lunes, 12 de noviembre de 2012

Capítulo 43


Perdón por no subir chicas.. pero como les dije, estoy llena de examenes y en el finde una de mis mejores amigas se casó, entonces estuve a full.. Disfruten y pronto hacemos maratón, les prometo!




No quería que ella viera lo peor de él. En los años que había estado en la base jamás le había visto interrogar a un enemigo, ni matarlo en el proceso. Y ahora podía ocurrir.
Se podía afirmar que Frackle y su socio habían firmado su sentencia de muerte cuando fueron a por él e intentaron secuestrar a Lali. Se prometió a sí mismo que si no hablaban, si no le daban las respuestas que quería, no volverían a tener la oportunidad de amenazar a nadie más... Nunca.

Capítulo 43
Lali estaba segura de que reconocería la cara de aquellos hombres cuando les viera, estaba convencida de que pertenecieron a la organización de Carlos. No esperaba que resultaran unos auténticos desconocidos para ella. Hombres a los que no había visto en su vida; que no conocía de nada.
Todo lo que le ocurría eran reminiscencias de los años que pasó escapando de su padre biológico. Carlos, a pesar de estar muerto, parecía alargar la mano desde la tumba determinado a acabar con cualquiera que se preocupara por ella o tratara de protegerla.
—Peter, no hablarán —afirmó Gas entrando tras ellos, seguido por los demás—. Si la información de la que disponemos es cierta, no van a decirte por qué persiguen a Lali.
Peter se volvió lentamente hacia él.
—Puede que Lali sea su objetivo, pero ahora querían matarme a mí. Y hablarán, yo me encargaré de que lo hagan. Quiero respuestas, Gas. Anularon nuestras medidas de seguridad y conocían la distribución de la suite. Quiero saber cómo lo consiguieron.
—Incluso sabían de qué lado de la cama dormíamos cada uno —señaló Lali, que se escuchó sin reconocer el tono desapasionado de su voz—. Y ésa no es una información fácil de obtener.
Puede que fuera una locura, pero desde que había empezado a dormir con él, le gustaba que cada uno tuviera su lado.
Se quedó paralizada. Aterrada ante la certeza de que durante todos aquellos años que se había pasado huyendo, quien intentaba protegerla, moría.
¿Podría soportar perder a Peter igual que su madre había perdido a todos aquellos que lucharon por mantenerla a salvo?
No podría. Sabía que no sobreviviría si Peter desapareciera de su vida.
Oh, Dios, no soportaría ser la causa de que se apagaran aquellos increíbles ojos azules.
—Nadie debería saber lo que pasa dentro de la suite —masculló Vico descubriendo su rostro y lanzando una mirada despreciativa a la puerta que acababan de cerrar—. No hemos permitido la entrada ni siquiera al personal del hotel y Agus cambió la ubicación de los muebles para que los recorridos no fueran los habituales. Nadie debería conocer el trazado. No somos jodidos novatos, Lali. —Su voz y sus ojos eran gélidos carbones.
Parecía que le había ofendido sin querer.
Lali respiró hondo. Dios, no tenía tiempo para ocuparse de un orgullo masculino demasiado sensible ni de estúpidas memeces. Ya había tenido suficiente, así que cerró los puños y contuvo una respuesta cortante. La necesidad de arrancar los ojos a los bastardos que habían tratado de matar a Peter resultaba cada vez más difícil de controlar.
Casi habían logrado arrebatarle a una de las pocas personas de las que dependía. Al único hombre que había amado en toda su vida. Al único al que no pudo resistirse desde que puso los ojos en él.
Los hechos eran que Gas y Pablo habían reservado la suite a su nombre. Nadie pudo haber sabido que ella se alojaba allí hasta por lo menos el día siguiente; y, como acababa de decir Vico, no habían permitido que entrara nadie, ni siquiera el personal del hotel.
Los muebles, tanto los de la sala como los del dormitorio, habían sido desplazados, y la única manera de conocer la nueva distribución sería grabando un vídeo; que alguien hubiera introducido una cámara en la habitación antes de que llegaran. Sin embargo, Lali sabía que Vico y Gas habían revisado el lugar en busca de cualquier aparato. Incluso les había ayudado ella misma y no habían encontrado nada.
¿Cómo habían tenido tanta suerte los asesinos?
No habían permitido que entrara ninguna doncella. Jamás habían llamado al servicio de habitaciones y habían ido a buscar ellos mismos la comida. Y aun así, alguien había introducido en el dormitorio algún medio de vigilancia. Era la única manera de que Frackle y Fillipini supieran en qué lado de la cama dormía Peter sin la ayuda de unas gafas de visión nocturna.
—Apagaron las luces de la sala —señaló Peter.
