domingo, 14 de octubre de 2012

Capítulo 26


Hola hola. Tengo en mente hacer un maraton.. qué les parece? Solo depende de ustedes! Hoy me quedo acá en la compu... Disfruten.   + comentarios = + capítulos !!  




—Hora y media es demasiado tiempo.
A Lali le dio un vuelco el corazón al escuchar las palabras de Agus. Su voz se había convertido en un ronco y peligroso gruñido.
Peter miró al otro hombre con el ceño fruncido.
—Lali está herida, jefe —le informó Agus.

Capítulo 26
Lali está bien.
Lali está bien.
Peter tuvo que seguir repitiendo esas palabras para sus adentros durante todo el trayecto a Washington.
Hicieron una parada corta para comprobar el alcance de la herida, y mientras Peter se ocupaba de vendar el brazo de Lali, Agus y Yeyo intercambiaron posiciones dentro del vehículo.
¿Los atacantes habían tenido intenciones de herirla?
Peter no podía evitar pensar que, por alguna razón inexplicable, las balas parecían minuciosamente precisas. Como si alguien quisiera herirla, confundirla y asustarla, pero nada más. Como si quisieran conseguir que se sintiera vulnerable y, por lo tanto, fácil de capturar.
La explosión de la sala resultó ser poco menos que fuego de artificio. Cada movimiento había sido diseñado con un solo propósito: acorralarla. Querían debilitarla y desorientarla.
Mientras se dirigían hacia su destino, Peter se permitió jugar con los rizos que le caían en cascada sobre el brazo con el que había rodeado los hombros de Lali.
Había logrado que ella tragara un somnífero diciéndole que era un antibiótico, pero la dosis apenas era suficiente como para aturdiría y obligarla a dormir durante el viaje. Sabía que, si no la hubiera engañado, Lali no se lo habría tomado. Por alguna razón que él desconocía, detestaba las pastillas. Ni siquiera recurría a ellas cuando se veía asaltada por brutales dolores de cabeza, alegando que no dejaban de ser otro tipo de drogas.
Peter era consciente de que se enfurecería con él apenas despertara. En una ocasión en que la jaqueca duraba ya más de una semana, se acercó al apartamento de la joven para preguntarle cómo se encontraba y la encontró casi inconsciente del dolor. No se lo pensó dos veces e hizo que tragara un analgésico. Pero, a la mañana siguiente, cuando ella se despertó sin dolor alguno, se enfadó tanto que le lanzó un vaso a la cabeza. Sin embargo, no le importaba su furia. Con tal de verla sana y sin dolor, hubiera hecho mucho más, al igual que ahora. Lo que había visto reflejado en la expresión de su bello rostro al ver su casa destruida casi le había vuelto loco, y se vio forzado a encontrar la manera de conseguir que descansara, a obligarla a cerrar esos embrujadores ojos y aliviar el dolor que los inundaba. Forzarla a respirar hondo, a dejar que fluyeran los sollozos que contenía.
Saber que había sido localizada, que alguien la seguía, no había sido tan destructivo para ella como que atacaran su casa. Peter podría matar con sus propias manos al cabrón que había ordenado aquello. Los hombres que invadieron la vivienda habían dañado irreparablemente las frágiles raíces que ella se había atrevido a dejar crecer.
—Llegaremos en diez minutos —dijo Yeyo en voz baja—. Agus, envíale un mensaje a Kell Krieger.
Peter sacudió la cabeza.
—Quiero llevarla directamente al Four Seasons. Si nos alojáramos en casa del senador, sería muy arriesgado para la familia de Kell.
—No nos han seguido —aseguró Vico—. Joder! Primero es Lali la que no confía en mí y ahora tú, comandante. —No parecía enfadado, pero sí considerablemente irritado.
—¿Arriesgarías la seguridad de Calu y la vida de tus hijos? —preguntó Peter—. ¿Nos llevarías ahora a tu casa si no fuera necesario?
Peter miró el espejo retrovisor para observar la expresión del antiguo agente del Mossad. Sabía de sobra lo bien entrenado que estaba Vico y pondría la mano en el fuego por que nadie les había seguido, pero eso no quería decir que no pudieran ser localizados.
Vico hizo una mueca.
—Iré al Four Seasons —claudicó.
—Supuse que lo verías a mi manera —masculló Peter—. No mantendremos ningún contacto con Kell o el senador Stanton, a menos que sea necesario y no nos quede otra opción. Les veremos en la fiesta mañana por la noche.
