Se viene el final ... 1 capítulo + el epilogo. + comentarios = + capítulos
La muerte de Bernard Espósito sumió a su madre en un
estado de terror y pensó que el resto de sus parientes podían también correr
peligro. Nunca imaginó quién estaba realmente detrás de todo lo que ocurría.
Stephen suspiró y se acercó con los puños apretados,
pero Augusto se apresuró a interponerse en su camino.
—Juli es mía —advirtió al anciano—. Si le pones un
dedo encima podría afectar a mis intereses.
Stephen puso cara de asombro y Lali se tensó,
preparándose para el enfrentamiento y, si Dios quería, la oportunidad de
escapar.
Capítulo
53
Justo cuando se disponía a actuar, sonó un fuerte
golpe en la puerta.
—¿Qué coño ocurre? —ladró Stephen.
La puerta se abrió y entraron dos hombres que se
tiraron al suelo.
Lali los miró con sorpresa. Se trataba de Bauti
Espósito, que tenía un lado de la cara lleno de sangre, y de Turk Gillespie,
que sangraba profusamente por la cabeza.
—¿Qué hacen aquí estos hombres? —gritó Craig. Estaba
tan asombrado como Lali.
Stephen se volvió hacia ella y, antes de que Augusto pudiera
detenerle, antes de que Lali adivinara sus intenciones, le dio un golpe en la
cara que la hizo caer en el sofá mientras el infierno parecía estallar a su
alrededor.
Las luces se apagaron durante un instante cuando voló
la pared del fondo y de pronto comenzaron a escucharse bruscas órdenes
resonando por todas partes. Lali se movió con rapidez sobre el sofá y arrastró
a Juli al suelo sólo un segundo antes de sentir que las balas zumbaban sobre
ellas.
Stephen comenzó a gritar a Craig y a Augusto,
exigiéndoles que le sacaran de allí. Sin embargo, cuando Lali abrió los ojos,
supo que su primo no iría a ninguna parte.
Estaba tirado en el suelo sobre un charco de sangre,
con la cara vuelta hacia ella.
Moviéndose con rapidez, Bauti y Turk levantaron a Lali
y a Juli del suelo y las arrastraron hacia la puerta.
—¡No! ¡No podéis llevároslas! —gritaba Stephen al
tiempo que Ascarti aparecía en el umbral.
El recién llegado apuntó con su arma a la cabeza de Lali
y todos se detuvieron en seco. Bauti la sujetaba con firmeza por la cintura y
ella aprovechó la oportunidad para tantear en busca de la Derringer que llevaba
en el muslo mientras Turk se lanzaba hacia delante.
—Ella no saldrá de aquí —rugió Ascarti con una sonrisa
enloquecida al tiempo que Turk conseguía que se tambalease y Lali levantaba su
pequeña pistola y disparaba.
No había otra solución. No quería más muertes, pero no
quedaba más remedio.
Aquello acabaría allí.
Ascarti la miró por un instante con sorpresa, sin
poder creer que había sido vencido. Bauti se apresuró a apartar la mano en la
que el sicario llevaba el arma y luego le vieron caer al suelo.
Ya con el camino libre, Rory y Turk las llevaron con
rapidez al exterior.
A su espalda, Peter y sus hombres, y sólo Dios sabía
quiénes más, irrumpían en la oficina para poner fin por completo a su
pesadilla.
Él había jurado que la protegería y lo estaba
haciendo.
Le había prometido que todo terminaría allí y, cuando Bauti
la llevó a la parte trasera de una ambulancia supo que, definitivamente, había
cumplido su palabra.
Observó cómo un agente con un pasamontañas negro
cortaba las ataduras de Juli y le quitaba la cinta de los labios.
Su mirada se encontró entonces con la de su prima.
Juli tenía los ojos vacíos, inexpresivos. La vio bajar
la vista hacia el regazo y comenzar a retorcer las manos antes de que gruesas
lágrimas rodaran por sus mejillas.