Si el dormitorio estuviera en penumbra, no hubiera resultado tan difícil encontrar a los objetivos en la cama y ver en qué lado estaba el cuerpo de mayor tamaño, pero ése no era el caso.
—¿Por que querrían asesinar a Peter? —preguntó Yeyo en un tono helado, claro indicador de la peligrosa furia que controlaba ante los demás.
—Porque me protege —respondió Lali con un hilo de voz—. Ése era el juego favorito de Carlos. Matar a quienquiera que se interpusiera entre él y yo; encontrarme. —Se dio la vuelta y observó a Peter con una mirada llena de dolor, como si se le hubiera revuelto el estómago al pensar en toda la sangre derramada cuando era más joven—. ¿Por qué Carlos sigue acechándome desde la tumba?
Recordaba perfectamente los ojos sin vida de Raven y Carlos clavados en ella, y que tenían el pecho manchado de sangre por las balas que les habían perforado el corazón. Pero, a pesar de todo, era como si aún siguieran con vida.
Se pasó los dedos por el pelo y les dio la espalda, consciente de que todos la miraban. Era normal que tuviera miedo. No quería su piedad y había sido una crueldad aceptar su ayuda.
Ellos tenían sus vidas, sus familias. Tenían hijos, amigos.
En Hagerstown no había forjado ninguna amistad real. Nadie la echaría de menos, excepto los miembros de la extinta Unidad. Y ellos también se irían. La recordarían con cariño. Lamentarían su muerte. Pero no existía nadie que la quisiese lo suficiente para sentirlo de verdad.
Quizá ni siquiera le importara al hombre que se acostaba con ella. El hombre al que le había entregado su corazón.
No podía mirarle. No podía enfrentarse al peligro que ella había llevado a su vida. Había sido demasiado débil para huir; para recordar las lecciones que le había enseñado el pasado.
No hacer amigos porque podían morir.
Nunca amar a nadie, porque le asesinarían.
Nunca, jamás, soñar con una vida que incluyera cierta paz y seguridad.
—La. —Peter la rodeó con los brazos y la obligó a darse la vuelta para estrecharla con fuerza contra su musculoso pecho.
Era cálido, fuerte, y la abrazaba como si pudiera protegerla de cualquier cosa, como si pudiera detener a quien atentara contra ella. Como si fuera inmune a las balas y estuviera seguro de que no lograrían secuestrarla.
—No quería que pasara de nuevo —susurró la joven, cerrando los dedos sobre la camiseta masculina—. Quiero que acabe de una vez, Peter. Debería haber muerto con Carlos.
—Conseguiremos poner fin a esto —le prometió él al oído—. Te lo juro. Esta vez conseguiremos enterrarlo para siempre.
Lali sacudió la cabeza lentamente.
Debería haber huido, debería haber protegido al hombre que amaba cuando tuvo la oportunidad.
Quería matar. Sin embargo, era necesario que se contuviese y no corriese a la otra suite para eliminar a los dos hombres atados.
—Esperabas que ocurriera esto —dijo Yeyo en voz baja y acusadora, mirándole por encima de la mesa una hora más tarde.
—Habría sido estúpido si no lo hubiera esperado. —Peter se encogió de hombros mientras Lali terminaba de vendarle el costado. Vico se había encargado de coserle la herida poco antes, pero ni siquiera le había dolido a causa de la cólera que corría por su sangre.
—Yo esperaba que atacaran en una zona más descubierta — adujo Vico con el ceño fruncido—. Y también que tardaran más tiempo.
Jordan negó con la cabeza.
—Ya en el primer ataque, su intención era llevarse a Tehya. Quienquiera que la vigilara entonces no estaba al tanto de que tenía amigos dispuestos a protegerla. —Lanzó una mirada a Gas y a Pablo—. Esta noche, han atacado porque vieron la oportunidad. —Desplazó la vista hacia Lali—. Estaban seguros de poseer una cierta ventaja, así que la aprovecharon.
Se recostó en la silla y ocultó una sonrisa burlona, consciente de que todos lo observaban. Había una razón por la que había sido elegido para ser el comandante de la Unidad de Fuerzas Especiales. Una razón por la que le habían dado más libertad que a ningún otro comandante en organizaciones similares.
Sabía cubrirse las espaldas y cómo presionar para obtener respuestas.
—Quien la busca tiene un motivo de tipo personal —afirmó.
—¿Cómo sabes eso? —Agus fue el único que se atrevió a cuestionarlo—. He revisado los informes archivados sobre la muerte de su madre y de los que intentaron protegerla de niña, así como los referentes a la estancia de Lali en Francia y los atentados que sufrió entonces, y todos concluían que lo más probable era que los socios de Carlos estuvieran tratando de vengarse por haber colaborado en su muerte.
Lali se estremeció sin poder evitarlo.
