lunes, 3 de diciembre de 2012

Capítulo 50


Muy poquito chicas.. ya se termina!! + comentarios = + capítulos :) 




Pero él —que entonces respondía al nombre de Stefano — había respetado sus votos. Ni siquiera durante los años posteriores a su rescate, antes de que su esposa supiera que había sobrevivido a su última misión, había traicionado las promesas hechas el día de su boda.
Ahora era feliz con Camila. Y su hijo iba ya al colegio; su mayor afición era volver locos a sus padres. Yeyo vivía por y para ellos.
—¿Estás bien? —preguntó Yeyo en voz baja, observándole fijamente.

Capítulo 50 
El vestido no podía ser más bonito, y la esposa de Agus, Candela, era una de esas almas serenas capaz de transmitir paz a todos los que la rodeaban.
Su largo cabello estaba recogido en una trenza que caía sobre su espalda y poseía unos hermosos rasgos enfatizados por una sonrisa perenne que se reflejaba en sus ojos. Cada vez que hablaba de su marido y de su hija, su rostro adquiría una expresión de absoluta adoración.
Lali sabía que Agus había perdido a su primera esposa y a su hijo antes de unirse a la Unidad. Sin embargo, el dolor que siempre había percibido en él desapareció de sus rasgos el día que conoció a Candela.
—Sabía que este vestido era el más adecuado para esta noche — comentó Cande cuando Lali salió del baño de la habitación de invitados y se giró ante ella para mostrarle cómo le quedaba.
La exquisita prenda estaba formada por finas capas de seda blanca y violeta que susurraban a cada paso que daba. Partían desde los hombros, se ceñían a su cintura y desde allí caían como diáfanas nubes hasta cubrirle los pies y los zapatos de tacón alto a juego.
Diminutas lentejuelas violetas, cosidas en el suave tejido, dibujaban un intrincado detalle desde los hombros y remarcaban la suave curva de los pechos. Había más adornando el esternón, la cintura y las caderas.
Aquellas brillantes y atrevidas gotas de color resaltaban el brillo de los ojos y la piel de Lali, logrando darle un aire de fragilidad a pesar de la considerable altura de los tacones.
—Estás preciosa —afirmó Cande, que como buena diseñadora se afanaba en colocar la tela aquí y allá en busca de cualquier defecto inexistente, mientras Lali se giraba lentamente.
Lo que fuera lo que estuviera buscando, no lo encontró.
—El vestido es perfecto para ti. —Se incorporó con una expresión de suprema satisfacción en la cara y suspiró al tiempo que apretaba la mano contra el pecho—. Pareces una princesa de cuento de hadas.
—Bueno, de eso no entiendo mucho —comentó Lali mirando su reflejo en el espejo de cuerpo entero—. Pero el vestido me encanta, Cande.
La joven diseñadora sonrió y le guiñó un ojo.
—Siempre digo que cada vestido sólo sirve para realzar a una única mujer. Se requiere mucho más que una prenda bonita y un buen maquillaje para conseguir lucir este vestido como lo haces tú, Lali. Es necesaria la mujer capaz de conquistar el corazón del comandante que Agus y Yeyo temen que vuelva a casa en una bolsa de plástico si, como es su intención, regresa a las Fuerzas Especiales como agente de campa
Lali ladeó la cabeza. No sabía que Peter estuviera considerando esa posibilidad. Pero si Yeyo lo había comentado con Agus, era una amenaza inminente.
Si lo hacía, si volvía a las Fuerzas Especiales como agente de campo en vez de comandante, correría un enorme peligro.
Lali conocía a Peter. Sabía que el desapego que sentía por la vida antes de que la Unidad de Fuerzas Especiales se disolviera no había hecho más que crecer, pero lo cierto es que no se esperaba esa decisión.
—¿Qué le hace pensar a Agus que he conquistado su corazón? — inquirió en voz baja.
Cande la miró con una tierna sonrisa en los labios.
—He visto a Peter pocas veces, Lali, pero siempre percibí en él soledad y una inmensa tensión. Ahora tiene una actitud diferente y Agus opina que es porque está enamorado.
No, no lo estaba, pero Lali no tenía fuerzas para desilusionar a la romántica joven.
Se miró de nuevo en el espejo. Aquel vestido era como un hermoso y dulce sueño de seda. Era justo como el romántico corazón que lo había creado.
Pero ella sabía que cuando todo estuviera resuelto, Peter se alejaría de ella como había hecho antes con innumerables mujeres.
—¿Sabes? En realidad, Agus no me ha contado nada de lo que pasa.
Lali alzó la cabeza sorprendida y miró fijamente a Cande, que se encogió de hombros.
—Amo a mi marido y lo conozco muy bien. Cuando me pidió ayuda, me contó una maravillosa historia que debía repetir a cualquiera que preguntara sobre los vestidos que hacía para ti. Quién eras tú, quién era Peter... Todo ideal, claro. —Agitó la mano expresivamente—. Sin embargo, esta mañana me ha contado otra historia diferente. Me explicó que alguien quería matarte. Cuando se retiró de lo que fuera que estuviera haciendo durante todos estos años, Agus me prometió que no participaría en ninguna misión más. Pero de repente, llegó un buen día y me dijo que tú te encontrabas en un gran lío y que tenía que ayudarte. Y quiero que sepas que, sea cual sea el problema que tengas, soy una buena amiga y sé escuchar.
Lali apartó la mirada. Tenía un nudo en la garganta provocado por las lágrimas que se negaba a derramar.
—Esperaba haber disimulado mejor —logró susurrar.
—Dudo mucho que nadie, salvo otra mujer enamorada que sepa lo que supondría perder al hombre que ama, se haya dado cuenta — señaló Cande—. Sé que hemos hablado en pocas ocasiones, pero jamás te he mirado directamente a los ojos sin sentir ganas de llorar. Lo peor que puedes hacer es guardártelo todo dentro. Lo que quiero decir es que si alguna vez necesitas una amiga... —Alzó levemente los hombros con un gesto cautivador en una mujer que temía sobrepasar los límites establecidos y que le llegó al corazón.
—Gracias, Cande —respondió con suavidad—. No olvidaré tu ofrecimiento.
No, no lo olvidaría, pero sabía que había poco que pudiera hacer al respecto salvo recordarlo. No podía permitir que volvieran a atraparla, así que tendría que desvanecerse otra vez y aprender a ignorar la necesidad de echar raíces, de poseer algo, de tener amigos, familia... y sobrevivir a la pérdida de su corazón.