—Para entonces Cande tendrá casi a punto la ropa de Lali. Ha estado trabajando para adaptar varios modelos a su talla durante todo el fin de semana. —Agus estaba orgulloso de su esposa. Se trataba de una joven diseñadora que poco a poco estaba adquiriendo un sólido renombre, y cuyos vestidos comenzaban a ser considerados por las mujeres de la jet-set como «exclusivos» e «indispensables» para los acontecimientos sociales.
Peter asintió brevemente con la cabeza mientras se contenía para no estrechar a Lali contra su cuerpo. Quería abrazarla hasta que sus cuerpos se fundieran. Quería eliminar su dolor, verla sonreír de nuevo. ¡Joder! No iba a poder soportar lo que los hechos de esa noche supondrían para ella.
—Tendremos que poner a Stanton y a Krieger al tanto de todos los cambios en el plan —les recordó Yeyo en voz baja—. Puede suponer una cierta complicación si seguimos pensando en utilizar tu auténtica identidad.
Peter negó con la cabeza.
—Les invitaremos a almorzar en el Four Seasons para discutir sobre ciertos negocios que comparto con Kell. Entonces lo resolveremos todo.
—Tenemos que encontrar también la manera de explicar nuestra presencia allí —señaló Yeyo—. No ha ocurrido lo que esperábamos y tú no lo habías previsto. —Había un cierto deje de satisfacción en el tono de su voz.
—Te equivocas —gruñó Peter—. En cuanto lleguemos al Four Seasons nos encontraremos con Gas y Pablo. Espero que hayan reservado suites para todos.
Agus se rió entre dientes.
—¿Cuándo dejarás de buscar fallos en sus planes, Yeyo?
—Nunca —resopló el aludido—. Si lo dejo ahora nunca sabré si comete errores como el resto de los humanos.
Peter curvó los labios ante la respuesta de su sobrino, consciente de que Yeyo no bromeaba. De hecho, trataba de encontrar fallos a los planes de Peter desde que empezó a andar; pero, por suerte, jamás había tenido que enfrentarse a los efectos de que se hubiera olvidado de algún detalle.
—No eres el más apropiado para hablar. —Vico se rió entre dientes—. Joder, Yeyo, si eres casi como él. Todos lo somos después de estar tanto tiempo trabajando a sus órdenes. Un día de estos serán nuestros hijos los que intenten pillarnos a nosotros.
Yeyo y Agus respondieron con sendos resoplidos, pero Peter no se arrepentía de haberles inculcado esa costumbre a lo largo de los años. Ni siquiera Lali se había librado; la prueba era que tenía una mochila de emergencias preparada por si llegaba el momento de tener que huir.
El mismo Yeyo había actuado igual que su tío, pidiéndole a tres antiguos compañeros en la reserva que ocuparan el apartamento encima del garaje para que vigilaran su casa y protegieran a su familia. Por si acaso.
—Asegúrate de que los hombres que contratamos para protege al abuelo, Camila y Juan Pablo están en su posición —ordenó Peter a su sobrino—. No espero problemas por ese flanco, pero más vale prevenir que lamentar. —A menudo le acusaban de ser un cabrón paranoico, pero era preferible pecar por exceso que por defecto. Por eso siempre trazaba planes teniendo en cuenta todas las contingencias abusando de apoyos y contactos.
—Estamos llegando al Four Seasons —dijo Vico al tiempo que callejeaba con el Hummer en dirección al lujoso hotel.
—Contactando con Gas y Pablo —informó Agus con su ronca voz, que se volvió más intensa de lo normal cuando se giró y vio a Lali dormida en los brazos de Peter.
Peter sabía que todos los miembros de la Unidad la querían como a una hermana pequeña, y que habían mantenido la distancia los últimos meses porque pensaron que eso era lo que ella quería.
Ninguno se llegó a imaginar que Nico había reprogramado el teléfono de la joven durante el tiempo que estuvo en la base, antes de que la Unidad se disolviera.
Aquel teléfono vía satélite y el Viper eran los «regalos» de la Unidad para seguir en contacto con ella. Por si acaso su identidad era descubierta o el equipo se veía amenazado de alguna manera.
—Pablo y Gas se encargarán de la vigilancia en el hotel y Mery y Rochi del resto —anunció Agus con el móvil pegado a la oreja—. Pararemos en la entrada trasera y ellas nos esperarán allí para llevarnos a la suite sin que nadie nos vea. Vico, Yeyo y yo nos encargaremos de ocultar el Hummer y de conseguir otro vehículo seguro.
Peter asintió con la cabeza antes de alzar a Lali en sus brazos; sin embargo, a pesar del cuidado con que lo hizo, la joven dejó escapar un gemido.
Aquel leve murmullo entre sueños se clavó en el corazón de Peter como una flecha. El analgésico que le había dado no era demasiado potente y parecía que el dolor era lo suficientemente intenso como para arrancarle un grito con el más leve movimiento.