—No me queda más remedio que estar de acuerdo con él — intervino Vico—. Todos hemos leído los informes, Peter. ¿En qué te basas para decir que la persiguen por una cuestión personal cuando tanto Carlos como su hijo están muertos?
—Los socios de Carlos, sus amigos, e incluso sus enemigos no jugarían con ella; la matarían —explicó—. Y quien está detrás de Lali está jugando al gato y al ratón. La observa. La presiona para que reaccione de una manera en concreto. Pero sus planes cambiaron cuando la atacó en su casa para hacerla huir y se dio cuenta de que no había conseguido que se sintiera vulnerable porque yo estaba allí. —Lanzó una mirada a la puerta cerrada que separaba la suite de la habitación donde retenían a los dos mercenarios—. Así que ordenó que se deshicieran de mí.
Lali se mantuvo sentada en silencio, clavando también la mirada en aquella puerta mientras escuchaba cómo Peter desgranaba paso a paso cada uno de los acontecimientos ocurridos desde que abandonaron su casa.
Su análisis de la situación era brillante. Incluso antes de que él llegara, se había sentido presionada; alguien la había llevado por donde quería, conduciéndola irremediablemente a una situación que no podía evitar.
Esa era, en efecto, la manera de actuar de Carlos. Incluso cuando era niña, Lali había reconocido el juego que él se traía con su madre y con los hombres que la ayudaban.
La lección que Carlos había tratado de inculcar era muy sencilla: nadie podía protegerla. Se había divertido con ella las pocas veces que había logrado pillarla. Una vez, incluso había dejado un móvil con su número y Lali le había llamado. Escuchó la encantadora y compasiva voz de aquel monstruo con una cierta sensación de irrealidad mientras un gélido escalofrió le recorría la espalda de arriba abajo.
—¿Cómo tienes pensado encarar esto? —La áspera y furiosa voz de Yeyo hizo que la joven volviera a centrar su atención en la conversación.
—Creo que lo mejor sería dejar escapar a nuestros «amigos» — contestó Peter con una sonrisa maquiavélica—. Entretanto, haremos correr el rumor de que los asesinos tuvieron éxito al quitarme de en medio, pero que los guardaespaldas llegaron a tiempo para salvar a Lali. —Miró a su sobrino—. Me sacaréis de aquí en camilla, como si estuviera muerto, para que el rumor tome consistencia. Luego llevaréis a Tehya a casa del senador Stanton y dejaremos que a Yeyo se le «escapen» los dos hombres. Esperaremos en los vehículos a que pongan en movimiento y les seguiremos.
—Deberíamos hacer una escenificación previa —sugirió Rochi en voz baja—. Dejar que cuando ellos despierten escuchen una discusión respecto a la tortura que padecerán por haberte matado Tienen que estar convencidos de que estás muerto.
—Bien pensado. No me dispararon hasta el final, después de dejar a Frackle fuera de combate, y no saben dónde recibí la bala.
Lali permaneció callada escuchando. El plan era sencillo y efectivo —un plan típico de Peter—, pero también lo suficientemente elaborado como para que funcionara.
Esa era la razón por la que había sido considerado como uno de los mejores comandantes del ejército.
No dejaba nada al azar. Ni siquiera los detalles más pequeños. Utilizaba cada oportunidad que se le presentaba y le sacaba el mejor provecho posible.
—Casi no puedo creer que vayas a salir totalmente del juego. —La mirada de Vico brillaba de diversión—. ¿Te das cuenta de que acabas de esbozar un plan que no requiere de tu intervención y que elimina cualquier posibilidad de fracaso en más de un noventa por ciento?
La expresión de Peter era tensa pero controlada.
—Es ese diez por ciento restante el que me preocupa. Debemos intentar reducirlo al máximo.
Lali se puso en pie lentamente. Se sentía agarrotada y cansada. Muy cansada. Como si todos los años que había pasado huyendo, conspirando, buscando un refugio momentáneo en el que encontrar un poco de paz, le hubieran hecho envejecer prematuramente.
Tras aquella mañana tan intensa lo más probable es que incluso le hubieran salido canas.
—Lali ¿te encuentras bien? —Peter parecía preocupado. La miró fijamente con los ojos más verdes de lo normal.
—Sí, estoy bien —susurró ella zafándose de la mano que él había puesto en su brazo y brindándole una sonrisa que esperaba resultara natural—. Necesito ir al baño, ¿me disculpas?
Les dio la espalda y se alejó con rapidez.
Tenía el estómago revuelto y sabía que concentrarse ahora en lo que decían no serviría para alejar sus miedos. Pensar que Peter podría haber sido asesinado, que podría haberlo perdido para siempre, hacía que le dieran ganas de vomitar la cena.