—Bien. Ahora, sal ahí fuera con ese maravilloso vestido y cuéntale a todo el mundo lo exclusivo y caro que es. —Cande le brindó una amplia sonrisa mientras se acercaba a la cama, cogía sus cosas y se dirigía a la puerta—. Me gustaría que me consideraras tu amiga, Lali.
Ella asintió con la cabeza, luchando otra vez contra las lágrimas. Odiaba llorar. Lo odiaba porque se le hinchaban los ojos y la nariz y la hacía sentirse mal.
Lo que por otro lado, supuso, era bueno para convencer a sus perseguidores de la supuesta «muerte» de Peter.
Una vez se quedó sola, se acercó al espejo para colocarse varios rizos sobre el hombro. Llevaba el pelo recogido en lo alto de la cabeza y, desde allí, caía en una profusión de mechones alrededor de su rostro.
Pasó los dedos por las diminutas lentejuelas que cubrían el corpiño del vestido y pensó que era digno de una diosa griega.
Lanzó una ojeada al reloj y suspiró buscando valor. Aplicaría el truco que su madre le había enseñado cuando era pequeña.
Cerró los ojos y, esta vez, en vez de pensar en un pájaro que volaba libre, imaginó a Peter. Su sonrisa, el sonido de aquellas profundas risas ahogadas, la manera en que la tocaba, en que la abrazaba.
Se armó de valor, tal y como Majo le había dicho que hiciera mientras imaginaba el coraje de ese pájaro que alzaba el vuelo por primera vez. Lo alto que volaría y lo valiente que debía de ser. Y que no sobreviviría si no era capaz de abandonar el nido.
Si ella no volaba alto, tampoco podría sobrevivir.
Y si no tenía a Peter, si él moría, no habría manera de que ella pudiera enfrentarse a la vida.
Iba a asumir cualquier cosa que le deparara aquella noche. No tenía otra alternativa, ya que debía asegurarse de que Peter siguiera viviendo. El se había convertido en un objetivo por su culpa. Alguien había intentado matarle y ahora tenía que fingir su muerte.
Por ella.
Porque ella no había tenido el coraje suficiente para huir cuando debería haberlo hecho. Porque no había tenido el valor de desaparecer y asegurarse de que Peter jamás la encontrara.
Sin embargo, esa noche tenía que encontrar valor para todo lo contrario. Para enfrentarse a sus perseguidores, para asistir a esa fiesta y desafiar a quienquiera que estuviera intentando destrozarle la vida.
Jamás había hecho nada parecido. Siempre había escapado porque había visto lo que le ocurría a quien la protegía; hombres fuertes y seguros de sí mismos que habían muerto intentando cuidar de ella y de su madre.
Se llevó la mano a la boca para reprimir el repentino sollozo que estuvo a punto de escapársele. Sentía que algo en su interior pugnaba por estallar, por salir.
Un brutal estremecimiento la atravesó, venciendo casi su habilidad para contener la oleada de furia y cegador dolor que la invadía.
¿Por qué demonios se sentía así?
Tenía la respiración temblorosa, tan entrecortada que casi jadeaba.
Cerró los ojos con desesperación y, finalmente, consiguió recuperar el control, aunque fue incapaz de comprender lo que le había ocurrido.
Sin embargo, la aterró.
La sensación de pánico, de peligro, se hizo más fuerte. Reunir el coraje suficiente para abandonar la habitación le hizo recurrir a sus últimas fuerzas. Su instinto la impulsaba a salir corriendo. A esconderse. A asegurarse de que nadie más muriera por su culpa.
Se sintió una cobarde. Como aquella niña que rogó a su madre que la enviara con su padre para que nadie más volviera a sufrir.
Cerró los ojos de nuevo.
Era algo de lo que no había vuelto a acordarse, pero ahora, el recuerdo estaba tan vivido en su mente, parecía tan fresco, que podría haberle ocurrido el día anterior.
Recordaba haber llorado durante horas después de saber que habían matado a la hermana Mary. Su madre no quería que se enterara, pero Lali había salido a hurtadillas de la cama en medio de la noche para escuchar desde lo alto de las escaleras lo que hablaba con Matthew Thomas, su último guardián.
Su madre lloraba, se echaba la culpa de lo ocurrido, y Matthew se esforzaba por consolarla. De repente, él levantó la mirada y la vio observándolos.
Durante un único segundo, Lali llegó a leer un claro resentimiento en su mirada que la dejó paralizada. Era evidente que la culpaba a ella del peligro al que se enfrentaba su madre y de las muertes que las perseguían.
En ese momento no pudo soportarlo más y gritó entre sollozos exigiendo a su madre que llamara a Carlos para que fuera a buscarla, segura de que si la dejaban ir con él todos volverían a estar a salvo.
Y, de alguna manera, ahora sentía como si estuviera de nuevo en el punto de partida.
Sabía que todo estallaría aquella noche.
Comenzó a rezar. Rezó como nunca en su vida para que no muriera nadie.
Finalmente logró empujar el terror al rincón más oscuro de su mente y recoger los deshilachados hilos de su coraje. Justo entonces, un rápido golpe en la puerta la hizo sobresaltarse con tanta fuerza que se le desbocó el corazón.
Se acercó a la puerta despacio y se detuvo temblorosa junto a ella.
—¿Sí? —La cautela era una pesada losa sobre sus hombros. Saber que tantas personas arriesgaban su vida por ella le hacía ser consciente de cada movimiento.
—Soy Gas, Lali.
Abrió la puerta lentamente y observó el apuesto rostro de uno de los hombres con los que había trabajado en la Unidad. Un hombre al que consideraba un amigo.
Vestido con un esmoquin negro y una camisa blanca, resultaba peligroso y encantador a la vez. El pelo color arena le caía sobre la frente mientras la observaba con sombría preocupación.
—Vengo a escoltarte hasta la fiesta —le comunicó con una breve sonrisa.
Ella miró detrás de él.
—¿Dónde está Rochi? —Por lo general su esposa siempre estaba a su lado.
—Nos espera en el vestíbulo con Kell y Emily —le informó—. Entraremos juntos al salón de baile.
—Supongo que ya estoy lista. —Sabía que sus ojos reflejaban tensión y que no lograba ocultar tan bien como quería la preocupación que la embargaba.
Sin embargo, aceptó el brazo que Gas le tendía y sonrió trémulamente.

