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Si lo sopesaba bien, con lógica, estaba segura de que
allí no le ocurriría nada, con Peter dispuesto a salvarla a toda costa y los
otros cuatro agentes apoyándole. Pero ahora no estaban en la base. Allí era
libre, no estaba a salvo, y Peter no siempre estaría allí para protegerla.
Aquélla era una batalla que tenía que luchar por sí
misma.
Capítulo
19
—Ha entrado en el garaje —informó Gas en voz baja
mientras observaba el monitor de mano. La señal inalámbrica de las pequeñas
cámaras que había instalado previamente era recibida con nitidez por el
aparato.
Peter estaba inmóvil ante la puerta que conducía al
patio trasero, con los brazos cruzados sobre el pecho y tratando por todos los
medios de guardar la calma.
—¿Victorio y Agustín están en su posición? —preguntó
en voz baja.
—Sí —respondió Gas—. Verán la misma imagen que yo
hasta que ella salga del campo visual de la cámara. Después de eso, tendrán que
seguir el localizador del coche. —Emitió un gruñido de diversión—. ¡Qué cabrón
eres...! Menos mal que me advertiste sobre el detector electrónico que hay
instalado en el vehículo que se llevó de la base. He tenido que modificar la
programación para que no sepa que la seguimos, y te aseguro que no ha sido
fácil.
Peter sonrió sarcásticamente. Ella se había apropiado
de uno de los coches que la Unidad acostumbraba a utilizar en el transcurso de
las misiones, y su pequeña emprendedora no se conformó con cualquier cosa, no,
sólo le interesó el Viper que tenía instalado un equipo de alta tecnología
valorado en un millón de dólares.
Y él se lo había permitido. A pesar de que estaba
seguro de que Lali estaría a salvo, de que su nueva identidad era segura, había
dejado que se lo quedara porque sabía que la haría sentirse a salvo.
—Me alegra saber que obtuvo algo bueno después de los
ocho años que te dio —murmuró Rochi, diciendo en voz alta lo que pensaba.
Peter casi bufó ante aquella pulla tan poco sutil.
Sabía que las mujeres de la base habían especulado sobre Lali y él durante
años, esperando que cualquier día acabaran manteniendo una relación. Cuando no
fue así, la decepción había sido palpable.
—Lali se dispone a salir del garaje, Peter —informó
Gas—. Vico y Agus están preparados.
Peter sabía que Lali huiría. Que una vez que viera que
aparecían Gas, Rochi, Pablo y Mery, le daría un ataque de pánico e intentaría
escapar.
Y así había sido.
De hecho, Peter había trazado un plan conforme a la
reacción de la joven. Una vez que ella huyera, podrían descubrir quién la
seguía. De esa forma lo identificarían y quizá llegaran a desenmascarar a su
jefe.
Permanecer en un lugar durante mucho tiempo no era
algo que Lali hubiera hecho nunca. La mayor parte de su vida se la había pasado
huyendo, siempre apenas un paso por delante de su padre y de los hombres que
éste enviaba continuamente tras ella.
Asentarse y sentirse a salvo en la Unidad no fue
fácil, pero, una vez que lo hizo, los agentes de la Unidad se convirtieron en
su familia.
Pensar en ponerles en peligro, igual que puso a todos
aquellos que intentaron protegerla de pequeña, había hecho que entrara en
pánico.
Todos los que la protegieron murieron pocas semanas
después de dejarla en otras manos. Su padre había dado con ellos, y les había
torturado y asesinado. Los primeros meses que Lali pasó en las instalaciones de
la base, los gritos provocados por sus pesadillas habían resonado casi todas
las noches en los pasillos de la fortaleza. Peter aún no sabía cómo se las
había arreglado para no ir a su apartamento y consolarla.
—¿Qué hacemos si no regresa? —Mery planteó la pregunta
con algo de inquietud.
—Volverá. —Peter se volvió hacia ellos—. Ahora éste es
su hogar, tiene raíces aquí. —Observó la casa y pensó en el pequeño negocio que
Lali poseía—. Es algo que jamás había hecho antes. Está atada a esta condenada
casa como a ninguna otra cosa.
Mery negó con la cabeza y le lanzó una mirada sombría.
—No existen raíces lo suficientemente fuertes como
para retenerla si piensa que tú o alguno de nosotros podemos correr peligro.
