii_Infante
Me encanta, peter en este capitulo me mata de amor! más!!
ResponderEliminarAwwwwwwwwwwwwwwwwwwww me encanto el cap estoy con vale me encantoo Peter en este cap fue mas tierno!!! ♥ @LuciaVega14
ResponderEliminar