Continuará...

22 comentarios:

  1. Q bueno!Q intriga!Como lograron saber todo?Hay un infiltrado?Y esa escapada al baño?Espero el prox cdo puedas!

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  2. Me encanta, es genial el modo de razonar todo de peter!! Más!!

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  3. no creo que Peter se quede totalmente afuera de la mision, seguro va a estar mas pegado de Lali que nunca.
    Me gustaria que esas ganas de vomitar sean por "otras cosas" y no por toda la tension que tiene.

    @angelaliter

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    1. pienso lo mismo os lo imaginais??

      me encanta mas porfavor

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  4. alkjfhaud maaaaaaas =)
    @RochiMyWorld_

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  5. Muero por saber quien esta detras de lali!! Esas ganas de vomitar no serán por otra cosa? Mas noveeee

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  6. no estara embarazada ¿? digo pues nunca se cuidan :$ massss!

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  7. me da que lali esta embarazadisima!!! esta buenisiimaa subee maas porfii!! :)

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  8. nom estara embarazada lali????? me encanto el capitulo sube massss

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  9. Es muy extraño todo como esos hombre sabian como actiar dentro de la suite y planear todo.

    LALI otra vez volvian a ella los miedos y preocupacion de perder a PETER y a sus amigos no keria k ellos sufran x su culpa.

    ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

    MASSSSSSSSSSS

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  10. Estoy de acuerdo con " laliter_novelas "l cuando lo lei pense " chau, esta embarazada " seria re lindo, pero lali se sentiria re mal porque piensa que peter no la quiere. Y peter no se va a separar de ella obviamente SE AMAN

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  11. Me encanta la nove!!!...
    Mmmm alguien debe estar infiltrado para saber todo!!!...
    Algo me dice que Lali esta embarazada!!!...

    Quiero el proximo

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  12. mmm esas ganas de vomitar??tmbien spero q sean x otracosa q no sea los nervios

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  13. Cada vez más complicada la cosa ,antes podíamos pensar k fuese Nico ,pero este no está ahí como para saber lo d la suite.Lali,espero k acate las decisiones d Peter ,y no piense en volver a huir.No se xk me da, k Carlos ,no murió,y aunque lo vieron ,jajaja,la cirugía entre gente del hampa ,parece recurrida,y tal vez ,pudiera ser un doble.

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  14. na me encanta :) me encanta! quiero mas ,pero que onda? lali embarazada?
    me muero!!!
    un kis

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  15. espero el próximo!!!!!!!!!!!!!! y esa escapada?? lali embarazada??

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  16. ME ENCANTA :D
    Quiero maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!

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  17. ME E N C A N T O!
    MÁS NOVE POR FA!!!

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  18. Ojala Lali Este Embarazada Me Encantaria Y Cada Vez Esta Mas Buena La Nove
    @DaniiVasqueez

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  19. Awwwww me encanta como se preocupan el uno por el otro! son mas tiernos estos dos cuando quieren, hay que ver como resulta este plan... ME ENCANTOOO <3 @LuciaVega14

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