—Lo sé, por eso Vico y Agus no la perderán de vista
—repuso él con frialdad—. De todas maneras, Lali tiene razón. Esto tiene que
terminar de una vez por todas. Ocultarla ya no es una opción. Si no se enfrenta
a sus perseguidores, si no es parte de su propia protección, jamás se sentirá
segura. —Odiaba darse cuenta de eso. Odiaba que ella estuviera en la línea de
fuego.
Peter había creído que la muerte de Carlos acabaría
con los fantasmas del pasado de Lali. Había pensado que estaba a salvo hasta
que fue atacada mientras ayudaba a las autoridades francesas y americanas a
encontrar la vieja hacienda de su padre.
En esa ocasión la amenaza provenía de los antiguos socios
de su padre; sin embargo, Peter todavía no entendía por qué iban detrás de la
joven. Carlos estaba muerto y Lali no suponía ninguna amenaza para ellos. La
organización de trata de blancas se había disuelto y los altos cargos que no
estaban en prisión se habían inclinado por negocios mucho más lucrativos.
Ninguna de esas personas tenía razones para querer acabar con ella. No tenía
sentido y, sin embargo, todas las pruebas indicaban que aquello estaba
provocado por su relación filial con Carlos.
—No deberías haber permitido que se fuera sola —le
espetó Mery con la arrogancia que la caracterizaba, enfatizando su desacuerdo
con su marcado acento. Sin duda, aquella mujer no tenía problemas para expresar
su desagrado cuando lo consideraba oportuno.
—Basta. Sé muy bien lo que pensáis todos, pero, os
guste o no, no soy el hombre que ella necesita —masculló Peter con frialdad—.
Lo único que puedo hacer es intentar mantenerla con vida.
Mery resopló con delicadeza mientras su marido forzaba
una tos. Fue evidente que intentaba ahogar la risa.
—Y también convertirte en su amante ¿no es cierto?
—intervino Rochi—. No intentes negarlo, es evidente lo que ocurre entre
vosotros.
Peter lanzó una mirada airada a Pablo y otra a Gastón.
—A mí no me mires —se burló Gas al tiempo que
levantaba las manos en señal de rendición—. Rochi tiene opiniones propias. Yo
sólo intento evitar que las dé cuando creo que el daño es irreparable.
Dios, estaba harto de ese tipo de conversaciones que
no llevaban a ningún sitio. Debería estar ahí fuera, detrás de Lali,
asegurándose de que estaba sana y salva en vez de dejar esa tarea en manos de
otros. De momento, ella era su mujer, su amante. Su responsabilidad.
No es que sus hombres no fueran capaces de ocuparse de
la seguridad de la joven, pero el instinto protector que sentía hacia Lali bullía
en su interior impulsándole a actuar. Ella era suya. No confiaba en que nadie
pudiera protegerla como él.
—He estado investigando la empresa de proyectos de
ajardinamiento que compró. —Finalmente Rochi cambió de tema y dejó de
recriminarle con la mirada, al igual que Mery—. Antes de venir estuve hablando
con el propietario anterior. Está jubilado y vive en Florida. —Hizo una pequeña
pausa y respiró hondo—. La compañía llevaba más de un año a la venta cuando Lali
la adquirió. Hasta ahí nada raro. Sin embargo, me contó que Lali le ofreció más
dinero del que pedía y que casi le obligó a aceptarlo. Me dio la impresión de
que el anciano la adora. —La voz de Rochi estaba llena de afecto y comprensión.
Decirle que no a Lali era sumamente difícil, incluso para
Peter.
—El negocio estaba al borde de la quiebra cuando ella
lo adquirió —apuntó Mery, acercándose—. Ahora va viento en popa. Tiene
bastantes clientes, muchos de los cuales comenzaron contratándola para realizar
un pequeño proyecto. Cuando terminaba, la llamaban de nuevo para encargarle
otros de más envergadura, satisfechos por la elegancia de sus diseños. Les
llamé pidiéndoles referencias y todos la alabaron. Nadie ha anulado un contrato
con ella.
—Tiene buena cabeza para los negocios —adujo Pablo—.
Revisé sus cuentas cuando intervine su ordenador esta mañana. Crece poco a
poco, se toma su tiempo y se asegura de no correr riesgos. Como ya ha dicho Mery,
es una excelente diseñadora y tiene buenos empleados.
—Si tuviera que renunciar a su empresa se le rompería
el corazón —señaló Mery con los ojos clavados en Peter, como si fuera él quien
estuviera poniendo en peligro el negocio de su querida amiga.
¿Es que aquellas dos mujeres no iban a parar?
—No le he pedido que renuncie a nada, Mery —le recordó
irritado—. Lo sabes de sobra.
Apretó los labios cuando ella le dio la espalda. Era
evidente tanto Rochi como Mery le hacían responsable del bienestar de Lali.
—Lali ha detenido el vehículo delante de un bar de
Hagerstown —dijo Gas con rapidez, comunicando la información que estaba
recibiendo por el auricular que llevaba en la oreja.
—Friendly’s. —Peter asintió con la cabeza—. Lleva
frecuentándolo una temporada. Rory y uno de sus compañeros, Casey tienen
vigilado el lugar.
—Alguien la seguía. —Gas miró a su jefe, que sintió
que todo su cuerpo se tensaba de furia—. Vico está seguro de que a ellos no les
vieron, pero cuando Lali aparcó, el coche que la seguía se dio la vuelta y
desapareció.
—Saben adónde iba —supuso Peter—. Significa que en el
bar tienen otra persona para vigilarla.
Gas asintió con la cabeza.
—Quienquiera que la esté siguiendo es condenadamente
bueno, Peter. Es lo único que sabemos de ellos: son precavidos.
—Y también muy sigilosos. No sabemos cuántos la
observan, quién les contrató ni por qué. —Mery cruzó los brazos y les miró con
el ceño fruncido cuando clavaron los ojos en ella.
Gas rodeó los hombros de su esposa con un brazo antes
de intervenir.
—Aun así, no podrán mantenerse ocultos siempre. Tarde
o temprano tendrán que dar un paso en falso y, cuando lo hagan, estaremos allí,
esperándolos.
Peter miró fijamente a aquellos dos hombres y a sus
competentes esposas. Pensó en los otros dos que ahora mismo la vigilaban, y en
el que venía desde Maryland en ese momento. Había convocado a los mejores para
encontrar la manera de salvar a la única mujer que realmente le importaba.
Tenía de su parte a la mejor Unidad de Fuerzas
Especiales que había existido nunca: su Unidad, y estaba dispuesta a todo para
proteger a su mujer.
Continuará...
INCREIBLEE pero quiero maaaas
ResponderEliminarMas!
ResponderEliminarNove!
ResponderEliminarMas!
ResponderEliminarQ estratega q es Peter y cómo la conoce a Lali!
ResponderEliminaraaaaaaaaaaaaaaaaay que atrapen luego a esos tipooos ¬¬
ResponderEliminarme encanta!!!! quiero más novee quiero saber como sigue esto!!
ResponderEliminarme encanta massssssssssssssssss
ResponderEliminarme encantaaaa :D
ResponderEliminardeja otrooo porfa :D
ResponderEliminarmas mas mas mas mas
ResponderEliminarme carga que peter diga todo el rato que es suya cuando lo unico que piensa es en que la volvera a dejar =/
ResponderEliminarojala que siga diciendole las cosas rochi y mery
ResponderEliminarojala que este n alguien en el bar o algo asi para que peter se entere :)
ResponderEliminarme muero muerta , esta genial la nove, quiero mas :L
ResponderEliminarLALI esta bien vigilada y PETER y lso demas chicso saben donde esta.
ResponderEliminarPETER no keire k le pase nada malo a LALI y va hacer lo imposible x protegerla.
TOCHI Y MERI adoran a LALI y la igual k los chicos saben relamente lo k pase enre LALITER.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
PETER la verdad no se k espera dbe animarse a confesar lo k siente a LALI dsp se va arrpepentir.
ResponderEliminarPETER es miedo k siente es mas grande k todo.
MAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
BUENISIMO EL CAP
LA NOVE ESTA CADA VEZ MAS INTERESANTE.
ResponderEliminarESPERO PRONTO MAS CAP
NO MOS DEJES CON AL INTRIGA.
MAS CAPSSSSSSSSS
HAYYYYYY QUE AMOR SU MUJER!!! AMO CUANDO PETER PIENSA ASI! MAS NOVE♥
ResponderEliminarme encanta lo protector que es Peter con Lali pero ya deben de dejar de dar tantas vueltas y aclarar sus sentimientos de una vez en lugar de seguir lastimandose!
ResponderEliminar@angelaliter
Peter es más lindo pero debe decirle a lali que la ama, lali n creo que huya.
ResponderEliminar@masi_ruth
BUENISIMOO!! ya quiero ver que pasaa porfis :DD
ResponderEliminar@mf_lazaro
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarPara vigilarla ,la tienen controlada,pero mira k no tener ni una pistita,para k puedan maniobrar ,d momento están a ciegas.
ResponderEliminarlfvjsldjvdjflw!!!!!!!! @LuciaVega14
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