Lágrimas que ella no era capaz de liberar a pesar del
rugiente dolor que tenía en el pecho y del temor a que nada volviera a tener
sentido otra vez.
Peter abandonó el almacén detrás de Nicolas, que
arrastraba a Stephen Espósito rodeado por agentes federales. El anciano no
dejaba de gritar mientras le alejaban del pandemónium que se había desatado
dentro de la oficina.
Todos los hombres de Espósito estaban fuera de combate
antes de que Peter diera la orden de atacar. Casi una docena de duros
mercenarios había sido neutralizada en sólo unos minutos por Nicolas Riera y su
equipo.
Tras años manipulando sin el menor escrúpulo a todos
los que le rodeaban, Peter acababa de recibir una dosis de su propia medicina.
Fue uno de los agentes de Nicolas quién filtró a un
antiguo socio de Carlos que Lali no estaba muerta. Un antiguo socio que también
estaba conectado con un siniestro personaje al que apodaban Marquis. De hecho,
en los archivos que se confiscaron después de la muerte de Carlos, se reflejaba
la preocupación de éste acerca de que Marquis encontrará a Majo o a Lali antes
que él.
El equipo de Riera llevaba ocupándose del asunto desde
la muerte de Eugenia, hacía casi una década. Nico se negó desde el principio a
abandonar la investigación, algo de lo que Peter no estaba enterado.
Y también fue gracias a Nicolas que supieron que Lali
había sido raptada unos minutos después de que ocurrieran los hechos.
—Peter, espera. —Nico entregó a Stephen a las
autoridades federales y se acercó a su antiguo compañero con rapidez.
—No tenemos nada de qué hablar, Nicolas —escupió—. No
quiero saber nada de ti.
Por un segundo, Nico esbozó una expresión de sorpresa.
Luego su mirada se oscureció y curvó los labios con funesta certeza.
—Sabía que la amabas. Te lo dije cuando llegué a la
base el año pasado, ¿recuerdas?
Peter dio un paso adelante y una parte de su mente ni
siquiera se extrañó cuando agarró a Nicolas por la pechera de la camisa y lo
aplastó contra uno de los contenedores metálicos de los muelles.
—Lo único que dijiste es que ella acabaría jodiéndome
— rugió—. No confiabas en ella, Nicolas. No le ofreciste un lugar seguro. Te
limitaste a darle la espalda, bastardo.
Nico abrió los ojos como platos un segundo antes de
suspirar con cansancio.
—Siempre estuvo a salvo —dijo por fin con voz calmada—
Siempre supe dónde estaba y siempre tuve un par de hombres protegiéndola.
—Durante un breve instante un atisbo de agonía brilló en sus ojos—. Perdí a la
mujer que poseía mi alma, Peter. ¿De verdad pensabas que dejaría que el único
hombre al que puedo llamar amigo pasara por el mismo tormento que pasé yo?
Peter le conocía desde hacía muchos años. Sabía el
infierno por el que había pasado, sabía cuándo se enfurecía y cuándo decía la
verdad.
Ahora no mentía.
Le soltó lentamente y dejó caer el brazo al costado.
—Tenía que conseguir que pensaras que la odiaba. —Nico
suspiró y le miró a los ojos—. Tenías que pensarlo. Si ella me hubiera mirado
una sola vez con esos embrujadores ojos pidiéndome ayuda, jamás hubiera podido
usarla como cebo, tal y como sabía que me ordenarían hacerlo.
—Podrías habérmelo dicho —le recriminó Peter,
colérico.
Nico negó con la cabeza.
—Si alguien me hubiera dicho que iba a utilizar a Euge
de esta manera, le habría matado antes de permitírselo. Tú jamás lo habrías
consentido.
Cierto, no lo hubiera hecho.
Peter se conocía lo suficientemente bien para
reconocerlo. Habría huido con ella. La habría ocultado y protegido con su vida.
Si hubiera sabido que iban a usarla como carnaza para atrapar a su familia,
nadie habría vuelto a saber de ellos jamás.