—Llegaremos en diez segundos —anunció Vico—. Diez, nueve, ocho...
Al llegar al uno, el vehículo redujo la velocidad, Peter abrió la puerta y salió con Lali en los brazos.
Mery y Rochi les esperaban en el interior del exclusivo hotel.
—Hemos retrasado veinte segundos las imágenes de la cámara de vigilancia —dijo Rochi en voz baja—. Veni, usaremos el ascensor de servicio.
Entraron en el elevador y Mery insertó con rapidez una llave electrónica antes de oprimir el botón del piso correspondiente.
—Estáis en la suite presidencial —le informó Rochi—. Gas la reservó ayer por la noche. Vico, Agus y Yeyo, se instalarán en las habitaciones que la rodean. Hemos recibido el informe del ataque a la casa de Lali a través del comandante Nicolas y te lo haremos llegar en cuando regresen Gas y Pablo.
—¿Nicolas? —se extrañó Peter lanzando a Rochi una mirada furiosa—. ¿Cómo demonios ha llegado ese informe a sus manos?
—No lo sé —contestó la joven—. Pero él estaba al habla con el equipo de apoyo a los pocos segundos de que ellos comenzaran a coordinar la comunicación por satélite. Ha dicho que te pongas en contacto con él tan pronto como sea posible. Al parecer, te quiere fuera de la operación.
—Entonces es que ha perdido la cabeza —masculló Peter justo cuando se detenía el ascensor.
—Por aquí. —Mery recorrió con rapidez el pasillo alfombrado hasta la puerta de la suite más cercana a los ascensores.
En cuanto entraron en la estancia, Peter se dirigió de inmediato al dormitorio, al fondo de la habitación.
—Hemos llamado a un médico —dijo Mery después de cerrar los cerrojos—. Llegará dentro de una hora y lo haremos entrar de la misma manera.
Peter se acercó a la enorme cama, percatándose de que el mullido y suave cubrecama blanco había sido sustituido por una funda protectora que impediría que las sábanas de seda se mancharan de sangre.
Depositó a Lali cuidadosamente sobre el colchón y la cubrió con una colcha.
—Está sedada —le explicó a Mery cuando la joven se detuvo junto a la cama—. Sólo es una herida superficial, pero... —Peter se pasó la mano por la cara. ¿Cómo demonios podía explicarle que era incapaz de soportar ver el dolor en los ojos de Lali y que por eso le había dado la pastilla?
Era un militar endurecido, maldita sea.
—Pero se te rompe el corazón cuando la miras a los ojos y ves que sus sueños han sido destrozados —concluyó Mery suavemente con una expresión de simpatía en su rostro de rasgos aristocráticos—. Entiendo que la hayas sedado, Peter. Posiblemente era la única manera de conseguir que se durmiera.
—¿Es que todo el mundo sabe lo importante que es ella para mí? —Esbozó una sonrisa que contenía un poco de burla hacia sí mismo—. Pensaba que lo ocultaba bien.
Mery curvó los labios con ternura.
—Todos salvo Lali, supongo. Y creo que si ella no lo percibe es más bien porque no se considera lo suficientemente buena para ti, no porque no sea evidente. Ser la hija de Carlos supone una tremenda carga para ella y le aterroriza convertirse en lo mismo.
Peter clavó los ojos en ella.
—Sabe de sobra que no me importa de quién sea hija. —Peter negó con la cabeza—. Tiene que haber otra razón por la que esté tan determinada a huir.
Mery sonrió con amargura.
—No lo creo. No es fácil para ella saber de dónde proviene.
Peter se quedó en silencio unos segundos antes de hablar.
—Di a Pablo y a Gas que todo va según lo previsto —ordenó mientras miraba a su alrededor en busca de cualquier cosa que pudiera provocar problemas.
Mery se disponía a salir para seguir sus instrucciones cuando Rochi entró en la estancia.
—Han llegado Pablo y Gas —le comunicó a Peter—. Agus, Vico y Yeyo se encargarán de recibir al médico en la puerta trasera y lo acompañarán hasta aquí.
Peter lanzó una mirada a Lali, poco dispuesto a dejarla sola.
—Ve, yo me quedaré con ella —le tranquilizó Mery, percibiendo sus dudas y acercándose al confortable sillón situado junto a la cama—. Te prometo que estará bien conmigo.
Peter lo sabía y, además, era consciente de que la vida de Lali no corría peligro en ese momento pero, a pesar de ello, le resultaba casi imposible alejarse de ella y salir del dormitorio.
Cuando se despertara, Lali estaría aturdida, furiosa, y él quería estar allí para cuidarla hasta que volviera a encontrarse bien.
Apretando la mandíbula, le lanzó una última mirada preocupada y se dirigió a la puerta.