Continuará...

24 comentarios:

  1. uuuuuh mas mas porfiiiii

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  2. jooo pobre lali... como sufre!!! @CasiAngeles_TA_

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  3. pobre lali como sufre!!!!!!!!!!!!!! sube mas

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  4. Ay no lo puedo leer ahora, pero haz como si lo hubiera leido y esta es una firma y asi subis otro :P jajaja
    Me voy a dormir, nos leemos mañana :)

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  5. Massssssssssssssssssssssssssssssssss :DD

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  6. Lali y Peter con los peores presentimientos.

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  7. Cande ofreciéndole su amistad incondicional a Lali.

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  8. HAsta Cande se da cuenta d lo k Peter siente x LAli.

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  9. Otro cap ,no estaría nada mal.

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  10. Otro otroooi por fiiis... Para mi Lali esta embarazada tiene muchos síntomas

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  11. Peter po que no le dice que la Ama
    @Masi_ruth

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  12. Peter muere de amor y ella tambien!Q se decidan de una vez!

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  13. massssssssssss porfaa

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  14. que no les pase nada por favor, pobre lali y peter!

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  15. Me encantoo el capp! Quiero mas ya porfaaaaassss

    Cambie el url de mi blog es iwillneverwanttobelikeyou.blog...... besos

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  16. mas nove me encanto mas

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  17. Geniaa que sepas que te ganaste una nueva lectora jajaja me encataron todos los capitulos que leí de esta nove hasta ahora espero seguir leyendo capitulos y en cuanto tenga tiempo me pongo al dia con tas las demas noves que tengas publicadas! un beso enormee^^

    @SorayaMoralesTA

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  18. Me encanta la nove. Estoy super intrigada con saber quien pergue a Lali, y si Peter muere

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  19. Se te extraña cheee!!! cuando subis? el martes cumplo 15, me podrias regalar a mi y a todas las lectoras MARATON no? jajajaj subi pronto..
    Lo de la maraton es enserio

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  20. me encanto pofa cuando puedas sube otro

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