—Podría matarte por no decírmelo, Nicolas —masculló
con voz ronca, casi dejándose llevar por la necesidad de golpearle—. Y luego no
sentiría ningún remordimiento. No lo sentiría ni un maldito instante, créeme.
—Peter... —murmuró Nico en tono de advertencia.
—Es mi mujer. —La furia le hacía ver todo rojo—. Es
mía y tú lo sabías.
Nicolas arqueó una ceja y el leve toque de mordaz
diversión que apareció en sus ojos sólo consiguió que la furia de Peter
creciera aún más.
—No la reclamaste —le recordó—. La dejaste marchar. Si
es cierto que es tu mujer, deberías haber dado alguna pista de ello para que
supiéramos cómo proceder.
—Os advertí a todos que si os acercabais demasiado a
ella os iba a joder vivos —rugió Peter—. Os avisé y amenacé, y también os
intimidé cuando fue necesario. Así que no te atrevas a decir que no la reclamé.
—Jamás dijiste que la amabas —señaló Nicolas con
firmeza.
Peter abrió la boca para seguir acusándole y luego la
volvió a cerrar.
¡Dios! La amaba, ya no podía negarlo más. No era una
jodida ilusión. De hecho, su mente lo había reconocido en el mismo instante en
que supo que la habían secuestrado.
—Joder, Nicolas, deberías haberlo sabido —masculló
finalmente.
—Y quizá tú deberías haberlo dicho —dijo entonces Lali
a su espalda con voz trémula.
Peter se quedó paralizado. Clavó los ojos en Nicolas y
vio la sonrisa de satisfacción que curvaba sus labios. Una diversión que
matizaba el doloroso recuerdo de la mujer y el niño que había perdido hacía ya
tantos años.
Despacio, muy lentamente, Peter se dio la vuelta para
mirar a la mujer que amaba.
Tenía rasgada la hombrera del vestido, que ahora
estaba destrozado a causa de la ceniza y el humo. Iba descalza, con las medias
rotas y el pelo revuelto alrededor de los hombros.
Y todavía era la criatura más hermosa que él hubiera
visto nunca.
—Quizá un amigo debería haberme advertido que
comenzaba a hacer el ridículo cuando me dediqué a negarlo todo como un estúpido
—dijo con suavidad mirándola a los ojos.
La joven sollozaba y tenía la cara manchada. Estaba
pálida y sus ojos brillaban por el dolor y las lágrimas que le quedaban por
derramar.
Se acercó a ella y alargó el brazo para enjugárselas
con el pulgar, pero otras ocuparon su lugar de inmediato.
—Peter —musitó con labios temblorosos.
El la encerró lentamente entre sus brazos mientras una
abrumadora sensación de alivio barría todos sus pensamientos.
—Ya te tengo, cariño. —La apretó con fuerza contra su
cuerpo—. Estoy aquí, contigo. Tu pesadilla ha acabado por fin.
—Me duele. —La respiración de Lali se volvió jadeante
y se aferró a él con todas sus fuerzas—. No me dejes. Por favor, por favor,
abrázame.
¿Dejarla? Antes se arrancaría el corazón del pecho que
considerar tal locura.
—Ven, cariño. —Le pasó el brazo por los hombros y
empezaron a caminar hacia uno de los coches de la Unidad—. Vámonos a casa.
Donde la pudiera abrazar. Donde esperaba poder
ayudarla a olvidar lo que había ocurrido.
Cuando pasó ante la parte trasera de la furgoneta del
equipo de Riera, percibió a través de las puertas abiertas una figura que se movía
entre las sombras.
Augusto llevaba puesto un pasamontañas, se había
quitado el esmoquin y se estaba abrochando el cinturón del uniforme militar que
llevaba ahora.
No supo quién era Augusto Grant hasta que Nicolas le
saludó en el almacén, hasta que le explicaron que aquel hombre estaba haciendo
lo mismo que él quince años antes.