Continuará...

32 comentarios:

  1. Me mata de amor la preocupación de peter por lali! Me encanta más!!

    ResponderEliminar
  2. me encanta!!! peter es un amor como quiere cuidar a lali en todo momento!!
    espero más novee

    ResponderEliminar
  3. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas =)
    @RochiMyWorld_

    ResponderEliminar
  4. Ay es re tierno aunque se crea, y trate de demostrar que es, 100% acero!
    Peter es genial. Es verdad que no sabe ocultarlo es mas que evidente.
    Pobre Lali, no tiene idea de lo que siente pitt por ella y se aleja. Es la típica heroina!

    me encanta!!

    ResponderEliminar
  5. Pobre Lali. Todos saben que el la quiere mucho, y ella todavia no se da cuenta :| QUE COPADO MARATON! Maaaaaaaass please!!!

    @Camhii_Infante

    ResponderEliminar
  6. maraton maraton maratooon

    ResponderEliminar
  7. El amor q Peter siente por Lali es Lo mas!

    ResponderEliminar
  8. daleee un maraton es buenisimaa ideaa

    ResponderEliminar
  9. maaaas poooooooooor favoooooooooooooooooor es GENIAAAL esta novela

    ResponderEliminar
  10. Si maratón, peter es muy tierno donde están los peter de este mundo
    Cami

    ResponderEliminar
  11. que tienoo que es peeeeteer<3<3<3

    ResponderEliminar
  12. odio a nicolas y creo que lo odiare mas xD

    ResponderEliminar
  13. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que le diga que la ama
    me encanta masssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  14. mas!!!!!!! q ternura peter!

    ResponderEliminar
  15. Awwwwwwwwwwwwwwwwwww AMO que tenga sus momentos tiernos!!! ♥ mas lindo como la proteje y no quiere que sufra @LuciaVega14

    ResponderEliminar