Se estaba creando una identidad, una historia, unas
vivencias que lo podrían colocar allí donde la Unidad de Fuerzas Especiales lo
necesitara más.
Era un «muerto» viviente. Un muerto viviente cuyo
corazón pertenecía a la joven sentada en la camilla de la ambulancia y que se
estremecía entre sollozos con los ojos cerrados.
Peter seguía oyendo a Stephen gritar a Juli desde el
vehículo al que le habían llevado. Malsonantes y sucias maldiciones, rastreras
acusaciones que la joven parecía no escuchar.
Sin embargo, sabía que no era así.
Dejó a Lali en el asiento trasero del coche y se
volvió hacia Noah para señalar con la cabeza a la nieta de Stephen.
—Sácala de aquí. Envíala a Irlanda y alójala en el
castillo hasta que se calmen las cosas. Necesitará tiempo.
—¿Adónde vas tú? —Yeyo bajó la cabeza para clavar los
ojos en Lali. La joven estaba sentada con la cabeza inclinada y seguía llorando
en silencio.
—A casa. —Peter respiró hondo sintiendo que, de
repente, la tensión que le había atenazado durante tanto tiempo desaparecía—.
Me voy a casa, Yeyo.
Agus se situó tras el volante y Peter se sentó detrás, donde acunó a su
mujer entre los brazos al tiempo que le daba gracias a Dios por que estuviera a
salvo.
Yeyo no pudo evitar una amplia sonrisa. Estaba seguro
de que, por primera vez en muchos años, Peter sabía realmente dónde estaba su
hogar.
¿Sería posible?
Continuará...
Al fin la calma y al fin Peter Lo dijo,dijo q la amaba!
ResponderEliminarEl finallllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll Por favor :DD
ResponderEliminarme encantoooo!! menos maal que parecio peter! mas noveee!! queremos el final :)
ResponderEliminarhaaa me matoo q genial el cap!!
ResponderEliminarq juli termine con "augusto" ♥
masss
a genial el capitulo
ResponderEliminarsube mass ♥♥♥♥♥
MAS MAS MAS...
ResponderEliminarMe encanta!!! Nico al final se porto como debía! Más!
ResponderEliminarMas mas mas mas mas mas mas mas mas Mas mas mas mas mas mas mas mas mas Mas mas mas mas mas mas mas mas mas Mas mas mas mas mas mas mas mas mas Mas mas mas mas mas mas mas mas mas Mas mas mas mas mas mas mas mas masMas mas mas mas mas mas mas mas mas Mas mas mas mas mas mas mas mas masMas mas mas mas mas mas mas mas mas Mas mas mas mas mas mas mas mas masMas mas mas mas mas mas mas mas mas Mas mas mas mas mas mas mas mas mas
ResponderEliminarme encanta masssssssssssssss
ResponderEliminarahhhhh!!! me muero de ternuuraa por dios es buenisiimoo el cap!!!! subi mas porfavorr!
ResponderEliminarmas nove porfaaaaaaa
ResponderEliminarme encantaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarmaaaaaaaaas
ResponderEliminarmas nove!!!!
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeeeeeeeee me encanta al fin
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarMaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarme encanto
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Porfavor mas!! dale queremos mas!!
ResponderEliminarMUY INTERESANTE Y EMOCIONATE
ResponderEliminarME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOO
MAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
MAAAAAAAAAAS NOVEE
ResponderEliminarCosot mucho tood especialemtne k PETER aceptara k amaba a LALI peor lo hizo.
ResponderEliminarLALI no puede sentir peor descubrir que tipo de familia tenia y k por la ambition x tener ddinero perdio a su amdre y a muchas personas.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
++++++++++++ NOVE
La prima de LALI estaba terriblemente mal no pida creer todas las cosas k estaban haciendo su padre y abuelo eso le causo mucho dolor.
ResponderEliminarLALI Y PETER ojala empiezen a disfrutar del amor k se tienen.
NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
MAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminarNOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
NOVEEEEEEEEEEEEEEEE
UN GRAN CAP
MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS